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Medellín

Arte y espiritualidad en la Asamblea Departamental de Antioquia

Sensación y esencia en la Asamblea Departamental de Antioquia.

Sensación y esencia en la Asamblea Departamental de Antioquia.

Foto:Guillermo Ossa. EL TIEMPO

La obra ‘Sensación y esencia... El alma del arte’, llega a los pasillos de la entidad departamental.

En el hall de la Asamblea Departamental de Antioquia hay una exposición inspirada en la espiritualidad y en la conexión con Dios.
Adriana María Pérez, autora de las 60 obras que revisten los pasillos de la entidad, cuenta que ellas son la manifestación de su espiritualidad. Esa que le ha permitido plasmar en cada cuadro cada uno de sus sueños, vivencias y anhelos.
La luz es uno de los elementos más importantes de su obra. Cuando las creaciones están iluminadas salen a la vista formas que permiten una transformación completa de la imagen, revelando así la verdadera intención de la autora.
La técnica que ella utiliza para lograr tal efecto es el óleo sobre vidrio, en el que distintas capas de pintura permiten ese juego de colores a través de la iluminación artificial.
Adriana asegura que es Dios el verdadero autor y que ella es solo un puente que transmite el mensaje entre el Creador y el público de la obra, dejando a cada espectador la libre interpretación de su trabajo.

Soy una mujer que cree en el poder de la oración y eso lo revelo en mi obra, porque he visto milagros y los busco donde voy

El primer cuadro con el que inicia la exposición se titula La Paz, una pintura en la que se ve un casco de guerra transformado en una maceta de la que salen flores de distintos colores.
Según la artista, el cuadro “invita a desarmarnos y usar la cabeza para influenciar positivamente, porque a veces no se requieren armas, sino una mente sana que sea capaz de transformar”.
Aunque también cree que si en la humanidad sigue existiendo resentimiento, egocentrismo y odio, la sociedad será incapaz de alcanzar el estado de paz por el que tanto lucha.
Cada trabajo revela una historia, pensamientos, reflexiones y sueños que ella se encarga de traducir a través de sus pinceles.
No solo se inspira en el amor de su fe, sino en el agradecimiento que siente por sus seres queridos, a quienes les dedica gran parte de la obra. En momentos y sentimientos, las burbujas que sobresalen son la representación de aquellos instantes con su familia que, de alguna manera, han definido su camino de vida.
Otro de los cuadros que resaltan de esta exposición es Ella baila sola. Allí se ve la silueta de una mujer dibujada por el sol que se oculta al final del camino mientras baila. Pero cuando la luz artificial se posa tras la pintura, aparece la figura de un hombre que acompaña a la mujer mientras la toma de la mano.
La ola y la rosa. Adriana Pérez

La ola y la rosa. Adriana Pérez

Foto:Guillermo Ossa. EL TIEMPO

“Esto significa que nunca estoy sola aunque así lo crean. Nadie lo está. Siempre tenemos una presencia que nos acompaña”, comenta.
El arte le ha servido para resurgir de una de las etapas más difíciles, donde cuenta que se vio derrumbada y sin esperanza. Pero que durante su proceso espiritual le permitió resurgir con una visión completamente diferente de la vida. Esto lo representa en cuadros como Ola y rosa, en el que la inspiración llegó mientras, desde la playa, miraba cómo el mar arrastraba una flor hasta perderla de vista.
Los elementos más recurrentes en su obra son el agua, los círculos, la naturaleza y la luz.Cada uno con un significado distinto para ella.
El agua, por ejemplo, representa el mundo que habitamos ya que en ella está la vida. Los círculos son la figura que cuenta que no hay un principio ni un fin, sino un tiempo para todos. La luz es la vida misma, la que guía y acompaña.
Incluso ella misma aparece en varias de sus pinturas. Sus manos, su cuerpo, sus pensamientos fragmentados en formas que parecen atraerse entre sí, muestran un poco la personalidad de la artista.
La obra de Adriana María Pérez estará abierta al público hasta el 5 de agosto próximo en las instalaciones de la Asamblea Departamental de Antioquia.
Carolina Ruiz para EL TIEMPO
ruicar@eltiempo.com 
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