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¿Qué hacer si lo quieren convertir en esclavo de su trabajo?

Culturalmente, se cree que quien se queda más tiempo está más comprometido con la empresa.

Culturalmente, se cree que quien se queda más tiempo está más comprometido con la empresa.

Foto:Ilustración

Fijar límites, dialogar con el jefe o recurrir a tomar acciones legales, entre los puntos.

Redacción El Tiempo
Un gran revuelo generó la última columna de Juan Pablo Calvás ‘Esclavos de oficina’, en la que hace una reflexión sobre la dependencia al trabajo y las presiones que algunos superiores hacen a sus empleados para que estén todo el tiempo conectados y atentos, incluso fuera de los horarios laborales. Pero, ¿qué tan común es está situación en Colombia?
Para César Escobar, coach laboral y quien hace parte de la iniciativa ‘48 días Colombia’, este problema comienza desde el primer trabajo, al que muchas personas llegan sin pensar si es el campo al que realmente se quieren dedicar.
“Desde el colegio nos han enseñado que nosotros tenemos que hacer lo que nos toca. Y desde entonces lo venimos haciendo de esta manera, incluso cuando llegamos a nuestra primera experiencia laboral, la que muchas veces no tenemos opción de escoger”, asegura Escobar.
Para el experto, este es el punto de partida para que una persona se sienta inconforme con su situación profesional y esto termina marcando su futuro laboral. “Es un ciclo vicioso, porque si intentamos buscar trabajo en otra área, solo nos hacen ofertas en las que ya tenemos experiencia”, agrega. (Lea también: Las formas de esclavitud laboral más comunes, según usuarios de redes)
Así mismo, afirma que otro de los aspectos que influyen en que un empleado sea explotado en su trabajo es la dependencia económica. “Nos volvemos esclavos de las necesidades, de las comodidades y de las cosas que estamos comprando. Y para eso mantenemos el trabajo, porque tenemos que pagar nuestras deudas”.

¿Cómo dejar de ser un ‘esclavo’ laboral?

En esa misma dinámica, los trabajadores sienten la presión de mantener su empleo, a pesar de ser sometido a una mayor presión laboral y a un gran número de exigencias.
El trabajo no les da tiempo para nada y como hay muchas personas que quieren ese puesto, entonces se entregan en cuerpo y alma y trabajan sin tener tiempo para la familia, los amigos, ni para ellos mismos”, asegura César Escobar.
Por esta razón, para evitar que el trabajo se vuelva el punto focal de la vida, se deben fijar ciertos límites, tal como señala Milena Rey Serrano, psicóloga y especialista en recursos humanos.
“El empleado debe llegar a un acuerdo con su jefe para determinar cuáles son sus verdaderas responsabilidades con la empresa y dejar claras sus funciones y obligaciones, teniendo en cuenta que no superen la jornada laboral. Lo más importante es dejar claros esos límites”, indica Rey Serrano.
Escobar agrega que es importante “no malacostumbrar a los jefes al salir constantemente tarde del trabajo, ni aceptar ser sobrecargado de responsabilidades”. Ya que esto “puede convertirse en un hábito. La empresa puede dar por sentado que el empleado estará todo el tiempo a su disposición”.

Tecnología: ¿Culpable de la adicción al trabajo?

Sin duda alguna, el uso de dispositivos electrónicos ha generado que las personas estén conectadas en todo momento, lo que conlleva que un empleado pueda ser contactado en cualquier circunstancia.
“Ya sea a través de un correo, una llamada o incluso un mensaje por WhatsApp, el jefe puede hacer que sigan trabajando o realicen funciones laborales fuera de la oficina. Incluso, algunos empleadores hacen que sea un crimen que el trabajador se desconecte”, afirma Escobar.
Esa presión de mantener una constante relación con el trabajo puede incluso implicar una baja en el desempeño o tener un impacto directo en el ambiente con los otros compañeros.
“Por el estrés, la persona no puede rendir en su trabajo. Incluso esa sobrecarga laboral puede generar inconformidad en el entorno, ya que el empleado puede sentir que este exceso de funciones es únicamente para él y no para todos sus colegas”, indica Rey Serrano.
Por otro lado, este fenómeno puede estar relacionado a una adicción al trabajo o a ser un ‘workhaholic’.
“Este es un grave problema. Estas personas escapan de su vida privada en el mundo laboral, porque tiene algún tipo de control. Convierten el trabajo en lo único importante que hay en sus vidas, pero no hay nada más lejos de ser cierto. Hay que entender que si los ‘workaholics’ ven que su trabajo es lo más importante del mundo, pues bien por ellos, pero los otros no se deben mortificar ni sentir presionados por esto”.

Las implicaciones jurídicas

En el ámbito legal del país, los artículos 159 y 168 del Código Sustantivo del Trabajo establecen que si un empleado excede su jornada máxima de trabajo, la cual está contemplada con 8 horas diarias y 48 horas a la semana, debe tener un reconocimiento y pago por esa labor complementaria.
Así mismo, según la Fundación Derecho Justo, una alta exigencia en las funciones profesionales puede constituir acoso laboral.
En los artículos 2 y 7 de la Ley 1010 de 2006, se específica que la carga excesiva de trabajo es una modalidad de persecución laboral y establece que la exigencia de laborar en horarios excesivos es una conducta constitutiva de acoso laboral”.
Por esta razón, la persona que considere que es víctima de esta situación puede acudir al Inspector de Trabajo con competencia en el lugar donde se labora, inspectores de Policía, personeros municipales o la Defensoría del Pueblo.
Del mismo modo, el empleado tiene el derecho de solicitar la intervención de una institución de conciliación o en caso de incumplimiento por parte de sus jefes, establece una serie de sanciones disciplinarias y económicas; así como mecanismos para evitar posibles retaliaciones.
MARÍA FERNANDA ARBELÁEZ M.
Redacción ELTIEMPO.COM
Redacción El Tiempo
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