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Así fue el primer día del corredor humanitario en la frontera

Jóvenes y niños estudiantes regresaron ayer gracias al paso habilitado en la frontera.

La noticia que se emitió en la noche del jueves en Ureña (Venezuela) de que se reabriría el paso para estudiantes colegiales hacia Colombia empujó a los padres de 56 niños a llevarlos de regreso a clases a Cúcuta ayer por la mañana.
A los menores, acompañados por el alcalde de Ureña, Alejandro García, los recogió un bus cuando amanecía en el extremo venezolano del puente Francisco de Paula Santander. El transporte los llevó hasta donde inicia la frontera entre ambos países, donde los recogieron otros buses que los llevaron hasta las escuelas Inem, Club de Leones y el colegio Padre Luis Vaviara, en la capital nortesantandereana.
Permitir el paso de 2.067 niños que viven en ciudades fronterizas venezolanas hacia las escuelas nacionales, por medio de un ‘corredor humanitario’, fue una de las condiciones que puso el jueves el presidente Juan Manuel Santos para aceptar reunirse con su colega venezolano, Nicolás Maduro, a buscar salidas a la crisis en la frontera.
La ministra de Educación, Gina Parody, aseguró que el ‘corredor’ que solicitaron a las autoridades venezolanas funciona y “esperamos que el lunes puedan pasar más niños”.
“El Presidente nos ha dado instrucciones precisas para que verifiquemos que es real este corredor para que los niños puedan pasar de Venezuela a Colombia y estudiar aquí sin miedo”, agregó la Ministra.
A su vez, el alcalde de Cúcuta, Donamaris Ramírez, agradeció al Gobierno de Venezuela que haya aceptado la idea en beneficio de los menores, y añadió que espera que “este sea el inicio de una cascada de decisiones que permitan la reapertura de la frontera”.
El número del ausentismo, sin embargo, sigue preocupando a los profesores de distintas escuelas locales. La religiosa Adelia Abella, rectora del colegio Padre Luis Vaviara, le contó a EL TIEMPO que ayer solo recibió desde Venezuela a Gerson y Abraham Cooper, hijos del peruano Abraham Cooper.
Los niños llegaron desde la ciudad vecina de Ureña. Desde el cierre, de la institución se ausentaron 48 menores que han perdido 11 días de clases. La religiosa le envió un regaño al presidente venezolano, Nicolás Maduro: “El único dueño de la vida es Dios, que no se le olvide que él también fue niño, que tuvo una vida de joven”.
En el colegio La Frontera, en el sector de La Parada, en el municipio de Villa del Rosario, la profesora Yamileth Bayona contó que le faltan 19 alumnos desde el pasado 20 de agosto. Según la docente, aún hay muchos estudiantes que están ‘escondidos’ en el país vecino por miedo a ser maltratados.
Jennifer Rubio, quien tiene 14 años y cursa octavo grado en el colegio Carlos Pérez Escalante, contó que se ausentó de clases porque había escuchado en Ureña que los dejaban pasar por San Antonio, hacia Colombia, pero luego no los dejaban volver a entrar.
A su hermana Mayo le daba miedo que cruzara ayer. “Pero yo quería pasar porque ya perdimos dos semanas de clases, que es bastante”, contó la niña.
Las autoridades nacionales esperan que el próximo lunes la cifra de niños que regresen a las aulas sea de al menos 1.000.
El Alcalde de Cúcuta les pidió a los padres del lado venezolano que estén tranquilos porque la Guardia Venezolana está “colaborando, está amable”.
‘No hay drama tan humillante como este’
“No hay en la historia, al menos en los últimos 50 años, otro drama tan humillante como este”.
Con esta frase, el director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo, Carlos Iván Márquez, resume su percepción sobre la crisis humanitaria que atraviesa Cúcuta tras el retorno de casi 16.000 colombianos de Venezuela.
Márquez, un hombre curtido en atención de crisis humanitarias, dijo que se han desplazado 1.500 funcionarios y voluntarios para la emergencia y que están listos por si esta se eleva.
“Puede darse otra situación de mayor magnitud, lo que ya nos tiene pensando en montar unos campamentos más, fuera de la ciudad, para concentrar a más gente. Ya lo estamos pensando”, reveló Márquez.
Sobre el drama de estos connacionales que tuvieron que cruzar la frontera afirmó que muchos empiezan a recordar “sus apegos y costumbres” como el Día del Amor y la Amistad o la preparación para las fiestas decembrinas”.
“(Los colombianos) fueron sacados a las patadas, de manera inhumana, y ni siquiera pueden volver a traer sus cosas. Eso es lo que los tiene tan marcados en el tema emocional”, dijo.
Alberto Mario Suárez
Enviado especial de El Tiempo
CÚCUTA
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