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Gente

Bogotá inspiró a los diseñadores

La coleccción de Ángela Galindo estuvo inspirada en los años 50.

La coleccción de Ángela Galindo estuvo inspirada en los años 50.

Foto:Oscar Garcés

Terminó el Bogotá Fashion Week con una muestra de lo vibrante que es la industria de la moda.

Andrea Morante
La arquitectura de Bogotá, las montañas y páramos que la rodean, las flores que crecen en sus parques y antejardines, los cambios de clima que vive la ciudad en un día, su ambiente roquero y funk... Varios de los diseñadores de prendas y accesorios que participaron en la tercera edición del Bogotá Fashion Week, pensaron en la capital del país a la hora de crear sus diseños.
Durante tres días se vio una variada muestra de lo que pasa en la industria de la moda en la ciudad: diferentes estilos, y diseñadores consolidados, emergentes y otros que, con trayectoria, se hicieron más visibles, tanto en prendas de vestir como en joyería y bisutería, y cuero, calzado y marroquinería, los tres clúster que promueve la Cámara de Comercio de Bogotá que lidera este evento.
Amelia Toro. Maestra del diseño y del trabajo sartorial, eligió el negro, el blanco y el azul oscuro, con toques pasteles, para una colección romántica y delicada cargada de vestidos y faldas en todos los largos. Muchos detalles deliciosos y femeninos acompaña a cada prenda.
Faride Ramos. Los uniformes de colegio (telas livianas de cuadros, príncipe de Gales, gallineto) y los juegos del recreo (trompo, canicas, aviones de papel) hacen parte de la colección Juegos prohibidos de esta momposina, que utiliza la sastrería masculina en versión femenina con mucha propiedad. En medio del azul oscuro, el café, el gris, surge el rojo y el azul claro en vestidos con escotes, corte en los hombros y boleros de las “niñas indisciplinadas”.
Adriana Santacruz. En las manos de esta diseñadora, la tejeduría en telar y los bordados de comunidades indígenas de Nariño se multiplican en posibilidades y en toda clase de prendas: vestidos, abrigos, chalecos, faldas, chaquetas, piezas que se superponen.
Isabel Henao. Las banderas de colores con plegarias tibetanas ondeando en el viento se trasladan a las prendas fluidas de su colección Shangri-La, que logra esta sensación con telas livianas en colores verde lima y cilantro, rojo, bronce y vino, destacándose las prendas en negro con círculos de terciopelo bordados sobre tulle y los plisados.
Diseño de Amelia Toro.

Diseño de Amelia Toro.

Foto:Oscar Garcés

Bogotá dejó ver una industria de la moda vibrante, variada, con calidad y propuesta

