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Oriente antioqueño: región con un fuerte sistema de salud

Una tragedia permitió que algunas IPS mostraran su capacidad para atender a los habitantes.

Heidi Tamayo Ortiz Redactora de EL TIEMPO
Hace un poco más de dos meses un accidente de magnitudes a las que nunca se habían enfrentado fue el responsable de que los nombres de dos clínicas y un hospital antioqueños sonaran en casi todo el mundo durante varios días.
Ese 28 de noviembre de 2016, las rutinas nocturnas de la clínica San Juan de Dios, de La Ceja; la clínica Somer, de Rionegro; y el Hospital San Vicente Fundación, también de Rionegro, se vieron interrumpidas. El avión, con el equipo brasilero Chapecoense a bordo, se estrelló en un cerro del municipio de La Unión, en el oriente antioqueño. Los únicos seis sobrevivientes fueron atendidos en las tres instituciones de salud.
Tras conocerse la noticia, en Brasil conformaron una comisión de médicos y especialistas que llegó a Colombia para contribuir en las intervenciones que requerían los pacientes. Su mayor temor, al enterarse de que el siniestro ocurrió a casi 70 kilómetros de Medellín, eran las dificultades de infraestructura hospitalaria de la zona.
Así se lo hicieron saber a Ferney Rodríguez, director médico del San Vicente Fundación de Rionegro, a quien también le expresaron su sorpresa al encontrarse con un panorama diferente.
Días después, el resultado fue el esperado: enviaron con vida a sus países de origen a las seis personas y cumplieron con el plan que se trazaron: que no regresara un muerto más. La anécdota quedará escrita para siempre. Pero también evidenció la capacidad y la calidad de los servicios de salud del Oriente del departamento, una zona que está en creciente expansión y que hoy es llamado por muchos el segundo piso de Medellín.
Según Eduardo Loaiza, gerente de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), regional Antioquia, el número de viviendas nuevas en esta región aumentó un 7 por ciento, en el 2016. Además, a la cercanía con el aeropuerto internacional José María Córdova se añade un aumento de las industrias y las instituciones educativas. Esta realidad también ha impulsado la expansión y el fortalecimiento de los servicios de salud en la zona, si bien, no son ajenos a la crisis que atraviesa el sistema en todo el país.
El mayor logro, coincidieron los directivos de las tres IPS que atendieron a los sobrevivientes, es que la población del Oriente antioqueño, conformada por 23 municipios, no debe desplazarse a Medellín para recibir atención en salud, como sí sucede con otras regiones del departamento e, incluso, del país. Esto se debe a que allí, sumando los servicios del total de instituciones, se cuenta con todas las especialidades médicas, laboratorios de última tecnología, servicios de urgencias, hospitalización y unidades de cuidados intensivos, entre otros servicios que se ofrece en la región.
Centros de calidad
El San Vicente, con cinco años de presencia en la región, cuenta con varios centros especializados: cardiopulmonar, de enfermedades digestivas y de trasplantes. “También tenemos un servicio de urgencias con amplias especialidades médicas y podemos decir que somos la única institución en la región que tiene, las 24 horas, ocho especialidades presenciales”, manifestó Rodríguez, quien añadió que para el 2016, cerraron con 158 camas y se tuvieron 19.590 consultas, así como la atención a 523 pacientes del extranjero.
El año pasado, el Hospital recibió certificado de acreditación en salud por la calidad de sus procesos y se habilitaron seis nuevos servicios de oncología, entre otros logros diversos.
A unos 20 minutos está la clínica Somer, la cual tiene 30 años y ofrece más de 50 especialidades y subespecialidades, tiene 218 camas, servicios de urgencias de alta complejidad, hospitalización, cuidados intensivos para adultos y neonatales, laboratorio de alta complejidad, ayudas diagnósticas (ecografías, resonancia, rayos X, tomografía) y banco de sangre, entre otros.
Además, atendemos aproximadamente 150 partos al mes, aquí llega la gran mayoría de las pacientes gestantes del Oriente antioqueño y otras regiones del país y, por la presencia de cuidados intensivos neonatal, somos fuertes en la atención del binomio madre - hijo”, explicó Ana María González, directora médica de la Clínica.
También sostuvo que tienen cirugía infantil y atención en oncología, lo que permite que los pacientes que sufren de cáncer no tengan que desplazarse a otros lugares para recibir tratamiento y, por el contrario, reciben personas del Urabá, Chocó, San Andrés Islas y algunos extranjeros.
Pasando al municipio de La Ceja, a una media hora de Somer, queda la clínica San Juan de Dios, creada en 1963, como hospedaje psiquiátrico, pero que ha ido evolucionando hasta convertirse en casi la única IPS del departamento que ofrece servicios de salud mental y medicina especializada al mismo tiempo.
Tenemos 207 camas, tres quirófanos, 30 cubículos de servicios de urgencia, atendemos un promedio de 3.000 pacientes mensuales, manejamos imagenología completa, radiografía básica, ecografías, mamografías, tomografías, endoscopias digestivas, todo el diagnóstico de cardiología”, afirmó Guillermo León Molina, el director general.
A la cantidad de especialidades, que no son nombradas en su totalidad, se suma el trabajo conjunto de las tres IPS con otras de la zona, incluidos los hospitales regionales y de menor complejidad. Están fortaleciendo cada vez más una red integrada a la que se están uniendo varias instituciones del sector. El objetivo es mejorar la atención de la población, así como la compra de insumos, el intercambio de procesos, la formación académica y la investigación.
Asimismo, a estos servicios se agrega otra gran fortaleza de ambas IPS y que se evidenció en la atención a los sobrevivientes del accidente: el manejo de trauma. Todos los directivos aseguraron que la alta accidentalidad de tránsito de la región los ha llevado a fortalecerse en ese campo.
Entre tanto, además de los retos individuales de crecimiento en infraestructura, tecnología, servicios, academia e investigación, las tres entidades tienen el desafío de mantenerse firmes ante la crisis de salud que afecta a todo el país y a la que no han sido ajenas.
De acuerdo con el último reporte (31 de diciembre de 2016), la cartera de la Clínica Somer está en 54.715 millones de pesos; la del Hospital San Vicente Fundación de Rionegro, en 77.811 millones de pesos, y la de la San Juan de Dios, en 23.273 millones de pesos. Seguirán haciendo lo que esté a su alcance para seguir garantizando el derecho a la salud.
Heidi Tamayo Ortiz
Redactora de EL TIEMPO
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Heidi Tamayo Ortiz Redactora de EL TIEMPO
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