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El teatro macro en Bogotá está disminuyendo

En la ciudad se producen pocas obras de larga duración, algo común en carteleras de otros países.

Decía el reputado crítico cinematográfico Roger Ebert que no hay película buena demasiado larga ni película mala lo suficientemente corta. La anterior máxima puede ilustrar una tendencia que viene al alza en los últimos años en el teatro bogotano: cada vez se producen menos obras de larga duración, de esas que tienen tres actos y superan las dos horas.
Este formato es algo común desde el teatro clásico: las piezas originales de William Shakespeare, por ejemplo, solían durar cerca de cuatro horas. En Bogotá hay algunos casos recientes, como Otelo, adaptación del clásico de Shakespeare que ganó la Beca de Creación de Idartes, y la comedia Entretelones, ambas dirigidas por Pedro Salazar.
También sobresalen las propuestas del Teatro Libre, uno de los principales faros del teatro de repertorio en Colombia, que presentó hasta el año pasado una adaptación de La Orestíada, que superaba las tres horas.
“Creo que hay un temor con respecto a la actitud del público, a que no tenga la suficiente tolerancia para una obra larga”, argumenta el crítico teatral Alberto Sanabria sobre esta tendencia. “Hacer una obra larga también es algo muy exigente, requiere un trabajo muy profesional y puede llegar a ser desgastante para los mismos actores. Hay que tener unas condiciones físicas para mantener un nivel de energía óptimo hasta el último minuto de la función”, añade.
Los directores de teatro tienen su propia teoría. Salazar, por ejemplo, apunta que también influyen los tiempos actuales. “Estamos en una cultura completamente inmediatista, gobernada por el teléfono celular, que nos ha vuelto un poco neuróticos e histéricos (...) Y por alguna razón, los mismos programadores consideran que el teatro largo no funciona”, asegura.
Por su parte, Manolo Orjuela, director de programación de Casa E, afirma que tal vez la razón sea que existe un prejuicio frente a la reacción de los espectadores. “Se escandalizan con la idea de que sea larga, pero yo creo que es puro prejuicio, porque una vez van se vuelve otra cosa, desde que la obra sea atractiva”.
Los tres coinciden en que es curioso que, cuando se presentan producciones internacionales en escenarios como el Festival Iberoamericano de Teatro, la asistencia suele ser abundante. Uno de los ejemplos más elocuentes es la versión teatral de la novela 2666, del escritor chileno Roberto Bolaño, que se presentó en el Iberoamericano del 2010 y duraba cinco horas.
El pasado fin de semana hubo un caso similar: el Teatro Mayor presentó una versión lituana de El idiota, que también duraba cinco horas. “Curiosamente la gente sí se clava obras de tres horas y media en croata durante el festival, pero piensan que si hacemos una de una hora y cuarenta y cinco minutos en castellano con nuestros actores en Bogotá va a ser muy larga”, argumenta Salazar.
Aunque se pensaría que la aparición de formatos como el microteatro, compuesto por piezas de 15 minutos, influenciaría en esta escasez, Sanabria lo descarta. “El microteatro cumple una función de acercamiento de públicos al teatro, ha abierto unos nichos que no estaban abiertos. No creo que esté compitiendo por ese mercado”, asegura.
Otras razones
Orjuela enfatiza en el factor económico: “Solamente hay unas contadas becas para hacer espectáculos de gran formato, que ahí es donde se podría pensar en hacer cosas de larga duración. Pero si uno tuviera el músculo financiero no le tendría miedo a hacer obras largas”.
Hay otros aspectos que destaca Sanabria, como que para el público es vital que el teatro sea cómodo, con buenas condiciones de temperatura y de silletería.
Salazar va más allá y dice que este fenómeno está ligado a nuestro sistema educativo. “La gente no lee, no está formada en humanidades. La educación nuestra es utilitarista, estamos siendo educados para ser seres productivos pero no para investigar más nuestra condición humana, que eso es lo que realmente hace el teatro”.
YHONATAN LOAIZA GRISALES
Cultura y Entretenimiento
@YhoLoaiza
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