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Cultura

La comida rápida de la comedia

'¿Cuál es la gracia?' es un especial multimedia en el que exploraremos y analizaremos el humor colombiano.

'¿Cuál es la gracia?' es un especial multimedia en el que exploraremos y analizaremos el humor colombiano.

Foto:CEET

Ophelia Pastrana, Turner Cat y El Brayan reflexionan sobre el oficio de ser gracioso en internet.

En Colombia no se le niega un meme a nadie. Hay para todas las edades: para los millennials o para las tías que usan WhatsApp. También abordan una variedad de temas que van desde la Selección Colombia hasta un candidato a la presidencia. 
Los memes se alimentan de las noticias, de las salidas en falso de los políticos, de las 'colombianadas' y de situaciones absurdas que solo ocurren en este pedazo de tierra.
¿Cuándo fue la primera vez que algo en internet le dio risa? Tal vez ese primer recuerdo sea algún video como el de Édgar, un niño mexicano a quienes sus amigos le juegan una broma mientras cruza un lago. “Ya, güey”, ruega insistentemente el jovencito, quien posteriormente cae al agua por culpa de sus compañeros. El contenido ya completa 15 años alojado en YouTube.
La comediante Ophelia Pastrana (quien además es física) recuerda haber soltado carcajadas producto de la red incluso antes de que existiera la popular plataforma de video (2005): “Me acuerdo de ver cosas graciosas en foros desde el 2001 o 2002”. Agrega que en esa época había muchos chistes que se podrían llamar 'internos', y que hoy se ven en redes sociales como Twitter.
Otros creadores de humor en internet, como ‘El Brayan’, un joven tuitero que hace chistes cortos para esa red social, o ‘Turner Cat’, un ‘youtuber’ que apela a los chistes de costeños para hacer reír a su audiencia, aseguran que sus primeras risas por algo en internet llegaron años más tarde que lo que vivió Ophelia, con algún meme o video.
¿Cuándo comenzó a ser gracioso internet? Es difícil saberlo, pero las redes sociales sí marcaron un antes y un después en el humor virtual. Uno de los factores es el fenómeno de la viralización, que hace que un contenido sea compartido y replicado de forma masificada. Hoy, el mismo chiste llega a miles, incluso cientos de miles de personas.
Para que algo sea viral en redes sociales debe cumplir con una fórmula que se ha hecho común: generar sentimientos o emociones como risas, indignación, empatía o fe en la humanidad.

¿Es el meme un lenguaje global?

Uno de los formatos más populares en internet es el del meme, que es definido muy académicamente como "unidad teórica de información cultural, transmisible de un individuo a otro". Eso tal vez no dice nada ni tiene la connotación emocional que ha generado este fenómeno cultural, pero en el fondo habla de la forma en que una imagen transmite un mensaje en forma de cadena.
“Los memes deben ser irónicamente comunes para que quien reciba el chiste comprenda la parte común y se sorprenda con la parte hecha a la medida por ti. Ese es el humor: la conjunción de dos ideas que no esperas encontrar juntas”, explica Pastrana.
En internet circulan memes tan locales como aquel de Doña Gloria en el que descarga un costal de groserías en el metrocable de Medellín que probablemente solo las entendería un colombiano, o tan globales como el de "John Travolta en el lugar equivocado". Este último tiene la capacidad de ser entendido en cualquier parte del mundo, sin que importe mucho la historia detrás de esa imagen.
“Hay formas correctas e incorrectas de usar el meme. Estamos desarrollando en internet un lenguaje cultural global gracias a los memes. En Estados Unidos o en Japón los usuarios van a entender el meme del joven que se toca la cabeza en señal de una buena idea. Si alguien lo usa diciendo que tiene dolor de cabeza, le dirán que lo está usando mal”, explica Ophelia.
El personaje de este meme es el actor Kayode Ewumi, que interpreta a “Roll Safe”en la serie 'Hood Documentary', de la BBC.

El personaje de este meme es el actor Kayode Ewumi, que interpreta a “Roll Safe”en la serie 'Hood Documentary', de la BBC.

