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Congreso

‘Todavía tengo más de tres años para seguir aportando’

Antanas Mockus fue electo senador por Alianza Verde con más de 540.000 votos, la segunda mayor votación en las elecciones del domingo pasado.

Antanas Mockus fue electo senador por Alianza Verde con más de 540.000 votos, la segunda mayor votación en las elecciones del domingo pasado.

Foto:Claudia Rubio / EL TIEMPO

Antanas Mockus dice que el neurólogo le había dado 11 años de vida plena, y ya lleva 8.

Diana Rincón
Contra todos los pronósticos, en las elecciones del domingo pasado, el exalcalde de Bogotá Antanas Mockus obtuvo la segunda votación más alta para el Congreso –después de la del expresidente Álvaro Uribe– y con ello selló su regreso al escenario político en el país.
La última vez que los colombianos lo habían visto en la plaza pública fue durante la campaña a la presidencia de 2010-2014, cuando perdió frente a Juan Manuel Santos. Después de eso, el profesor se dedicó a su familia y a enfrentar el párkinson que le diagnosticaron y lo alejó durante ocho años de la vida pública.
Pero este matemático irreverente que puso a hablar a los bogotanos de cultura ciudadana y de que la vida es sagrada está de regreso y, muy a su estilo, asegura que aunque el tiempo corre en su contra, todavía puede aportarle a Colombia.
Antanas cumplirá 66 años dentro de una semana, está muy delgado y hasta se lo ve un poco frágil, y se muestra más prudente, o al menos mide más sus palabras. Pero sigue siendo el mismo humanista que se expresa a través de ejemplos y metáforas, que tiene en la argumentación su principal arma de convencimiento, que valora la posibilidad de las personas de transformarse para mejorar y que cree que confiando en el otro se puede merecer confianza. Esas serán algunas de las facetas de su retorno, a partir del próximo 20 de julio, cuando se posesione como senador, al escenario político del país.
¿Cómo recibió la votación del domingo?
Volví a meterme en el terreno de la política porque pienso que la confianza que la gente siente en mí y que yo siento en la gente puede tener un aprovechamiento social válido. Hay un ciclo curioso, cuanto más confío en la gente, más la gente confía en mí.
¿Cómo analiza el nuevo Congreso?
Hay caras nuevas, y hay primíparos, como yo.
Usted es primíparo en el Congreso, pero no en la política…
La práctica del Congreso es muy distinta a la del Ejecutivo. Habrá que aprender algunas cosas y otras no las quiero aprender… (risas)
¿Cómo le parece que quedó representado el Congreso?
En el Congreso quedó el país más o menos representado, tiene las distintas facetas de Colombia. Uno entiende que la democracia tiene que ser representativa, pero no basta que sea representativa, tiene que ser participativa, eso fue el mandato del 91, y eso quiere decir que no solo se hace lo que el gobierno pide sino lo que la sociedad pide a través de los mecanismos de representación. Pero la clave es la democracia deliberativa, donde argumento va argumento viene, y la gente va cambiando de posición si los argumentos lo convencen o no.

