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Meluk le cuenta... (Con las manos vacías)

Nacional, con la jerarquía de los grandes, con eso que es ganar de camiseta, de imponer el peso de su historia y su leyenda, quebró la banca y dejó a Santa Fe, el favorito (así lo di), sin estrella, sin título de la Liga y con las manos vacías. Lo tuvo todo y se quedó sin nada. (Análisis en video de Gabriel Meluk).
Tras el partido contra Olimpia en Bogotá, el de la eliminación de la Copa, escribí que de nada valía jugar como nunca si no se lograban los resultados, si los dominios y los favoritismos no se ratifican con goles. Puede que sea cruel o reduccionista. Pero esa es ley escrita en piedra.
Este jueves, cuando se abran los libros de estadísticas y de historia no aparecerá este Santa Fe por ninguna parte, a pesar de haber atacado, de ser veloz en las bandas, de tirar uno y mil centros, de... Santa Fe preparó la fiesta. Nacional se comió el pastel.
Los días que se necesitaron los goles, no aparecieron los que debían, los ídolos: ni Omar Pérez, ni Wílder Medina. No es la primera vez (ni será la última) que un favorito se queda sin nada por no meterla cuando tocaba, como Hungría del 54, Holanda del 74, Brasil del 82...
La estrella 12 de Nacional fue este miécoles el triunfo de la táctica y la estrategia sobre la simple voluntad. La lección de Juan Carlos Osorio de cómo plantear un juego, mover las fichas, idear un partido, hacer los cambios, encontrar las flaquezas del rival y explotar las virtudes propias fue demoledora. Tal como se lo imaginó le salió. A tal punto que el musculoso Santa Fe terminó como un mosquito desesperado rebotando en un cristal.
Osorio, como también lo escribí aquí hace unos días, se sacó un clavo inmenso, y a pesar de todo lo mal que lo trataron en Medellín, de todo lo que se burlaron de él en la prensa y en el estadio, de todas las intimidaciones de las que fue víctima. Es otra vez campeón con sus rotaciones, sus papelitos, sus cambios y recambios, sus equipos de tres centrales o cuatro en el fondo, de cinco volantes o tres delanteros.
En el fútbol el gol lo es todo. Por eso Nacional abraza el trofeo, la estrella 12, y Santa Fe se mira las manos vacías.
GABRIEL MELUK OROZCO
Editor de Deportes
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