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Meluk le cuenta... (¡Nairo, todo un campeón!)

Me gusta esa gente que no les busca excusas previas a los desafíos y que cuando pierden lo admiten.

Me gusta la gente que no se dice mentiras, que al pan le dice pan y al vino, vino. Esa gente sabe que tiene todo para ganar y no le da miedo decirlo. Me gusta esa gente que no les busca excusas previas a los desafíos y que cuando pierden lo admiten, a sabiendas de su capacidad y su preferencia. Decir que quieren ganar y qué tienen para hacerlo, y que están para lograrlo no significa que lo vayan a hacer. Pero sí, que no se meten cuentos chinos.
Y me gusta la gente que finalmente triunfa sosteniendo su favoritismo inocultable, más cuando no quisieron evadirlo para dejar una puerta de salida abierta al fracaso, a la derrota...
En resumen, me gusta la gente como Nairo Quintana. No es que él sea el único sobreviviente en nuestro ecosistema deportivo con esa cualidad. Pero sí es de los pocos que aún nos quedan. ¿Y saben por qué? ¡Porque es todo un campeón! Y un campeón de verdad es el que sabe que las metas son realistas, por más difíciles que parezcan.
Este domingo, Nairo ganó la Vuelta a Romandía. Es su quinto título en pruebas Wolrd Tour. Voy a poner un paralelo: el Tour de Francia, el Giro de Italia (que ya ganó) y la Vuelta a España son el grand slam del ciclismo mundial, como los son Roland Garros, Wimbledon o los abiertos de EE. UU. y Australia. Las vueltas a Cataluña, País Vasco, Romandía o la Tirreno Adriático, todas ya ganadas por él, son como Master 1.000 de la ATP. Calculen pues...
Decía que Nairo ganó este domingo la Vuelta a Romandía y lo primero que dijo fue: “Sé cómo llegar bien y a punto al Tour. Sé que estamos bien”. Es favorito ‘1A’ para ganarlo, lo sabe y no escurre el bulto. Como no lo escurrió el año pasado cuando dijo que su única intención era ponerse la camiseta amarilla en los Campos Elíseos y, finalmente, no pudo. ¿Y qué pasó? ¡Pues nada! Demostró de lo que está hecho. Lo dio todo, estuvo cerca, luchó y logró un gran subcampeonato.
Porque el favorito es el que asume su condición a sabiendas de que esto es deporte, de que una mala decisión o reacción en una etapa pierde el título, como le ocurrió con los vientos cruzados y la paciencia tardía para atacar en largo en varias etapas de montaña en Francia el año pasado. Es parte del juego.
El favorito sabe que un descuido en la carretera le puede costar la camiseta roja en un accidente, como le pasó en la Vuelta a España del 2014. Caerse duro y retirarse es parte de las carreras.
El favorito es el que sabe que hay otros como él, tan favoritos y tan buenos como él, y que hay que enfrentarlos y tratar de vencerlos desde la sincera capacidad. Y tiene cómo hacerlo. Pero sabe que esos otros no son cojos ni mancos y harán todo por derrotarlo.
Como dicen varios libros de psicología deportiva, los campeones, los verdaderos campeones como Nairo, tienen una enorme motivación para ganar y un gigantesco compromiso y una excepcional determinación;son obstinados en la excelencia y el éxito, y ese alto estándar de logro los lleva a explotar todo su potencial. Además, confían absolutamente en sí mismos, son optimistas y positivos, y lo transmiten y lo dicen sin ponerse colorados y lo repiten como un mantra. Esa gente es la que me gusta.
En Romandía, Nairo demostró una vez más que está para ganarse el Tour que empieza exactamente en dos meses. Cuando subió lo hizo bien, cuando enfrentó las contrarreloj dejó con la boca abierta a sus rivales y cuando lo atacaron él y su equipo fueron un bloque de persecución.
Nairo Quintana está para ganar el Tour, como lo estuvo en los dos años pasados. Pero no tengo por qué decirlo yo. Él lo sabe y lo dice y lo repite con sus palabras y sus pedalazos. Es todo un campeón.
Meluk le cuenta…
GABRIEL MELUK
Editor de Deportes
@MelukLeCuenta
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