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Los millonarios errores en los nuevos estadios del país

El contratista de las obras del estadio de Montería, donde colapsó una parte de la tribuna, dijo que asumirá las pérdidas.

El contratista de las obras del estadio de Montería, donde colapsó una parte de la tribuna, dijo que asumirá las pérdidas.

Foto:Archivo particular

El último en sumarse a la lista fue el estadio de Montería, que sufrió el desplome de una tribuna.

Redacción El Tiempo
El desplome el miércoles de una parte de la nueva tribuna del estadio de fútbol Jaraguay, de Montería, dejó en evidencia, una vez más, los problemas que enfrentan las ciudades con las millonarias construcciones y remodelaciones de escenarios deportivos.
En los últimos cinco años se han invertido 173.157’000.000 millones de pesos en los estadios de Neiva, Bucaramanga, Valledupar, Ibagué y Barrancabermeja y varios de estos todavía no están terminados.
En el caso de Montería, aunque aún no se tiene un diagnóstico final de lo ocurrido, la Alcaldía señaló que se trataría del debilitamiento de las vigas que estaban en construcción.
La secretaria de Infraestructura Municipal, Diana Marrugo Otero, aclaró que no se cayó la totalidad de la tribuna, por lo que la parálisis de la obra se hará exclusivamente en el sector donde ocurrió el hecho.
“En ningún momento se cayeron las gradas, se estaban fundiendo 34 metros lineales cuando al parecer falló la formaleta, no se sabe si fueron los gatos, pero la estructura cedió y se vino abajo con el concreto y el hierro, eso me lo tiene que aclarar la interventoría en un informe técnico”, explicó Marrugo.
La obra tiene un valor de 8.000 millones de pesos, recursos que fueron aportados por Coldeportes y la Alcaldía de Montería. El contratista responsable del proyecto es el Consorcio Oriental de Montería, que el miércoles indicó que asumiría las pérdidas ocasionadas.
Una situación similar enfrenta el Plazas Alcid, de Neiva, pues en agosto se cayó la tribuna occidental (que estaba siendo construida) y dejó un saldo de cuatro muertos y diez heridos.
La Fiscalía abrió un proceso, pero aún no se señalan responsables; en este momento, el proyecto está interrumpido y con los contratos suspendidos.
Esta obra, adelantada por el Consorcio Estadio 2014, comenzó en diciembre del 2014 y debía terminarlas en octubre de este año. Su valor fue de 28.884 millones de pesos: 12.684 de regalías, 11.200 de Coldeportes (que ya se pagaron, pues correspondían a la primera fase, la que sí se concluyó) y 5.000 millones de pesos propios de Neiva.
Según informó el Sistema General de Regalías (SGR), se encontró que en las obras se habían adelantado ajustes que no estaban aprobados y riesgos en la sostenibilidad y funcionalidad. También deficiencias técnicas, que tenían que ver con acabados. Igualmente, la interventoría nunca dio información real sobre los trabajos y la calidad.
Aunque el estadio está cerrado en términos de construcción, la Dimayor le aprobó al Atlético Huila que jugara sin público.
“Las obras al escenario se retomarán cuando se tenga el peritaje definitivo de un estudio que se hará. Es responsabilidad exclusiva del alcalde Rodrigo Lara Sánchez, quien debe tomar las decisiones”, afirmó Luis Felipe Sierra, coordinador de seguimiento del SGR.

El estadio Alfonso López

Otro escenario que ha generado polémica es el Alfonso López, de Bucaramanga. En el 2013 se firmaron tres contratos de obra (de 5.448 millones de pesos, 283 millones y 1.433 millones), con los cuales se hicieron mantenimientos y reparaciones locativas.
Actualmente, la Unión Temporal Reforzamiento ejecuta acondicionamientos de seguridad sismorresistente, por 22.027 millones de pesos, pero hay inconvenientes por presunto incumplimiento. Además, el contratista alega no tener dinero. Los trabajos empezaron en abril del 2015 y no han finalizado. Esto tiene represada otra intervención, que hará Indersantander por 7.900 millones de pesos y que consiste en que la grama vuelva a ser natural y se mejoren la silletería y los camerinos.
La idea del instituto es tener listo el estadio en febrero del 2017, pero eso está supeditado a lo que pase con los otros trabajos.

Otras demoras

En Valledupar, el estadio Armando Maestre Pavajeau, el SGR dijo que el monto para construir la primera fase fue de 60.000 millones de pesos, y tiene un porcentaje estimado de avance físico-financiero de 98 por ciento. Sin embargo, alcanzar ese rango ha llevado más de lo esperado: la finalización de los trabajos estaba pactada para el 25 de agosto del 2015.
En la actualidad, se está llevando a cabo un plan de mejoras, que tiene como fecha de entrega el 27 de enero del 2017 y si no se cumple con las acciones y las fechas, el SGR puede ordenar la suspensión preventiva de giros a ese proyecto.
Allí en noviembre del 2015, un fuerte aguacero provocó la caída de un módulo de la cubierta de la tribuna oriental.
Para la segunda fase, que todavía no está aprobada, se construiría la tribuna sur y el segundo nivel para occidental y oriental, por lo que en total, el proyecto podría alcanzar un valor de 170.000 millones de pesos.

Faltan obras

Existen casos en que los estadios intervenidos funcionan, pero no están terminados.
El Murillo Toro, de Ibagué, aunque tuvo una millonaria remodelación de 14.000 millones de pesos (con recursos de Coldeportes, la Alcaldía de Ibagué y la Gobernación del Tolima), no cuenta con buen sistema de iluminación.
Diana Cepeda, gerente del Instituto Municipal de Deportes de la ciudad, afirmó que es necesario solucionar esa dificultad: “Hay cuatro torres, pero son obsoletas, tienen más de 20 años de servicio, creo que es hora de hacer una reestructuración total en ese sentido”.
El caso del Daniel Villa Zapata, de Barrancabermeja, es el de un proyecto que se entregó, pero quedó inconcluso.
La licitación se hizo por 22.000 millones de pesos y, tras varias adiciones, el escenario santandereano ha costado 41.082 millones. Los trabajos presentaron cinco prórrogas y se dilataron durante más de cuatro años, entre el 2012 y el 2015.
Uno de los puntos importantes era ampliar el aforo de público, de 8.000 a 14.000 espectadores, pero en este momento la capacidad del lugar es de tan solo 10.400 personas.
Y aunque Alianza Petrolera utiliza el recinto y se ve bien, al estadio Villa Zapata le hace falta la silletería (que está próxima a instalarse), la cubierta y arreglar los alrededores.
Para la Contraloría de Santander, la principal dificultad radicó en los desaciertos que la Universidad Industrial (UIS) cometió en los diseños y planificación de los trabajos.
“El proyecto surgió desfinanciado”, aseguró el ente.
NACIÓN
Con información de los corresponsales de Montería, Bucaramanga, Ibagué y Valledupar.
Redacción El Tiempo
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