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¿Qué hacer para frenar la violencia entre hinchas?

La muerte violenta de tres personas en Bogotá, en las últimas 72 horas, prendió el debate.

REDACCIÓN BOGOTÁ
El asesinato de tres personas en Bogotá, en hechos ocurridos entre la madrugada del sábado y la noche del pasado lunes, no solo llevó al alcalde Gustavo Petro a suspender este martes el clásico entre Millonarios y Nacional en El Campín, sino que además encendió nuevamente las alarmas sobre la ‘guerra’ entre algunos hinchas fuera de los estadios. (Vea aquí imágenes de víctimas de violencia entre hinchadas).
Simultáneamente, se abrió un debate sobre cuáles deben ser las medidas que tienen que tomar las autoridades para contener este fenómeno de violencia, más allá de aplazar temporalmente un partido y reaccionar ante la trágica coyuntura, como la que ha sufrido la capital del país en las últimas 72 horas. Y más cuando la Policía ha descubierto nuevas modalidades de agresión entre las barras bravas, quienes se amenazan de muerte por las redes sociales. (Lea aquí la columna de Gabriel Meluk: En este caso puntual, el fútbol no tiene la culpa)
Monseñor Alirio López, considerado una autoridad internacional en la materia, tras liderar el proyecto ‘Goles en paz’ entre 2001 y 2009, manifestó que se deben tomar varias medidas al respecto. Por ejemplo, sostuvo que El Campín debe ser declarado “territorio de paz”, una decisión que contiene un fuerte mensaje simbólico contra la violencia.
El prelado agregó que hay que revivir programas exitosos del pasado, como la vinculación de los jóvenes de las barras bravas a talleres de música, a campeonatos de fútbol y a proyectos productivos, que, a su juicio, han sido descuidados por la actual Administración Distrital. En esto, monseñor López coincidió con el comandante de la Policía Metropolitana, el general Luis Eduardo Martínez, en el sentido de que las agresiones entre las barras no se resuelven exclusivamente con operativos policiales.
“Lamentablemente, no podemos tener a un policía por cada centímetro cuadrado –aseguró el alto oficial– y hay una parte de la sociedad, especialmente conformada por jóvenes, que está enferma: estos hinchas problemáticos son como perros de pelea, es decir, se agreden tan pronto se ven”.
Para Martínez, la violencia originada por una camiseta de fútbol no tiene su razón de ser en una falta de leyes, sino en la crisis de “educación, respeto y valores”.
Desde el punto de vista legal, en el 2009, el entonces presidente Álvaro Uribe sancionó la Ley 1270, que creó la Comisión Nacional para la Seguridad, Comodidad y Convivencia en el Fútbol. Un pomposo nombre para un equipo integrado por una veintena de delegados, entre ministros, el Fiscal, el Procurador, alcaldes, senadores, árbitros y hasta periodistas deportivos y técnicos de fútbol, cuyo papel y eficacia quedan en entredicho a juzgar por los últimos hechos.
“En Colombia no tenemos políticas públicas en el tema y se reacciona ante los hechos. Es lamentable el descuido gubernamental hacia ‘Goles en paz’, un modelo aplaudido a nivel mundial”, afirmó el analista en seguridad Jairo Libreros, de la Universidad Externado.
En esta batalla contra la violencia, el experto también invitó a las autoridades a diferenciar entre las barras pacíficas de fútbol y las conformadas por violentos.
A las primeras, afirmó, hay que “elevarles su reconocimiento”, y las segundas deben estar en la mira de los oficiales de Inteligencia, que deberán buscar la captura de los jefes que toman las decisiones y los autores materiales que las concretan.
Este martes, Blue Rain y los Comandos Azules, las dos barras bravas de Millonarios, rechazaron “cualquier tipo de violencia dentro y fuera de los estadios” y sus líderes se mostraron dispuestos a colaborar con la justicia.
“No podemos festejar goles, cuando estamos de luto, cuando vemos que nuestros hijos y padres se mueren por una camiseta”, expresó el secretario de Gobierno, Guillermo Alfonso Jaramillo, al explicar la suspensión del clásico, que dividió a la opinión pública.
