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La violencia le cuesta a México la quinta parte de su PIB

Patricia de Obeso, coordinadora del Instituto para la Economía y la Paz en México, en rueda de prensa.

Patricia de Obeso, coordinadora del Instituto para la Economía y la Paz en México, en rueda de prensa.

Foto:EFE

Estudio sitúa la criminalidad como el principal motivo de preocupación para los empresarios.

México sería un 18 % más rico sin violencia. Casi la mitad de este daño económico tiene que ver con lo que los técnicos del Instituto para la Economía y la Paz califican como ‘delitos violentos’: robos, asaltos y secuestros, según el índice anual presentado este martes por el think tank, uno de los más potentes del mundo en la materia.
Pese a que la incidencia de estos crímenes se redujo ligeramente el año pasado, sigue siendo, por mucho, la principal causa de quebrantos económicos derivados de la violencia.
Los homicidios acarrearon un costo económico de casi un billón de pesos en el 2016: en ese rubro, los firmantes de la investigación incluyen desde el costo directo que supone la muerte violenta de una persona para su familia hasta la caída de productividad asociada con la muerte de un trabajador en activo.
En suma, delitos violentos y homicidios suponen casi el 80 % de las pérdidas asociadas a la violencia; el resto tiene que ver con el gasto público destinado a contener la criminalidad, el miedo enraizado en la sociedad o el precio de la seguridad privada.
Casi la quinta parte del PIB: esa es la magnitud económica de la violencia en México. En el 2016, tras una década de guerra contra el narco, este índice de paz se deterioró un 4,3 % y su recaída ha tenido un valor directo para la economía del país latinoamericano. El estudio tiene en cuenta el número de homicidios, asaltos, secuestros, violaciones, extorsiones y robos por cada 100.000 habitantes, así como el volumen de personas en prisión sin una sentencia judicial que justifique su encarcelamiento.

La violencia le costó a México el equivalente al 18 % de su PIB en el 2016, un año en que el aumento de los homicidios contribuyó al retroceso en la paz.

Como en el 2015, los empresarios mexicanos identifican la inseguridad como la mayor preocupación para sus cuentas de resultados, a mucha distancia de la fiscalidad, la corrupción o el bajo nivel de poder adquisitivo de la población. El porqué de su temor también está en cifras: una de cada tres empresas establecidas en México sufrió al menos un delito. Esta criminalidad supone la mitad del costo empresarial derivado de la violencia (equivalente al 1 % del PIB); la otra mitad está vinculada con las medidas que tienen que tomar para protegerse de la violencia.
Las cifras varían ampliamente entre Estados: de Yucatán, el más pacífico del país en 12 de los últimos 14 años, a Guerrero, el más violento, hay un abismo que, lejos de cerrarse, tiende a ampliarse año tras año. En el primero, el costo de la violencia ascendió a 14.600 pesos (780 dólares) por persona, muy por debajo de la media nacional (algo más de 25.000 pesos o 1.330 dólares).
En el segundo, esta lacra valió 53.600 pesos (2.850 dólares) por habitante, una cifra enorme más aún si se tiene en cuenta que se trata de una de las regiones más pobres del país.
El patrón general que se desprende de las cifras de la organización australiana es una relación directa entre el costo económico –y, por supuesto, humano– de la violencia y la posición geográfica de cada estado: cuanto más cerca de la frontera con EE. UU., más estragos causados por la criminalidad.
El 2016 fue, en términos generales, un mal año para la violencia en México. Tras una sostenida mejoría desde el 2012, el ejercicio pasado truncó esta senda: la tasa de homicidios se disparó un 18 % y el uso de armas de fuego repuntó con fuerza, según datos presentados por el Instituto para la Economía y la Paz. Sin embargo, los técnicos del centro creen que es ‘demasiado pronto’ para concluir si se trata de un cambio de tendencia o solo un bache.
También dan razones para la esperanza: la organización reconoce los ‘progresos estructurales’ logrados el año pasado; subraya que el país sigue siendo un 14 % más pacífico que en el 2011, en plena guerra contra el narco y cuando la tasa de homicidios era un 16 % superior a la observada en el 2016; y destaca la mejoría en las cifras de 21 de los 32 estados.
Por entidades federativas, en los seis últimos años los mayores avances se registraron en Nayarit, Durango, Coahuila, Quintana Roo y Chihuahua, mientras que en Colima, Baja California Sur, Zacatecas, Oaxaca y Michoacán se produjeron los mayores empeoramientos.
IGNACIO FARIZA
Ediciones EL PAÍS, SL 2017
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