Hay un ciclo curioso, cuanto más confío en la gente, más la gente confía en mí

¿Qué pueden esperar los colombianos de usted en el Congreso?
Pues un esfuerzo de consistencia y un esfuerzo para que aprendamos a no descalificarnos. Como en el poema de la dignidad humana (del filósofo Pico della Mirandola) todos los seres humanos tenemos la capacidad de mejorar. Creo que el Congreso puede reinventarse y ser más admirable.
¿Ya tiene propuestas para el Congreso?
Tengo una filosofía que valora mucho la educación; entonces, en los debates sobre el tema educativo estaré presente, pero también está la educación, como la impulsamos en Bogotá, como cultura ciudadana. Me interesa la relación entre cultura ciudadana y el tema de los delitos menos graves. Si aprendemos a corregir bien los faules chiquitos, amorosamente como lo hace un padre de familia, eso mejoraría rápidamente la convivencia. Parte de lo que le aporto a la sociedad es esperanza, ahora no crean que eso es fácil, que uno espicha un botón y se llena de esperanza.
¿Cómo se concede la esperanza? A partir de experiencias excepcionales.
¿Cómo actuaría si le tocara enfrentar alguna situación de negociación no muy clara o, como ahora se dice, de ‘mermelada’?
Creo que tengo cierta vocación de cambiar las palabras. Propondría que no hablemos de ‘mermelada’, hablemos de ‘jalea’. El origen inicial del término es distinto. Cuando el entonces ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, habló de ‘mermelada’, lo hizo para decir que hay un desafío enorme para repartir los recursos públicos de manera justa en todo el territorio y que todo el mundo reciba lo justo, pero ese significado fue distorsionado. Lo que era la pretensión de ser justos, se cambió por la de ser avispados y vivos.
¿Cree que su salud le va a permitir un buen desempeño en el Congreso?
Eppur si muove (sin embargo se mueve, en español). (Se levanta de la silla y empieza a caminar alrededor de la mesa, en el sentido de las manecillas del reloj, y va diciendo: ‘tic tac tic tac…’.).
Todavía se puede… todavía puedo aportar (entonces, Viviana Barberena, su jefa de campaña, interviene y dice: ‘el tiempo va pasando y es una alerta, pero todavía estamos a tiempo’).
Yo consideré mi condición de salud muy en serio en el 2010, cuando tuve que escoger candidato a vicepresidente. Escogí a Sergio Fajardo con la total seguridad de que él prolongaría mi tarea si yo tuviera que quitarme por razones médicas. El neurólogo me dijo: ‘usted tiene 11 años por delante’, y ya van ocho; entonces, tengo tres, un poquito más de tres. Mucha gente generosamente me recomienda remedios, pero el mejor remedio es una vida llena de sentido, mis colaboradores fueron decisivos, ellos me dijeron: ‘usted está activo, está aportando, está escribiendo, acaban de publicar un libro sobre usted’. No solo he tenido éxito en la práctica, sino también he tenido éxito en la teoría… (pausa). Hay que tomar algunas pastillas a ciertas horas…
Estoy firme. Usted no se imagina lo que implica en términos de responsabilidad la confianza que la gente me tiene, con frecuencia me olvido totalmente de la enfermedad y lo que pienso es ‘qué buena salud tengo’, ahorita mismo me siento como en mis mejores días.
¿El contrato de Corpovisionarios con la Agencia de Cundinamarca para la Paz le genera alguna inhabilidad?
No. He tenido asesoría de gente que trabaja en el tema y todo está sólido, y yo me siento supertranquilo. Me parece fabuloso que en un Estado de derecho un ciudadano pueda disparar cualquier conjetura, pero seguro existirán instancias para aclarar eso.

Parte de lo que le aporto a la sociedad es esperanza (...) ¿Cómo se concede la esperanza? A partir de experiencias excepcionales

¿Por qué pidió de rodillas una alianza entre los candidatos Sergio Fajardo y Humberto de la Calle?
El gesto un poco modernizado es así (corrió una silla y se sentó en ella, de rodillas). Yo fui acólito y creo que ciertas cosas hay que hacerlas con enorme cuidado, creo que hay que cuidar a esos dos seres humanos, que son excepcionales.
¿Si no es Fajardo-De la Calle, no ve otra opción?
Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice. No quiero perturbar lo que puede estar sucediendo.
Entonces, ¿hay que esperar a ver qué pasa en la primera vuelta?
Hay un tema técnico-jurídico que no quiero entrar a evaluar. Yo creo que hay alternativas.
¿Hay posibilidad de una alianza Fajardo-De la Calle- Petro, o es lejana?
En distintos lados he cometido varias imprudencias mostrando mi disposición a buscar acuerdos, entonces, no quiero cometer una más, dejémoslo así.
¿Cómo resolver la división en la que está el país, entre derecha e izquierda?
(Pide una hoja de papel y saca luego una tira de ella, con la que crea una cinta de Möbius, con la que intenta representar las diferentes posiciones políticas). Esta cinta tiene localmente dos caras, y en cualquiera donde me pare hay izquierda y hay derecha, pero si la miro en conjunto, no hay izquierda ni derecha, lo uno termina siendo lo otro. Entonces, la cinta de Möbius es un antídoto perfecto para esa posición.
¿En un eventual gobierno, Fajardo no tendría control del Congreso y tendría que hacer acuerdos con partidos, algo de lo que usted no es muy amigo?
La democracia es imperfecta, pero es el mejor sistema que conocemos, hasta ahora no nos hemos inventado nada mejor, y la democracia incluye esa idea de posibles tensiones entre dos ramas del poder: el Legislativo y el Ejecutivo. Yo creo que los colombianos somos capaces de ser responsables, creo que Colombia resistiría perfectamente un gobierno anticlientelista como sería el de Sergio, o un gobierno anticlientelista como sería el de De la Calle.
GUILLERMO REINOSO RODRÍGUEZ 
EDITOR DE EL TIEMPO
Diana Rincón
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