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Medellín

Incertidumbre entre afectados del Bernavento

El edificio, de 18 pisos de altura, tuvo que ser demolido debido a fallas estructurales. Se usaron 50 kilogramos de explosivo.

El edificio, de 18 pisos de altura, tuvo que ser demolido debido a fallas estructurales. Se usaron 50 kilogramos de explosivo.

Foto:Esneyder Gutiérrez / EL TIEMPO

El edificio fue derribado ayer. Dueños de apartamentos esperan que les respondan por su inversión.

Eran las 6 de la mañana y Laura Gutiérrez estaba al frente del edificio Bernavento, ubicado en la Loma de Los Bernal. Fue el último día que lo vio en pie, tras seis años viviendo en el apartamento 1201.
Tuvo que salir en 2016, debido a las fallas estructurales de la edificación, pero no perdió la esperanza de volver. Hasta ayer. En silencio, observó a los trabajadores de la empresa Atila Demoliciones revisando los explosivos ubicados en las columnas para hacer el derribamiento controlado cuatro horas después.
“Hicimos lo posible por salvar nuestro hogar. Cada propietario pagó hasta 38 millones para una repotenciación que no fue suficiente. Por eso vine hoy, para hacerle el duelo a este proceso”, contó.
Con ropa negra y gafas del mismo color, ella, y otros tres propietarios fueron ubicados a unas cuadras de donde se hizo el derribamiento, con una vista directa.
La primera alarma sonó a las 9:50 de la mañana, 10 minutos antes de activar los detonadores. A un par de cuadras, comenzaron los murmullos de vecinos y otros espectadores reunidos bajo el sol a 100 metros a la redonda, todos con la vista puesta en Bernavento, el edificio que desde 2010 presentó problemas estructurales.
Cinco minutos después, de nuevo la sirena. La tensión aumentó. Los celulares se pusieron en modo cámara para capturar el momento. Silencio total.
Y pasó. Después de la última alarma, un fuerte pero rápido estallido mandó al suelo la estructura. La angustia de los 48 propietarios se hizo polvo en cuestión de segundos. “Se nos derrumbó la vida. Vimos caer nuestros sueños, nuestros proyectos, nuestros ahorros de la vida. Todo quedó enterrado”, dijo con voz entrecortada.
Melissa Vanegas, otra de las propietarias, quien también fue con lentes oscuros, tampoco pudo contener el llanto. “No puedo explicar lo que sentí. Fue una sensación terrible en el corazón porque todo se viene a la cabeza: la vida, los sueños y sobre todo los recuerdos felices. Durante los casi 10 años que viví allí con mi familia fui muy feliz”, expresó.
El edificio desapareció ante sus ojos, pero los problemas no lo hicieron. Siguen allí generando la misma zozobra a todos los propietarios. Algunos tienen que seguir pagando una vivienda que no existe, otros, están a la expectativa de si les cobrarán los más de 2.400 millones de pesos que costó el proceso de derribamiento.

Se nos derrumbó la vida. Vimos caer nuestros sueños, nuestros proyectos, nuestros ahorros de la vida. Todo quedó enterrado

“Esto (el derribamiento) nunca va a ser la mejor solución. Es que no la hay. Somos 48 personas que nos estamos quedando sin casa”, expresó Melissa con angustia.
Sobre lo que sigue, los afectados coincidieron en que están con más dudas que certezas. Aseguran que no tienen quién les responda pues los constructores no se han hecho presentes (Promotora Bernavento, Promotora San Felipe y Desarrollo Contemporáneo) y sienten muestras de responsabilidad de su parte.
“Además de la repotenciación, cuando salimos de Bernavento (2016) tuvimos que seguir pagando administración, predial y servicios públicos, además de los gastos del nuevo lugar donde tuvimos que ir a vivir, ahora el temor es tener que pagar el derribamiento. A duras penas podemos sobrevivir”, contó Laura.
Por su parte, Melissa indicó que los propietarios habían solicitado acelerar los procesos jurídicos contra los constructores y la misma alcaldía, pero que estas no han prosperado.
“La demanda administrativa está totalmente muerta. Nadie nos muestra celeridad y es en parte porque el señor Diego Vélez (juez Décimo Administrativo, se declaró impedido) tiene una amistad con los involucrados por lo que el proceso no ha avanzado nada, lo que es una total falta de respeto contra los propietarios”, manifestó la mujer.
Agregó que no tienen claridad de lo que pasará con el lote, una de las opciones para recuperar su patrimonio.
Por su parte, el alcalde Federico Gutiérrez les envió un comunicado informando que si bien el derribamiento controlado fue una decisión difícil, era necesaria para preservar la vida de propietarios y vecinos. “Hemos realizado un acompañamiento constante y juicioso (...) no puedo sino ofrecer toda mi solidaridad y cercanía, y prometerles que mientras podamos contribuir a que todo sea más llevadero, lo haremos”, dice la misiva.
Sobre dicho acompañamiento, Melissa anotó que más que palabras o abrazos, lo que necesitan son acciones en cuanto a justicia, celeridad y reparación, algo que al igual que Bernavento, no existe.

Derribamiento se hizo sin problemas

El derribamiento controlado del edificio Bernavento se hizo con 50 kilos de explosivo ubicado estratégicamente en nueve pisos por la empresa Atila demoliciones.
Rogelio Gómez, vocero de la empresa encargada del procedimiento, dijo que este se cumplió como se esperaba. De hecho, a las 11:15 a. m. se autorizó el retorno a sus viviendas y se procedió con la apertura de las vías que habían sido cerradas preventivamente.
El funcionario indicó que se usaron 1.500 metros de cordón detonante y 80 detonadores no eléctricos. Añadió que en las edificaciones aledañas no se presentaron daños, según las revisiones preliminares.
"Después de derribar el edificio, sigue la demolición de los niveles inferiores que quedaron en pie y se removerán los escombros, proceso que tardará aproximadamente cuatro semanas", dijo Gómez.
Por su lado, Jaime Enrique Gómez, director encargado del Departamento de Gestión del Riesgo de Desastres (Dagrd), agregó que personal de la entidad hará otra posterior evaluación del riesgo para levantar la evacuación en el sector. Vale recordar que esta mañana se evacuaron 11 unidades residenciales aledañas como medida de prevención.
Si bien no se presentaron daños en las redes de servicios públicos ni afectaciones en las viviendas aledañas, según el reporte de los técnicos, los habitantes tendrán tres días para hacer reclamaciones ante eventuales afectaciones que detecten y que hayan sido generadas por el procedimiento. La empresa Atila  será la responsable de las reparaciones a que se dé lugar.
David Alejandro Mercado Pérez
Corresponsal de EL TIEMPO
davmer@eltiempo.com - @AlejoMercado10
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