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Así recuperarán los 'puntos más calientes' del centro de Medellín

En los parques Berrío y Bolívar, la plaza Botero, Carabobo y Greiff se concentra la criminalidad.

Deicy Johana Pareja M. febrero 3 de 2016, 10:04 P.M.

El Centro, por donde transitan cada día 1.200.000 personas, es la zona más peligrosa de Medellín, que históricamente tiene los índices más altos de homicidios, hurtos, microtráfico, extorsión y explotación sexual infantil.

A eso se suma la concentración de más habitantes de calle, una mayor invasión del espacio público, casas de vicio, así como venta de productos de contrabando y piratería.

Pero eso podría cambiar, se convertiría en una zona agradable y segura. Por lo menos, así lo prometió el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, que junto con la Policía y sus secretarías, diseñó una estrategia para recuperar la comuna La Candelaria.

Las acciones se iniciaron con un refuerzo de 500 policías, para un total de 1.200 uniformados, que cubren ese lado de la ciudad. También con inteligencia y seguimiento para desarticular grupos que dominan las rentas ilegales.

El alcalde incluso dio una instrucción clara a la Policía: Recuperar la seguridad del parque Berrío en 30 días y de otras zonas críticas en un mes y medio. “Todos los días habrá consejos de seguridad hasta que retomemos el control, así como acciones integrales, no solo operativas sino también con educación, oportunidades y recuperación del espacio público”, aseguró.

No será una tarea fácil. De los 491 homicidios que se registraron el año pasado en Medellín, 90 fueron en el Centro; de 7.440 atracos a transeúntes, 3.168 se reportaron en esa zona, y de 1.695 robos a comerciantes, 524 se denunciaron allí. Pero no es lo único, en La Candelaria, la Policía capturó a casi 2.000 delincuentes el año pasado.

Del Centro preocupan en especial cinco sectores que tienen las cifras más altas de delitos, pese a que se trata de los sitios más emblemáticos y turísticos: los parques Berrío y Bolívar, la plaza Botero, el pasaje Carabobo y la avenida de Greiff.

“En esos puntos se juntó toda la criminalidad y el control territorial, el homicidio, el microtráfico, el hurto y la extorsión”, advirtió el alcalde.

Por ello, la Policía intensificará las requisas, habrá más controles con la Secretaría de Movilidad para identificar vehículos robados y ‘gemeliados’.

Precisamente, el coronel Diego Vásquez, comandante operativo de la Policía Metropolitana, explicó que la institución nombró a un coronel para articular los sistemas de seguridad, habrá investigadores de la Sijín, Dijín, y el Gaula, y un grupo de carabineros en función de vigilar la zona y rastrear a los delincuentes.

“Las cámaras de seguridad estarán articuladas al 123 para poder reaccionar ante cualquier emergencia y las cámaras que identifican rostros serán claves para seguir a criminales”, advirtió el oficial.

También habrá funcionarios de Espacio Público que reorganizarán a los vendedores ambulantes, así como funcionarios de la Secretaría de Inclusión Social, que harán brigadas para trasladar a los habitantes de Calle a otros sitios de la ciudad. Igualmente, revisarán centros de prostitución y calles para rescatar a niñas la explotación sexual.

En un mes se verán resultados, concluyó Vásquez, pero las acciones e investigaciones siguen para recuperar esos sectores, que pese a ser los más inseguros, son los más concurridos de Medellín.

El parque Berrío, el primero que recuperarán

Es uno de los sitios más concurridos e importantes de Medellín, no solo porque tiene más de 360 años de historia, sino también porque alrededor se consigue todo tipo de comercio. Allí hay una estación del metro, están la tradicional iglesia La Candelaria y los edificios La Bolsa y el Banco de la República.

Se siente un olor a grasa, mezclado con marihuana y frutas. Paradójicamente, más que un parque parece una plaza de mercado. Hay más de 150 venteros, muchos desplazados por el conflicto armado. Olga Correa, vendedora de cigarrillos y tinto hace 17 años, es una de ellas. Contó que el alcalde les dijo que el parque tenía que quedar libre y que los iban a reubicar, lo que le preocupa, aunque reconoce que en los últimos dos años el parque se desbordó por la invasión.

Por el Berrío transitan cerca 100.000 personas al día, pero casi no hay espacio para caminar, respirar aire puro ni para sentarse.

Análisis de la Policía dicen que en ese parque se concentran riñas, homicidios, hurtos a personas y al comercio, así como extorsiones, control de expendios de droga y prostitución, además de explotación sexual infantil.

El alcalde Federico Gutiérrez prometió recuperar el parque Berrío en 30 días. Esa será la primera zona que van a intervenir, por lo que aumentó el pie de fuerza.

A la Plaza Botero la afectan las extorsiones

Es atractiva porque reúne 23 esculturas del maestro Fernando Botero y allí está ubicado el Museo de Antioquia, el más importante de la región, y al frente está el tradicional hotel Nutibara.

