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Conozca las trampas que usan los evasores de impuestos en el país

La mayoría se hace a través de empresas legales que son creadas para diluir utilidades netas.

Fábrica de facturas; platas de fundaciones que pagan gastos de los dueños de las empresas que las crearon; compañías con un montón de ‘hijitas’ que mantienen en el anonimato para controlar precios.
Estas son algunas de las tretas de las que echan mano los evasores de impuestos para agrandar los agujeros del recaudo fiscal.
En el caso de Colombia, la bolsa que recoge los impuestos solo suma 14 puntos del producto interno bruto (PIB), mientras que el promedio en países de la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo) es de 21 por ciento.
Los estimativos oficiales de evasión, citados por la Comisión de Expertos Tributarios, señalan que en Iva se pierde el 23 por ciento de lo que debería ingresar, aunque el Fondo Monetario Internacional habla del 40 por ciento. En el del impuesto de renta, solo las empresas estarían evadiendo un 39 por ciento con respecto al aporte total. El exdirector de la Dian Juan Ricardo Ortega calcula que la evasión en Colombia es equivalente a 65 billones de pesos al año.
Con aliados
Una empresa colombiana firma contratos en el extranjero con compañías domiciliadas en cualquier jurisdicción del mundo, supuestamente para obtener la prestación de un servicio. Dicho contrato, en realidad, no se presta efectivamente. Solo sirve para sacar dinero del país con un soporte legal (el contrato), que permite girar a través del sistema financiero, sin ningún inconveniente.
Posteriormente, ese dinero, que en promedio bordea el millón de dólares, se devuelve a donde el girador original haya dicho, es decir, lo pueden dejar afuera o lo pueden entregar en el país a través de un tercero, con otro tipo de figura, para dar apariencia de legalidad.
¿Cuál es el objetivo? Los contratos se refieren a servicios de alto costo que sirven para subir los gastos del contribuyente y, por consiguiente, obtener más deducciones. Su renta líquida gravable, a la hora de pagar el impuesto de renta, será menor, pues cuanto más abultados son los costos que se reportan más bajo el impuesto por pagar.
Varias cajas
Se trata de facturar el mismo número con varias cajas, lo que implica que a 10 clientes le dan el mismo número de factura. Aparece en la Dian como si una sola persona hubiera hecho el consumo, por lo que les llega un solo Iva o impuesto al consumo. Mientras tanto, se roban los demás y fue usted, el ciudadano, el que lo pagó.
Declaración parcial
El escándalo de los papeles de Panamá permitió identificar varios casos en los que grupos empresariales familiares crean compañías en jurisdicciones donde hay baja tributación. La finalidad es ocultar total o parcialmente la venta de un apartamento, una finca o, incluso, una compañía en Colombia. Para ello, venden un activo en el país y pueden declarar una parte de la venta, pero el resto lo pagan en el extranjero.
La parte no declarada en Colombia estaría evadiendo los impuestos a la renta y a la riqueza. Así, si el avalúo catastral del apartamento en el país era de 1.000 millones de pesos, y lo vendieron en 2.000, en la escritura local solo registraron los 1.000 millones. Para el resto, el vendedor se puso de acuerdo con el comprador para que ese dinero restante se lo consigne en dólares en el exterior, por lo que en Colombia nunca apareció como ingreso.
Zonas tentadoras
Al igual que los paraísos fiscales, las zonas francas, por tener un régimen tributario especial, que grava la renta a menos de la mitad de la tarifa habitual, se vuelven tentadoras para los que buscan caminos de evasión. Las zonas francas se convierten en el trampolín mediante el cual se contrata la prestación de un servicio de asistencia, para cualquier tema.
El contribuyente que contrató obtiene una deducción sobre la tarifa total del impuesto por pagar (que ya es bajo) por ser un gasto, y para el prestador es un ingreso que recibe y por el cual le retienen, a título de renta, una tarifa impositiva menor.
Cambiazo de tarifas
Para esta triquiñuela se requiere un 'software' especial, pues se trata de vender un producto que tiene tasa de Iva más alta y cuando lo van a declarar lo pasan internamente a través del software, de manera que si el producto tenía tarifa del 16 por ciento, aparece con una más baja.
Fundaciones evasoras
La empresa M le gira dinero a una fundación, como una donación. La fundación, sujeta al régimen de entidades sin ánimo de lucro, exenta de impuestos, en realidad es un bolsillo oculto de la compañía. La evasión es por partida doble, porque la empresa se baja impuestos por donación y la que recibe la plata no paga tributos.
Precios imposibles
De nuevo, una empresa colombiana que tiene sedes en varias jurisdicciones (una de ellas está en un paraíso fiscal). Recibe despachos desde el exterior, pero en realidad sus proveedoras externas están vinculadas, por lo que puede manipular los precios de transferencia.
Ejemplo: una compañía en Estados Unidos produce mesas cuyo costo es de 100 pesos y las vende a un supuesto comprador en un paraíso fiscal –su propio vinculado–. La venta se hace a precio de costo por lo que el ingreso es cero. Desde el paraíso, las exporta a Colombia a 200 pesos, donde está otro de sus vinculados; el colombiano las vende a 200 para que tampoco genere ingreso: la utilidad se queda en el paraíso fiscal.
Fábricas de facturas
Si a nivel internacional se manejan facturas de 800 o 1.000 millones de dólares, acá se las inventan por montos más pequeños, pero en mayor volumen. Hay fábricas especializadas y la compañía tiene soportes de pagos en pilas, que hizo con base en facturas falsas.
Doble contabilidad
El establecimiento comercial evasor hace una operación de venta, recibe el pago en efectivo y emite una factura falsa. La plata va a una contabilidad especial, en la que no registran el ingreso. Los pagos que recibe con tarjeta van a la contabilidad normal, la que se muestra a las autoridades tributarias.
ECONOMÍA Y NEGOCIOS
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