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El músico que cambió la guitarra por las tijeras

Carlos Durán dejó la música para cuidar a su madre pues sufrió una isquemia cerebral.

La guitarra y el piano ya no son los únicos instrumentos de Carlos Adalbert Durán García, pues desde hace cuatro meses las tijeras y el secador hacen parte de su nuevo arte.
Hasta principio de año Carlos dirigía dos orquestas, participaba en chirimías y dictaba clases particulares de música en Armenia (Quindío), una carrera artística que desarrolló porque esto ha sido una pasión en su familia.
Desde muy pequeño su madre, Esneda García, le enseñó a cantar y a partir de ahí la música le interesó y luego se convirtió en su sustento económico. Este manizaleño además de cantar, toca guitarra, bajo, percusión y piano. Sin embargo, desde abril esto ha pasado a un segundo plano.
En ese mes su madre de 56 años sufrió una isquemia cerebral, lo que le produjo pérdida de la visión, y parte del lenguaje, la capacidad auditiva y el movimiento. Así mismo, tuvo que dejar la labor a la que se había dedicado por 30 años, la peluquería y la belleza, arte que a raíz del abandono de su esposo, decidió aprender en la academia de belleza Silueta para mantener a sus hijos.
Luego de que Esneda quedó tres días en estado de coma, Carlos regresó a Manizales para cuidarla de ahí en adelante, ya que es más difícil para sus tres hermanos pues tienen hijos. Esta situación habría generado que su pareja sentimental, con la que llevaba tres años, lo abandonara.
Aunque este músico siempre había visto a su mamá trabajar en la peluquería, nunca pensó que años después aprendería el oficio. “Las clientes de ella me animaron y me decían que aprendiera, ese día rechacé la idea y al otro día me levanté, miré todos los trastes de la peluquería y me di cuenta que mi mamá había progresado mucho, que tenía todo el montaje, era venderlo y salir de todo lo que mi mamá había cosechado o no dejar que muriera”, dijo.
Por esta razón, empiezó a estudiar la especialización en Barbería Contemporánea en la misma academia, Silueta, a través del programa de formación ´Amor y Control´ de la Alcaldía de Manizales, en donde a los beneficiarios también se les brinda acompañamiento psicológico.
El cuidado permanente que tiene con Esneda le ha ayudado a practicar lo que ha aprendido, pues según él desconocía todo lo que hace una mujer en cuanto a belleza. “Con ella misma practico, a ella la cepillo, la maquillo, le hago masajes, le arreglo las uñas; no me imaginaba que una mujer es de pies a cabeza, uñas, maquillaje, cremas, ropa, que combine, tantas cosas…”.
Carlos dudó en elegir este campo por la connotación que la sociedad le ha dado a las personas que trabajan en esta profesión, sus amigos le decían que cómo iba a cambiar una guitarra por un secador, pero él comentó que “ningún trabajo es deshonra y más que es la labor de mi mamá de toda la vida”. Hasta ahora, dice que ha recibido algunas críticas, sin embargo, piensa trabajar y perfeccionar el arte.
Esta semana Carlos recibió su grado en el Centro Cultural y de Convenciones Teatro Los Fundadores, en medio de 147 mujeres que también se beneficiaron del programa de Silueta y la administración municipal. Su diploma lo obtuvo en compañía de su madre, que poco a poco se ha ido recuperando gracias a las terapias que recibe.
Ahora que recibió su grado, su propósito es abrir un local con el montaje que tenía su madre y así “poder complementar la música y la estética, en el día poder embellecer a las mujeres y en las noches ir a cantar a los escenarios”, expresó este hombre de 34 años que también manifestó que nadie sabe su destino, “uno nunca debe renegar de las cosas que le sucedan, siempre pensé que mi oficio iba a ser la música, pero hoy se me abre otra puerta”.
MARÍA DEL MAR VELÁSQUEZ
Manizales
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