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Iván Ramiro Córdoba dicta su testamento tras 18 años de carrera

El jugador antioqueño deja el fútbol, pero seguirá vinculado al Inter de Milán.

Aunque el Inter, su casa en los últimos 13 años, no ha ganado ningún título este año, Iván Ramiro Córdoba terminó su carrera por todo lo alto. Lo hizo con un triunfo en el clásico frente al Milán, con el cariño de los hinchas que lo ovacionaron, y volando por los aires del estadio Giuseppe Meazza, levantado por sus propios compañeros. (Vea qué pasó con los jugadores de la Selección Colombia de Francia-98).
La emoción con la que Córdoba vivió su último partido en el San Siro, el último de los 454 que jugó con la camiseta nerazzurra, no cambió su decisión de no jugar más. "Lo hice por mi familia. En este año me despedí de tantas personas, el físico le va avisando a uno y le va tocando la campana, que ya es hora de terminar, pero uno es un cabeza dura y sigue. Eso ya es ser demasiado egoísta con la familia y hasta con uno mismo, porque uno no solo vive para el fútbol", explicó desde Milán, ya relajado. "Esto es parte de la vida: tengo que pasar tiempo con mis hijos. Quería tener la posibilidad de seguir jugando con ellos, disfrutar los partidos, ir a picaditos cuando mis amigos me inviten. Eso es una bendición. Quería terminar en un momento en el que todavía la gente lo añore a uno dentro de la cancha", agregó.
Córdoba cortó de tajo los rumores de que podría vestir otra camiseta. Algunos hinchas de Nacional se ilusionaban con tenerlo de vuelta en el equipo que lo vio salir a la fama, hace ya 16 años. "Ahora dejo de jugar a nivel profesional, pero ya he hablado con directivos del Inter, con el presidente. Espero tener una última reunión donde creo que se puede concretar todo y de ahí en adelante seguir trabajando con esta sociedad por muchos más triunfos", expresó.
Con Córdoba dentro de la plantilla de jugadores, Inter pasó de ser el equipo grande venido a menos, con una larga sequía de títulos, a ganar todo lo que se le puso por delante. No era campeón de liga desde 1989: logró cinco consecutivas. No era campeón de la Copa de Europa desde 1965: logró la Liga de Campeones, nueva denominación, en el 2010. Y ese mismo año terminó en lo más alto del planeta, al ganar el Mundial de Clubes.
"Yo no quería pasar como uno más en este equipo. Quería marcar otra vez la historia de este club. Había la posibilidad de llegar en su momento a otros equipos de Europa, pero yo quise venir al Inter. Los primeros años trataron de llevarme a otros equipos y eso hizo que yo rompiera con mi representante, quería al menos saborear una victoria con el club", dijo, y agregó: "El momento más importante fue el 2010, en el que lo ganamos todo. Fue el momento más alto de este grupo y eso es lo que va a quedar en la memoria".
Puertas abiertas
El buen nivel y el profesionalismo de Córdoba abrieron las puertas para otros colombianos en Italia. En el mismo Inter estuvo primero Nelson Rivas y ahora Fredy Guarín trabaja para quedarse, tras llegar a préstamo desde el Porto.
"Fredy tiene una gran personalidad. Lo está demostrando y ratificando acá en el Inter. Lo tiene todo para triunfar, solo debe jugar como él está acostumbrado y aprovechar cada posibilidad que tenga de mejorar. Puede lograr grandes triunfos", señaló.
"Esa fue otra meta que me puse cuando llegué a Europa: quería dar la posibilidad de abrir un poco más esa visión hacia el jugador colombiano. En los últimos años, el número de compatriotas que han llegado a Italia y a toda Europa ha aumentado y eso me da mucha alegría. Aunque creo que todavía son pocos, porque en Colombia hay mucho talento para exportar", agregó.
Justamente, uno de los colombianos que llegaron a ese país fue Mario Alberto Yepes, su socio en la Selección durante diez años, quien terminó en la vereda del frente, el Milán. Yepes estuvo también en la cancha el día de su despedida, pero a él le tocó la amargura de la derrota, que, además, le costó a su equipo perder el título de liga frente a Juventus.
"Fuimos por nuestro resultado, salimos a ganar. De una parte, uno lo siente por lastimar esos objetivos por los que lucha un amigo como Mario, pero este es el fútbol. De alguna manera, él ha sido premiado por su esfuerzo, por lo que ha hecho acá en el Milán, ganando la Liga el año pasado. Ahora, espero que confirme lo que ha demostrado y se pueda quedar en el equipo", reveló. "Antes del partido ya habíamos hablado y le había comentado mi decisión. Él me dijo que estaba muy triste. Fueron muchas las batallas en las que luchamos juntos.
Teníamos una pequeña esperanza de volver a algún partido con la Selección. Me dijo que estaba conmigo en cualquier determinación que tomara".
José Orlando Ascencio
Subeditor de Deportes
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