Mabel Palacio. Triunfante fue el regreso de esta diseñadora a las pasarelas con su colección Naturalmente mujer, en la que las flores de la ciudad inspiraron los estampados y bordados de sus prendas. Un derroche de texturas con chantús de seda, brocados, tejidos en torchón, organza, satín, jacquard, terciopelo, sedas, crepés, pieles sintéticas, chantillí, tafetán de seda y tul para vestidos, abrigos y chaquetas de distintos largos con mucha elegancia.
Lina Cantillo. Con su colección Rouge, esta diseñadora barranquillera nos enseñó que se puede ir vestido de rojo combinando sus distintos tonos, como el rojo ladrillo, el rojo carmesí y rojo vino al mismo tiempo. Entre la variedad de tonos, texturas y siluetas, incluyendo las versiones femeninas de sus trajes de hombre que presentó por primera vez, no hubo espacio para la saturación. Mostró pantalones pitillo, rectos, holgados, con prenses, con pachtwork; chaquetas de un botón, seis y doble abotonadura y distintos largos, y suéteres tejidos a dos agujas.
Mulierr. El tejido en las manos de Lorena Cuevas y Paola Tarazona ha tomado otra dimensión: sofisticación y elegancia. Su colección La poesía del silencio toma las texturas de la naturaleza (el pasto mojado, un árbol recién cortado, las venas de las hojas) para integrarlas en sus prendas de sastrería y tejeduría artesanal, que mezclan la lana y el algodón orgánico con sedas, tejido de punto y paños. Al azul y gris de su sello, agregaron rosado, rojo y camel para ampliar la paleta de colores.
Strada in voga. Unos vaqueros urbanos del siglo XXI, así parecían los hombres de esta marca del diseñador Efraín González, que interviene de tal forma el denim, su materia prima, que lo lleva a otros niveles. Brillos, encerados, desgastados, estampados, desteñidos elegidos para cada prenda: jeans, chaquetas, camisas, chalecos, bufandas overzise para hombres citadinos, rudos, arriesgados.
Bettina Spitz. Árboles, flores, pájaros y el oso de anteojos, la flora y la fauna que habita en la ciudad y en los cerros y páramos que la rodean fueron la inspiración para su colección Bogotá nativa. Paños gruesos, gobelino, jaquard dieron forma a prendas alargadas: pantalones palazzo, faldas y vestidos con la cintura marcada. Bordados y figuras sobrepuestas recordaron su sello.
Juan Pablo Socarrás. Para cada colección, este diseñador abre el baúl de los recuerdos. Esta vez sacó a sus abuelos, Luisa Francisca y Antonio, y sus respectivos roperos: ella, vestidos en sedas, chifones, crepes, denim, lanas y algodones para trench, kaftanes y kimonos y mantas guajiras. Y él, con vestidos cruzados, chalecos, esmoquin tropicales, gabanes, capas, bermudas.
Ducky Blakk. ¿Algo más roquero y punk que la bike jacket? Esta prenda es la protagonista de la colección Tus demonios de Luisa Alvarado, quien la reinventó de varias maneras: la convirtió en capa, la escotó, la volvió corsé, la hizo dorada o iridiscente, la ajustó y la soltó. Junto a ella, Madame Satán en rosa, una forma de exorcizar lo negativo que llevamos dentro. Una propuesta transgresoramente amable para el ambiente underground de la ciudad.
Ángela Galindo. Con delicadeza, finura y valor agregado al trabajo artesanal, esta diseñadora textil vistió de lana tejida en telar horizontal a una mujer contemporánea, aunque se inspiró en los años 50, cuando surgieron las maestras tejedoras en el país como Olga Amaral. Prendas en crudo y negro, colores de la Bogotá de esos años.
Experimental Couture. La elegancia del cachaco clásico inspiró a Andrea Castro para su colección Memorias creativas, en la que recrea prendas clásicas masculinas en femeninos para vivir la ciudad.
Bendita Seas. Divertida y colorida, así es esta marca de la diseñadora Viviana Alba, que piensa en la vida diaria de las bogotanas, por lo que sus prendas son utilitarias, prácticas, para enfrentar el día a día en la ciudad.
NATALIA DÍAZ BROCHET
Editora de EL TIEMPO

De la idea a la venta, tema del séptimo congreso de Ixel Moda

La creatividad es el principal patrimonio de los diseñadores, pero esta no es suficiente par lograr visibilidad, éxito y que la caja registradora suene. Por eso, la séptima edición de Ixel Moda, el Congreso Bienal Latinoamericano de Moda, tiene como tema central ‘De la idea a la venta, integralidad de la moda’.
Entre el 5 y 6 de abril, en el Hotel Las Américas de Cartagena, el congreso presentará a sus participantes, por medio de sus conferencistas, técnicas e información pertinente al momento de implementar un plan de negocios asertivo, ya sea en el diseño del producto, su mercadeo, comunicación o comercialización.
Para ello cuenta con invitados como la italiana Cristina Morozzi, directora académica del Instituto de Diseño Marangoni en Italia, que hablará sobre innovación. La colombiana Liliana Sanguino, Senior Lecture del programa de Ba Fashion Marketing and Promotion en la Universidad de Westminster, se encargará del tema de experiencia visual en el punto de venta.
Para conversar sobre marcas jóvenes están la consultora española Mónica Gómez y el director de Inexmoda, Carlos Eduardo Botero. La relación del negocio y el talento creativo estará a cargo de Eef Vicca, directora de moda de Factory PR, agencia especializada en posicionamiento estratégico de marcas. De la comunicación digital, hablará Víctor Megido, director del Instituto Europeo de Diseño Brasil, y de las generaciones y la comunicación, Francesca Miranda y Daniella Jassir.
Los diseñadores Hernán Zajar, Beatriz Camacho y Darío Cárdenas se encargarán de las pasarelas.
Andrea Morante
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