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'Cada minuto es valioso para los que están atrapados'

Siguen labores de búsqueda en vía Medellín-Bogotá tras alud que sepultó a 18 personas.

Aunque no lo vio, Diana Betancur supo que el cuerpo que bajaban los organismos de socorro, en una camilla y cubierto con una sábana blanca, no era el de su hijo.
Se trataba del octavo cadáver hallado hasta anoche tras el derrumbe ocurrido en Copacabana, Antioquia, en la vía Medellín-Bogotá, y que sepultó a 18 personas y dejó cuatro heridos.
Aunque los cuerpos son llevados a Medicina Legal, donde son identificados, Diana estaba segura de que ese no era su hijo.
“Él estaba en el laboratorio de la cantera, y hasta allá no han llegado los organismos de rescate. Sé que no es él. No puede ser él”, dijo, mientras su mano temblorosa se paseaba por los tres adornos religiosos que tenía colgados en el cuello de su blusa naranja.
Bryan Espinosa, su hijo, de 22 años, trabaja en la cantera Las Nieves y no ha sido encontrado.
Al lado de Diana, un puñado de personas lloraba sin consuelo esperando que aquel cuerpo que bajaba de la montaña no fuera el de su ser querido.
Mientras Bomberos, Defensa Civil, Cruz Roja, Ejército y Policía se movían rápidamente por la zona, las familias de los desaparecidos permanecían inmóviles. Esperando.
Lo han hecho durante las 48 horas que llevan en el sitio, e incluso algunos, como Diana, pasaron la noche en el Puesto de Mando Unificado, a la espera de noticias.
“La esperanza se debilita un poquito, porque cada minuto, cada hora que pasa, es valioso para los que están atrapados”, dijo Diana, al tiempo que explicó que el laboratorio donde labora su hijo está ubicado al lado del contenedor en el cual se presume hay varios trabajadores. Añade que es un espacio amplio y una estructura fuerte.
Sus dedos vuelven a recorrer los rostros del Divino Niño, la Virgen del Carmen y el Milagroso de Buga. En todos se apoya para seguir con esperanzas...
Al lado de Diana se ubicó John Jairo Rivillas, quien no despegó los ojos de la camilla. La posibilidad de que fuera su hija, Íngrid Lorena, lo dejó perplejo.
“¿Papá, usted por qué no me llama?”, recuerda John que le dijo Lorena. “Porque los hijos deben llamar a sus papás”, respondió él.
Después de una larga conversación en la que hablaron de la familia, de salud y de la vida de su hija fuera de su natal Cali, su padre le dijo que la amaba.
Al día siguiente le informaron de lo sucedido, y le pagaron el viaje a Medellín para saber de su hija.
Las fuerzas le fallan y la voz se le corta. Lorena era la encargada de la salud ocupacional de los trabajadores de Las Nieves y, según las primeras hipótesis, estaría en la oficina o en el contenedor cuando ocurrió el deslizamiento.
Lo peor para John ha sido la falta de noticias sobre los avances del rescate. Este jueves, la niebla espesa del amanecer dificultó las labores, y el juego de emociones regresó.
Para el alcalde de Copacabana, Óscar Restrepo, lo primordial es la tranquilidad de las familias. “Buscaremos hasta encontrar a los desaparecidos”, afirmó.
Suspendieron actividades mineras en el sector
Tras una reunión extraordinaria entre la Gobernación de Antioquia y las autoridades responsables de la movilidad, la minería y la seguridad, Luis Pérez, el mandatario departamental, determinó suspender temporalmente toda actividad minera en la autopista Medellín-Bogotá, desde el kilómetro 2 hasta el kilómetro 18, y 500 metros a lado y lado del eje central de la vía.
Se decidió que la Universidad Eafit realice un estudio para indagar las causas que originaron el deslizamiento. Con la investigación se decidirá sobre la continuidad o no de proyectos de explotación en la zona.
“Con esto queremos decir que ya habló la montaña: nos envió un mensaje de intranquilidad. Según expertos, la cantera que falló, en teoría, era una de las más seguras, pues cuenta con todos los registros de Corantioquia y de la Secretaría de Minas”, expresó el mandatario antioqueño.
César Saldarriaga, gerente de planta de la empresa Agregados y Proyectos Mineros de Antioquia, que opera la cantera, dijo que creen que la causa del deslizamiento fue por factores de alta pluviosidad, lo que habría cargado los taludes con gran cantidad de agua.
El Ejército y la Policía adelantarán patrullajes diarios para evitar que se reinicie cualquier tipo de actividad minera.
DAVID ALEJANDRO MERCADO
Corresponsal EL TIEMPO
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