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Meluk le cuenta… (Intolerancia)

Hinchas sin reflexión, sin argumento, atacan para desvirtuar sus creencias con ofensas personales.

Gabriel Meluk
“En este país no existe opinión pública, hay hinchas”. La frase de García Márquez, que ya había utilizado alguna vez, cobró toda su dimensión este fin de semana por el estreno de James Rodríguez en el Bayern Múnich, por la reventada de Nairo Quintana en el Tour de Francia, por el clásico entre Millos y Santa Fe, por el inaceptable trino del senador Álvaro Uribe contra la honra del periodista Daniel Samper Ospina... ¡Por todo!
Hinchas sin reflexión, sin argumento, que atacan a las personas para desvirtuar sus creencias con ofensas personales. No se tolera. En este pueblo perseguido por dioses y hombres se requiere aprender con urgencia tolerancia. Vivimos en el reino del irrespeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias.
No hay opinión pública, hay fanáticos que en su apasionamiento desmedido en la defensa de creencias u opiniones son peligrosísimos: quieren aniquilar al otro sea como sea. Aplastarlo. No hay un centímetro para considerar nada.
Publiqué en Twitter la alineación del Bayern Múnich en su primer choque de la Copa Telekom del sábado pasado, y como no estaba James me dijeron “cizañero y malintencionado”. Que EL TIEMPO y yo teníamos una campaña sistemática para sacar a James del Real Madrid. ¡Válgame, Dios!
Publiqué la alineación del segundo juego el mismo sábado en la que sí estaba nuestro crack y entonces fui mediocre, conformista y hasta ‘enamorado’ de James en términos más crudos de calle. “¿Para qué hablar de ese debut de tres pesos del llorón?”, me dijeron. ¡Increíble!
Nairo pierde hoy feo en este Tour y perdió por poco el pasado Giro con un Dumoulin inesperado. Son hechos reales, fácticos, indiscutibles. Y por decirlo se prenden hogueras entre madrazos. Perder no le quita a Nairo un gramo de su gloria, de su estatua dorada como el mejor ciclista colombiano de la historia y quizás ya el mejor deportista colombiano de todos los tiempos. Pero hay que desollar y escupirles vinagre a quienes dicen que pierde.
El problema es cuando la prensa se vuelve hincha y asume el rol y disculpa o juzga con facilidad. Condena sin pruebas y de oídas o calla su análisis por el temor al linchamiento. Esta última es la salida simple. Es la demagogia con fuentes y audiencias. No soy Gandhi y también he pecado.
El buen periodista no es el que justifica con positivismo ni el que condena por condenar. Como lo dijo Bastenier, maestro de este oficio, la lucha contra los propios prejuicios constituye buena parte de la profesionalidad periodística. Y ser y comportarse como hinchas… ¡Pues es cosa de hinchas!
Y los fanáticos siempre ocultan una duda secreta. Por eso, quizás, su intolerancia.
Meluk le cuenta…
GABRIEL MELUK
Editor de Deportes
En Twitter: @MelukLeCuenta
Gabriel Meluk
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