Foto:Archivo particular

Un meme aplicado de forma incorrecta “es equivalente a decir que estás escribiendo con errores de ortografía. Este formato depende del contexto; por eso, los memes que tienen que pasar una barrera alta de contextos no son exitosos. Todos entendemos el chiste de las banderas en Twitter porque es universal”, agrega Pastrana, quien tiene un show de ‘stand up comedy’ en el que su personaje, ‘La explicatriz’, se burla del tema del género, con toda la autoridad además, pues esta mujer decidió asumir una identidad diferente a la que tuvo al nacer.

Gracias a los memes, estamos desarrollando en internet un lenguaje cultural global

Un meme y un chiste tradicional tienen una diferencia marcada y es que el primero está basado en una situación real con la que muchos se identifican, mientras que el segundo suele basarse en una situación inventada, con personajes como Juanito y la profesora.
Las cosas cotidianas son la gasolina de los humoristas de internet. ‘El Brayan’, popular en Twitter por reírse de sí mismo por “pobre, feíto y de malas en el amor”, detalla que solo plasma situaciones de la vida que a todos les pasan. “Me río de mis defectos y hago chistes sobre coyunturas”, revela.
Su cuenta de Twitter es un verdadero popurrí en la que publica desde comentarios cómicos hasta opiniones sobre los debates presidenciales. Las noticias colombianas hacen parte de su material para arrancarle carcajadas a sus seguidores. “Hay muchos creadores de contenido que se dedican al humor digital colombiano. Lo mío está lleno de palabras criollas”, dice.
En Instagram han obtenido mucha popularidad creadores de humor que apelan a costumbres regionales, como El Mindo (1,3 millones de seguidores), quien hace videos con su característico humor caleño, o Susano José (812.000 seguidores), que crea contenidos con sello Caribe.
“Hago chistes de la sociedad, de creencias y de comportamientos que la gente asume como normales. Ahí entro y digo que eso no tiene sentido”, afirma ‘Turner Cat’, quien se ha ganado a unos cuantos indignados por burlarse de políticos corruptos, ‘bendecidas y afortunadas’, cachacos, costeños y religiones.

Una red para cada cosa

Las distintas redes sociales tienen su naturaleza y limitaciones de formatos. Twitter es un servicio de 'microblogging' fragmentado, en el que la política juega un papel importante. Además, es una plataforma a la que la gente acude a informarse y a compartir comentarios en tiempo real sobre un evento específico.
En Twitter, los chistes y comentarios ingeniosos van al ritmo de la noticia y las imágenes de personajes públicos son susceptibles de convertirse en meme.
Facebook, por su parte, permite hacer transmisiones en vivo, subir videos de larga duración y publicar imágenes. Instagram es ideal para memes y videos cortos. De hecho, hay instagramers que crean solo contenido gracioso para esta plataforma.
YouTube, que hoy tiene la doble naturaleza de plataforma de video y red social, es ideal para videos largos y transmisiones en vivo y es recomendada para humoristas de internet que tengan facilidad de hablar en público y habilidades de edición y creación de video de alta calidad.

Con los memes auditivos ya no importa el ego del 'like' y por eso WhatsApp es el caso más extremo de lo honesto

“En Twitter se maneja mucho humor político, pero cuando quieres mostrar tu cara y tu gracia, funciona mucho YouTube y Facebook”, asegura 'Turner Cat'.
Ophelia coincide: “Si escribes bien, Twitter es espectacular. Si tienes contenido multimedia, Facebook. Si puedes editar y actuar, YouTube. Si lo tuyo es el 'en vivo', Instagram. En lo personal vivo de Twitter, soy buena para los chistes digeribles cortos. En vivo es donde te topas con la mayor dificultad de entrega, tienes que manejar la plataforma para transmitir, pero además estar presente, como en un escenario. La entrega bien hecha en vivo, en escenario o en transmisión, es espectacular”.
Les Luthiers son para Ophelia Pastrana los máximos referentes de humor que existen. "Si es difícil contar un chiste, ahora imagina cantarlo", dice.

Les Luthiers son para Ophelia Pastrana los máximos referentes de humor que existen. "Si es difícil contar un chiste, ahora imagina cantarlo", dice.

Foto:Andrés Oyuela

En WhatsApp, que nació como servicio de mensajería, pero también funciona como red social, la recompensa por el humor no es el ‘me gusta’ ni la viralización de un contenido, sino la risa.
La paradoja de WhatsApp es que el creador del chiste nunca sabe qué alcance tendrá, porque lo envía a sus amigos y no tiene forma de saber si estos vuelven a compartirlo. Esto se se debe a las condiciones de privacidad de la herramienta. “Con los memes auditivos ya no importa el ego del 'like' y por eso WhatsApp es el caso más extremo de lo honesto”, explica Pastrana.

