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La paz como relato / El otro lado

El resultado de la lucha: para RCN todo es un fracaso. Y para Caracol, la paz no importa.

ÓMAR RINCÓN
La verdad es que cada vez es menos importante lo que diga la televisión.
Los noticieros RCN y Caracol no importan para el momento histórico de la paz. Si un extraterrestre llegara a Colombia, no se enteraría de que andamos en un proceso de paz que implica pasar del país premoderno y feudal de las Farc y Uribe a uno posmoderno de convivencia y diálogo.
La televisión es donde la mayoría se informa. Y mientras la paz es el relato más importante de los medios, la televisión anda en su miopía histórica.
En los medios la lucha se da por imponer un relato de la hegemonía política (guerra vs. paz) y dominar el mercado de la opinión pública (Santos vs. Uribe).
Sin embargo, el relato de los noticieros de televisión está lejos de pensar país, ganar la paz y contar el momento de la nación, ya que se concentra en la carroña diaria de los comunes.
A los canales Caracol y RCN les queda grande el relato de la paz y se concentran en la lucha de la coyuntura. Y es que el relato de la paz es complejo y para eso parece que no sirve la televisión, ya que no logran hacer sentido de la lucha por la opinión pública.
Mientras ‘Noticias RCN’ titula ‘Guerra de presidentes’ cuando solo hay un presidente y un senador, RCN decide que hay dos presidentes.
Y eso es falso. Solo hay un presidente que no les gusta, Santos. Y un senador al que elevan a presidente. En este escenario, para RCN hay una sola voz autorizada, la del expresidente, quien duda de la paz, quiere la guerra y mueve el odio.
Caracol, por su lado, ni se entera de que hay un proceso de paz, solo le interesa que la guerra del campo ya no existe y solo existe la guerra de las calles bogotanas, donde todos se matan y agreden.
Y gana un expresidente que pone venganza sobre ley, un procurador que pone moral sobre democracia, un presidente que promueve cinismo sobre patria.
El resultado: para RCN todo es un fracaso. Y para Caracol, la paz no importa, sino la guerra cotidiana de la violencia de calle y la violencia intrafamiliar.
Luego, ver televisión informativa no importa. RCN y Caracol andan en otros negocios, los del ‘rating’. En este escenario, para conversar de paz importa lo que dicen la radio y la prensa.
Y surge un enemigo público peor que las Farc: la justicia. Los señores que son dios en la tierra, que son los de juzgar, legislan a su favor y dictaminan que su corrupción no importa. Un país doblegado a sus intereses mezquinos es la noticia.
Por ahora, el asunto va en empate técnico. Santos ganó el relato hegemónico de la política con el asunto de paz; todos estamos ya en ella. Pero en el mercado de la opinión pública pierden Santos y su paz, y ganan Uribe y sus odios.
La pregunta que queda es cuándo Caracol y RCN en sus noticieros se harán cargo del relato de la paz. Por ahora, Caracol y RCN saben contar mejor la paz en la ficción (‘La Niña’ y ‘Bloque de búsqueda’) que en los noticieros.
ÓMAR RINCÓN
Crítico de televisión
ÓMAR RINCÓN
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