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La Señorita Colombia respondió a quienes no la querían en el concurso

Hace un año, la primera dama del Chocó no la dejó participar y este año quiso hacerle lo mismo.

DIEGO LEÓN GIRALDO
Bien dicen por ahí que ‘no hay cuña que más apriete que la del mismo palo’, y el dicho se aplica perfectamente a la historia tras la corona de la nueva Señorita Colombia, la espectacular Andrea Tovar, que además es la segunda para su región, Chocó, un departamento donde un sector no quiso reconocerla como su candidata y por todos los medios posibles intentó impedirle asistir al certamen nacional.
Hace más de un año, cuando un comité comandado por la primera reina negra del país, la bella Vanessa Mendoza, la eligió, la primera dama del Chocó, Raquel Dorila Buenaventura, entró en cólera y montó otro concurso para escoger la supuesta reina oficial. La enviada fue Iliam Zapata, que pasó sin pena ni gloria en Cartagena.
En general, siempre la elección de la Señorita Chocó ha estado rodeada de escándalos, pues a los jurados los agreden y la presión es tanta que incluso entre la misma comunidad afro parece que hay racismo, ese que tanto critican, pero que no solo los convierte en víctimas sino también en victimarios.
A Andrea Tovar la catalogaban como una ‘negra blanqueda’ o decían que no era una representante digna de su raza. A todo eso hizo caso omiso la espigada mulata y el año pasado asistió como espectadora al reinado, de la mano de Vanessa, lo que le sirvió para ver cómo era el tejemaneje y así prepararse mejor.
Este año, cuando inscribieron a Andrea, nuevamente la primera dama quiso montar otra candidata, y fue entonces que las acciones de Raimundo Angulo lo impidieron para permitir que el comité que tiene su ‘bendición’ -el de Vanessa- pudiera participar con la que hoy es la segunda Miss Colombia chocoana.
En nuestro primer encuentro en la noche de coronación y ya con la corona sobre sus sienes, la felicidad era inocultable.
¿Qué les tiene que decir a los que trataron de impedirle participar?
La primera reacción es señalarse la corona con una sonrisa pícara y después de meditarlo unos segundos responde) Tener la corona en mi cabeza y el orgullo de ser la Señorita Colombia les dice mucho. Deseo que me esperen con los brazos abiertos cuando vuelva a mi departamento.
No se puede negar que en Colombia hay racismo y usted habla de inclusión, pero cómo hablar de ese tema y que no sea tomado como un racismo al revés; porque también es cierto que a veces las víctimas del racismo son internamente racistas...
En Colombia hay un racismo y una discriminación inconsciente. La inclusión es aceptar la diferencia sin importar si se es negro, indio, rico o pobre o si se tienen preferencias sexuales distintas. Esa debe ser la inclusión en un país democrático.
Durante el mes que estuvo en Cartagena, el bullying que padeció por redes sociales la tuvo en jaque en varios momentos. La llamaron la reina de las cirugías, trataron de vincularla con personajes al margen de la ley, la insultaron y montaron memes donde la comparaban con Michael Jackson: “La única cirugía que tengo es la de nariz, que es un procedimiento muy común hoy en día. Además, creo que cada cual puede hacer de su cuerpo un templo”.
¿De dónde sacó la fortaleza para enfrentar todo eso?
Estuve aferrada a Dios y a mi familia. Sé lo que tengo, lo que quiero, y eso me da la certeza para seguir adelante.
Y eso quedó demostrado justo después de que Ariadna Gutiérrez, la sucreña saliente, le pusiera la corona. Entonces, mientras los periodistas se agolpaban para registrarla, ella buscó entre el público a su mamá y la hizo subir al escenario. El abrazo y las lágrimas que corrieron por sus mejillas fueron los más sinceros y reconfortantes: “Se vale soñar, hija”.
Con Andrea se completa una tríada de las más hermosas soberanas de los últimos tiempos, que comenzó con Paulina Vega, siguió con Ariadna y ahora tiene a la chocoana.
DIEGO LEÓN GIRALDO
DIEGO LEÓN GIRALDO
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