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Medellín

Rostros y lugares: Reinventar la vida

El arte tiene un lugar preponderante en esta cinta.

El arte tiene un lugar preponderante en esta cinta.

Foto:

El documenta francés fue dirigido por Agnès Varda, JR.

Rostros y lugares que compite este año por el Oscar a mejor documental es un delicioso Road movie para dejarse llevar por la casualidad, el azar, el viaje y el juego. Se trata como dice Varda de embarcarse en una aventura espontánea. El objetivo es ir a “ver paisajes simples, ir a ver rostros”. Y lo hace a bordo de un carro cámara.
Agnès Varda y JR nos transportan por diversos pueblos de Francia. Ella tiene casi 90 años y el 33. Ella, la única mujer de la Nueva Ola Francesa (Nouvelle Vague), es también la primera mujer en recibir la Palma de oro de honor en el Festival de Cannes en 2015 y el Oscar honorífico el año pasado.
Él es un artista y fotógrafo callejero que ha intervenido espacios públicos, en varias ciudades del mundo, con atrevidas imágenes de gran formato. Los dos se declaran admiración mutua al principio del filme.
Esta pequeña y modesta película sintoniza con las búsquedas de ambos artistas, interesados por las gentes, la clase obrera y las personas menos visibles.
Rostros y lugares es una cinta que emociona a cada instante y que utiliza el cine y la fotografía para unir a las personas. La experiencia que ofrece es única y amable y reconecta al espectador con lo esencial, con los seres humanos y la naturaleza.
Los protagonistas son los mineros, queseros, trabajadores portuarios y de fábricas, las mujeres, los viejos, las casas abandonadas, las cabras, el puerto de Le Havre y Jeannine, la única sobreviviente de una calle que va a ser demolida.
(Verdadera resistente que avergonzaría a la Sonia Braga de Aquarius).

El documental se ha vuelto imprescindible para contar las cosas como son. Es un ejercicio de modestia

La película es a la vez un homenaje a la fuerza y vitalidad de Agnès Varda, a su espíritu siempre libre y curioso, siempre fresco y activo. Algunas de sus películas clásicas aparecen en el filme, como Cleo de 5 a 7 y, también, un guiño a Jean- Luc Godard, el otro sobreviviente de La Nueva Ola. Varda se refiere a él diciendo: “Es inventor, investigador, un filósofo solitario y alguien que creó una manera de hacer cine. Me cae bien, pero es una rata”.
En este documental hay emociones auténticas, seres reales, encuentros y despedidas, ausencias y lágrimas. También habla de lo efímero del arte y de la vida y de la posibilidad de reinventar ambas cosas. Refiriéndose al cine documental la directora expresa: “El documental se ha vuelto imprescindible para contar las cosas como son. Es un ejercicio de modestia”.
MARTHA LIGIA PARRA
CRÍTICA DE CINE
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