Por la plaza Botero pasan unas 3.000 personas al día, pero es común el cobro de extorsiones a comerciantes. Así lo reconoció el coronel Diego Vásquez, comandante operativo de la Policía Metropolitana, que contó que los delincuentes no solo cobran ‘vacunas’ a los locales de los alrededores sino también a los vendedores informales.

Incluso un comerciante de la zona denunció que los vendedores que no tienen carnet de espacio Público tienen que pagar a los combos por el espacio donde instalan su ‘chazas’ o carretilla. “Así anden de un lugar a otro, tienen que pagar. De lo contrario, no lo dejan trabajar ni ahí ni en ningún punto del centro. Las cuotas varían depende si se vende agua, frutas o ropa”, afirmó.

El coronel explicó que las principales problemáticas, además de la extorsión, son las lesiones personales, la intolerancia, el hurto a personas y el microtráfico.

Entre tanto, el director de Corpocentro, Jorge Mario Puerta, aseguró que cerca de la plaza, exactamente debajo de los viaductos del metro, hay explotación sexual infantil.

El parque Bolívar, más complejo en la noche

Este parque es uno de los más antiguos y representativos de Medellín. Lo rodean la Catedral Metropolitana y el Teatro Lido. Cada día unas 1.800 personas transitan por allí.

El coronel Vásquez explicó que pese a su importancia, tiene una afectación de grupos ilegales y venta de estupefacientes. Además preocupan los homicidios.

El año pasado, en ese punto se registraron seis muertes violentas, la mayoría por riñas e intolerancia. Al igual que en otras zonas críticas del Centro hay extorsiones al comercio, explotación sexual infantil y hurtos a personas.

“La Policía allí ha logrado la captura de integrantes de grupos criminales, que elevan el índice de violencia”, dijo el oficial.

Para Jorge Mario Puerta, director de Corpocentro, la situación del Bolívar es compleja, sobretodo en la noche, “cuando hay mayor actividad de la comunidad LGBTI, que muchas veces generan riñas. Eso afecta el comercio y a los residentes de esa zona”, advirtió el director.

El oficial coincidió con que en la noche la problemática es más compleja, sobre todo por riñas en la vía pública y el alto consumo de alcohol y drogas, lo que causa molestia en transeúntes y residentes.

Una de las estrategias de la Policía será fortalecer el CAI que hay allí con más presencia de efectivos para mejorar la vigilancia.

Carabobo perdió lo que recuperó

La peatonalización del tradicional pasaje Carabobo, uno de los puntos de mayor comercio del centro de Medellín, cumplió una década. Esa transformación ayudó a la recuperación del espacio público y a la organización de los venteros ambulantes y a fortalecer el comercio.

Pero según el director de Corpocentro, eso se perdió. Tiene razón, en estos momentos hay mucha invasión de comerciantes informales, de Cd’s y libros piratas. “Allí está fallando el control del espacio público y, adicionalmente, se ha convertido en parqueadero motos. Se perdió un espacio que se había recuperado hace unos años”, reiteró.

Por ese pasaje hay carretillas y ‘chazas’ que exhiben ropa, frutas, zapatos, ‘cachivaches’, celulares y accesorios para los aparatos electrónicos.

En esa zona, al parecer, los venteros también pagan por tener un espacio para su mercancía.

Para Puerta, parte de la problemática es la invasión del espacio público, “incentiva la inseguridad. Por ello, la Alcaldía debe reinventar el modelo de control de espacio público”, advirtió. Precisamente, allí se inicia un plan de reubicación.

En Greiff hay mayor deterioro

En la avenida de Greiff, así como en las demás zonas críticas, hay mucha presencia policial por estos días. Cualquier transeúnte que no frecuente este sitio, lo percibe tranquilo. Es muy transitado, pero poco por peatones, la mayoría son conductores de motos, buses y taxis.

Sin embargo, quienes lo conocen y trabajan allí, saben que las extorsiones, la explotación sexual infantil, el microtráfico e incluso los hurtos no paran.

En la noche el panorama de ese lado, a pocas cuadras de la plaza Botero y la plazuela Zea, cambia. Las calles son solas, la gente evita pasar por allí. El paisaje son mujeres ofreciendo servicios sexuales y hombres que roban a mano armada.

Esa zona es la más olvidada no solo en seguridad sino también en su infraestructura.

Además, hay mucha presencia de habitantes de calle, que serán reubicados en los próximos días en la Minorista y se vincularán a nuevos programas de Inclusión Social.

Precisamente, el director de Corpocentro explicó que esa zona tiene un alto nivel de deterioro, se conoce más por su inseguridad que por ser céntrica.

Deicy Johana Pareja M.

Redactora de EL TIEMPO

Medellín

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Deicy Johana Pareja M. febrero 3 de 2016, 10:04 P.M.