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Increíble victoria de Santa Fe 3-4 sobre Millonarios en el clásico

Después de ir ganando 0-4, los 'cardenales' se vieron sorprendidos con tres goles de Humberto Osorio

Santa Fe derrotó 3-4 a Millonarios en la novena fecha de la Liga Postobón, en un partido que ganaba ampliamente 0-4, pero en menos de 15 minutos, Humberto Osorio Botello, quien ingresó en el segundo tiempo por Wilberto Cosme, marcó 3 goles y le puso suspenso al duelo capitalino. (Gabriel Meluk analiza el clásico bogotano).
Fue un clásico extraño, emocionante y también insólito. Santa Fe pareció por momentos un tren embalado, goleaba 0-4 y terminó siendo un expreso descarrilado, con un 3-4 angustioso. Jonathan Copete fue el héroe de los rojos, Humberto Osorio, el de los azules. La noche regaló siete goles. (Galería/ Las mejores imágenes del clásico).
El duelo lució, en los primeros minutos, inclinado del lado azul, tanto como en las tribunas (cerca de 15.000 hinchas de Millonarios y no más de 3.000 de Santa Fe), pero hubo un despertar 'cardenal', tras 20 minutos de impotencia, y fue fulminante. (Osorio Botello le dio aire a Ríchard Páez con su triplete).
Omar Pérez salió de su escondite, invitó a Yulián Anchico y a Jonathan Copete, y orquestó el gol. Hubo una tocata: Anchico fue por la derecha, se juntó con Pérez, este con Copete, de nuevo Anchico en el costado -la defensa de Millos miraba-, el balón volvió a Pérez, quien centró a Copete y cabezazo certero, golazo.
El gol no era meritorio, pero sí fue certero. Aún había mucho tiempo para la reacción azul, pero tardaría, ya que Santa fe volvió a golpear: a los 29 minutos Juan Roa se liberó de su condición de volante de marca, gambeteó a uno, a dos, y fue derribado.
En el tiro libre, a unos 35 metros, Pérez acarició la pelota y se la puso en la cabeza a Copete y este, en una noche de heroísmo, empujó el segundo, en extraña soledad. 
Dos opciones de un Millos desconcertado intentaron acortar distancias: un remate de Wilberto Cosme que salvó el arquero Camilo Vargas y un tiro libre mágico de Máyer Candelo que impactó en el travesaño. Y así se fue el primer tiempo.
El segundo fue memorable. En cuatro minutos Juan Esteban Ortiz regaló el balón saliendo, este le cayó a Pérez, quien metió un amagué mortal, Pedro Franco quedó en el piso, y la definición fue de crack, 3-0. Y había más.
A los 9 minutos, tras un saque de banda, Copete centró el balón y Diego Cabrera definió, 4-0. Delirio rojo, entre sus escasos hinchas en las tribunas; ira azul.
Pero Santa Fe se confió y hubo una reacción embajadora sorprendente. Humberto Osorio Botello, quien fue suplente, entró y mostró su capacidad goleadora. Marcó el descuento a los 16, luego anotó el segundo a los 22 y para apretar el clásico hasta el final, marcó el tercero a los 32, ilusionando a la afición azul con un empate que hubiera sido más que una gesta. 
Sin embargo, aunque la envalentonada casi es milagrosa, no le alcanzó a Millonarios. Santa Fe pasó de ser un tren embalado a un expreso a media máquina, que pudo golear y terminó mirando el reloj, en un extraño clásico bogotano.
Pablo Romero
Redactor de ELTIEMPO
@PabloRomeroET
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