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Medellín

Paraíso protegido en medio del Magdalena

En las 32.072 hectáreas que conforman la ciénaga de Barbacoas las actividades humanas que se lleven a cabo deben ser de desarrollo sostenible.

En las 32.072 hectáreas que conforman la ciénaga de Barbacoas las actividades humanas que se lleven a cabo deben ser de desarrollo sostenible.

Foto:Guillermo Ossa / El Tiempo

La ciénaga de Barbacoas, importante reguladora hídrica del país, fue declarada zona de reserva.

En medio del río Magdalena, en la Ciénaga de Barbacoas, la segunda más grande del país, los pescadores de Bocas de Barbacoas salen a trabajar cerca del mediodía. Esta vez no se ocupan de sacar bocachicos, el pez más común de la zona, atrapan buchones: jacintos y lechugas de agua, plantas comunes en las ciénagas y el alimento preferido de los manatíes que habitan en este lugar.
El problema, explica Moisés Alexander Taborda, biólogo de la subdirección de Ecosistemas de Corantioquia, es que allí no hay suficientes manatíes para comerse todo el buchón que, aunque se reproduce con mucha rapidez y puede ser visto como una planta invasora, también es benéfica para los ecosistemas y es hogar de peces y crustáceos.
En el caso de la Ciénaga de Barbacoas, casi toda, según los pobladores de la región, está invadida por buchones, a veces tantos que se solidifican formando islas en las que anidan aves y pastan búfalos; a veces tan extensas que no permiten el paso de las lanchas o canoas de los pescadores, por lo que no pueden realizar su actividad económica.

Ahí siempre sacamos el bocadito del agua. Si no está limpio no se puede pescar, no se puede salir

En esos momentos lo que les queda es salir a tirar machete rozando potreros o “limpiando monte”. "Ahí siempre sacamos el bocadito del agua. Si no está limpio no se puede pescar, no se puede salir”, cuenta Daniel Vásquez, presidente de la Junta de Acción de Comunal de Bocas de Barbacoas.
En ese caserío viven cerca de 80 personas, de las cuales un poco menos de la mitad son niños. Allí no tienen electricidad o servicios de acueducto, tampoco llega señal de celular; para cocinar usan agua lluvia o a veces la toman del río Magdalena, dice Maryluz Escobar, quien vive allí desde hace 21 años.
Ella comenta que ahora las circunstancias son muy diferentes a lo que conoció cuando llegó de 9 años de edad con su mamá, ya no se ven tantos peces y ya no vive tanta gente. Una parte de los pobladores se fue por el riesgo de inundaciones, otra por la falta de trabajo pues “si no es lo de la pesca, no hay nada más qué hacer”, expresa Maryluz.
No obstante, unas tres veces al año, por periodos de 15 a 20 días, corporaciones ambientales y organizaciones no gubernamentales visitan el caserío para realizar labores de siembra de árboles o limpieza de buchón.
Por este último, en el que sacan las plantas del agua para secarlas y convertirlas en pacas de abono, los habitantes reciben una remuneración de 38.000 pesos diarios, dice Jaqueline Duque, otra de las habitantes del lugar. Gracias a estos trabajos con la comunidad se han limpiado 53 hectáreas de agua, según Corantioquia.

Zona protegida

En el camino a la ciénaga, en la copa de uno yarumos, una familia de monos aulladores descansa, al otro lado, entre heliconias, vuelan libélulas y algunas aves; en el tronco de los árboles, pájaros carpinteros buscan su comida perforando la madera, y sobre una rama un gavilán toma el sol antes de irse de caza.
Barbacoas es considerada cuna de varias especies de peces pero también hábitat de especies de fauna altamente amenazadas como el manatí, los monos aulladores y las tortugas de río. Además es un ecosistema estratégico para el país debido al papel fundamental en la regulación hídrica de los caudales de los ríos Magdalena y Cauca.
Es por ello que el pasado 9 de junio Corantioquia y la Gobernación declararon esta ciénaga como un Distrito Regional de Manejo Integrado, lo que permite que sea un ecosistema protegido y delimitado para que las actividades que se desarrollen allí sean orientadas a la sostenibilidad de los recursos naturales. Con ella, Antioquia completó 665.000 hectáreas de zonas protegidas, la meta de la Gobernación de Antioquia es de un millón de hectáreas.

Los habitantes de Bocas de Barbacoas piden más garantías

Los peces se están acabando y los que aún se sacan son muy pequeños para venderlos, a los pescadores se los pagan a 200 y 300 pesos cada uno. No es rentable”, comenta Daniel Vásquez, presidente de la Junta de Acción Comunal de Bocas de Barbacoas. Aunque los pescadores están acostumbrados a épocas de más y menos pesca, desde hace un tiempo notan que el poco trabajo es una constante. Al gobernador de Antioquia, Luis Pérez, quien visitó el lugar durante la declaratoria, le pidieron trabajo, ya que si no es de la pesca son pocas las opciones de sustento que les quedan.

A cada rato nos prometen que ya viene el agua, que ya viene la luz y la escuela, la niña mía ya tiene 12 años y ha estudiado ha sido hasta tercero apenas, y el niño que tiene 9 años, va en primero

Por otro lado, así como no hay luz, ni agua potable, ni alcantarillado, en Bocas de Barbacoas los niños no tienen en dónde estudiar. Vásquez contó que desde hace dos meses les habían dicho que iría un docente pero esto no ha sucedido. Varias personas, como Maryluz Escobar, han optado por enviar a sus hijos a estudiar a Medellín, otros los envían a Puerto Berrío (Antioquia). “A cada rato nos prometen que ya viene el agua, que ya viene la luz...y la escuela, la niña mía ya tiene 12 años y lo poquito que ha estudiado ha sido hasta tercero apenas, y el niño que tiene 9 años va en primero”, contó Escobar.
Además, en las paredes de madera desgastada de las casas se ven las marcas inconfundibles que ha dejado el río cada que aumenta su caudal. La solicitud más grande que tienen los habitantes de Bocas de Barbacoas es una reubicación, esta temporada invernal vivieron una inundación como no sucedía así desde hace siete años, recuerdan los habitantes.
Esa reubicación les ha sido prometida desde hace casi una década y esperan que este periodo de gobierno sí se cumpla con dicha promesa. De acuerdo con el gobernador de Antioquia, en Yondó ya hay listas cinco hectáreas de terreno para la construcción de las primeras casas.

Vamos a crear unos Guardianes de la Ciénaga para que los habitantes sigan cuidando el ecosistema y tengan un sustento mensual que los ayude cuando la pesca no es suficiente

Además, el mandatario se comprometió a llevar colegios prefabricados de rápida edificación para que los niños no tengan que desplazarse a otros municipios para estudiar, igualmente, dijo que está en estudio la construcción de un centro de salud.
Sobre el trabajo que les solicitaron los habitantes, el gobernador Pérez anunció la inclusión de los pobladores de Bocas de Barbacoas en el programa de pago por servicios ambientales, del que ya hacen parte más de 3.000 familias en Antioquia.
“Vamos a crear unos Guardianes de la Ciénaga para que los habitantes sigan cuidando el ecosistema y tengan un sustento mensual que los ayude durante las épocas de invierno, cuando la pesca no es suficiente”, concluyó.
MARÍA ISABEL ORTIZ FONNEGRA
Enviada Especial de EL TIEMPO
Yondó (Antioquia)
En Twitter: @M_I_O_F
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