¿Cuál es la gracia en internet? Que se 'embejuquen' es la gracia...

El humor en internet va de la mano de la indignación. “Esa es precisamente la cuestión, fastidiar un poco a la gente, sacudir, replantear y cuestionar temas que se dan por sentados. Que se emputen es la gracia”, confiesa ‘Turner Cat’, quien tiene de referentes a otros ‘indignadores’ profesionales: el bogotano ‘Primo’ Rojas, capaz de burlarse de las costumbres de los pobres, o el mexicano Carlos Vallarta, que hace chistes sobre el aborto y los embarazos no deseados sin sonrojarse. Crear un estilo y fastidiar con la mayor cantidad de temas posibles es lo que motiva a ‘Turner Cat’.
Situaciones como la muerte y los desastres naturales conllevan respeto y hay usuarios dispuestos a romper ese código y burlarse hasta en momentos de dolor. ¿Cómo lo hacen? Según Ophelia, es gracias a que son capaces de dejar de lado los sentimientos y ver estos eventos de forma racional. Esto choca con la naturaleza emocional de las redes.
“Para ser un muy buen humorista tienes que desconectar tu sentido de la emoción. El humor está en el filo de lo que se puede y lo que se debe decir. Estamos obligados a enfrentarnos con los activistas al burlarnos de un temblor en México o de alguien que está pasado de peso”, justifica Pastrana.
Al ser las redes un nicho para las causas sociales, la reivindicación de los derechos, la inclusión y el activismo, ocurren choques que logran que usuarios se sientan molestos por las burlas que ahí se hacen.
Comediantes como Alejandra Azcárate se han tenido que disculpar por cruzar esa raya de la corrección política en internet. Sin embargo, los humoristas defienden que “es mejor lidiar con los problemas y las catástrofes desde la risa”, como asegura Ophelia.

De maestros del ‘stand-up’ a ‘memetistas’ y viceversa

Los humoristas tradicionales y comediantes de ‘stand-up’ también han migrado a la web y se han adaptado a los formatos de memes y videos, aunque su trabajo tenga características diferentes.
Según Pastrana, quien hace comedia en vivo “tiene que sostener un chiste por 3 o 5 minutos en el show. No hace una mencioncita y adiós. Mantener el acto implica tener más profundidad del personaje e ideas sobre por dónde llevarlo y hacerlo crecer. Ambos mundos son diferentes y traen habilidades diferentes”. Agrega que el humor digital es la comida rápida de la comedia y eso no está mal.
El chiste también se ha visto permeado por la inmediatez de internet y uno de los atributos del humorista 2.0 es que reacciona rápido frente a un hecho gracioso. Si no lo hace, se le pueden adelantar en su comentario ingenioso o no causará tanta gracia una vez pase la coyuntura. En cambio, presentarse en un escenario implica ensayar, escribir un guion y hacer que un chiste suene fresco, incluso cuando ya se sabe de memoria.
Para Ophelia, el valor del ‘memetista’, como llama al creador de memes, radica en que está desarrollando un sistema emergente de comunicación global. “A eso hay que tenerle mucho respeto y cariño”, advierte.
Sin embargo, hacer un meme no es una tarea exclusiva de genios del diseño o del lenguaje. Ni siquiera se requiere tener un programa de edición, pues existen plataformas en línea para generar memes que tienen una biblioteca de imágenes prediseñadas y que solo requieren el texto personalizado para completar la imagen graciosa. En estas aguas, la calidad del diseño es lo de menos.
Solo hay dos reglas de oro en el mundo digital que nadie debe romper nunca: si crea un meme y alguien más lo comparte, relájese. Nadie lo tomará en serio si, por ejemplo, pretende reclamar su autoría o hasta demandar a alguien porque le robaron semejante obra de arte. La segunda: si una foto suya se convirtió en meme, tómelo con humor. Si trata de detener la imagen, solo logrará viralizarla más. Mejor dicho, en internet es mejor cogerla suave.
LAURA ROBLES MUÑOZ
EDITORA DE REDES SOCIALES
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