La pregunta es qué harán las autoridades de cara al mediano plazo. Porque, como lo sostuvo el exalcalde Antanas Mockus, “lo que representa un goce (como es el fútbol) no puede ser causa de dolor o tragedia”.
Tres muertes absurdas en menos de 72 horas
En menos de 72 horas hinchas de Millonarios dejaron a tres familias sumidas en el dolor y la tragedia, en casos aislados que se registraron en Bogotá.
Los dos episodios más recientes se presentaron en la noche del lunes. Uno de ellos concluyó con el asesinato de Carlos Andrés Medellín León, de 19 años, hincha del Atlético Nacional que fue apuñalado dentro de la estación Ricaurte de TransMilenio. Ocurrió a las 9:49 p.m.
“Mi hijo había salido a las 6 p. m. de la casa de los abuelos en Usme. Luego se encontró con varios compañeros de una barra de Nacional en una sede que tienen en el barrio Ricaurte y después de las 9 p. m. entró a la estación de TransMilenio con cinco amigos. Iba a tomar un bus hacia San Mateo (Soacha) donde vive con la mamá, cuando lo agredieron”, dijo Rosendo Medellín, padre de la víctima que hacía parte de la barra Los del Sur.
El joven fue atacado por al menos cinco seguidores de Millonarios que se bajaron de un articulado y que actuaron sin mediar palabra. Aunque fue llevado al Hospital San José, Carlos Andrés llegó sin signos vitales. “Carlos era sano. Iba a entrar a estudiar computación en el Sena. Llevar una camiseta ya no es un orgullo, es un riesgo porque a uno lo pueden matar”, relató Rosendo Medellín, este martes, frente a Medicina Legal. Carlos era el segundo de sus cinco hijos.
Minutos después de este crimen, pero en el barrio La Cañiza de Suba, fue apuñalado el hincha de Nacional Carlos Andrés Rodríguez Fonseca, de 22 años, miembro de la barra Nación Verdolaga, banda Colina. El muchacho, que se ganaba la vida como encuestador, salió de su apartamento a fumarse un cigarrillo y a pocos metros fue ultimado con cuchillo. Un hombre, que al parecer llevaba una camiseta de Millonarios y que iba con dos perros, sería el homicida, según la Policía.
Este martes, ‘Tato’, un amigo de la víctima, contó: “A Carlos le decían el ‘Terco’. Era un gran hincha verde y viajaba por Colombia y Suramérica para apoyar al equipo. El ambiente estaba caliente desde hace varios días con los de Millonarios”.
La otra tragedia –van seis en lo que va del año en Bogotá– cobró la vida del sargento (r) del Ejército Pedro Contreras, de 66 años. Fue asesinado en la madrugada del sábado por hinchas del equipo azul en Engativá, cuando defendía a su hijo que llevaba puesta una camiseta de Santa Fe.
Este martes en la noche, la Policía seguía tras la pista del presunto autor, alias ‘Toledo’, cuyo padre también es un militar retirado y que casualmente compartió filas con Contreras. Este hombre le aseguró a Citynoticias que su hijo “no es un asesino”. Sin embargo, el joven también es investigado por la muerte de otro hincha de Santa Fe en el 2010.
Más pedagogía y cultura ciudad
Se deben restablecer los ejercicios de convivencia, dicen los expertos
Las tres muertes recientes provocadas por hinchas evidencian la exacerbación del regionalismo y que se ha bajado la guardia en cultura ciudadana, dijeron expertos. El exalcalde de Bogotá Antanas Mockus consideró que es el momento de actuar colectivamente y de “buscar los mecanismos de regulación externa y autorregulación”. Agregó que la Alcaldía Mayor debe invitar a todos los actores, como las organizaciones de deportes, juntas comunales, incluso la Iglesia para que se “reconquiste el territorio” con campañas de respeto por la vida y ejercicios de convivencia. A su vez, el sociólogo Fabián Sanabria dijo que medidas como suspender los partidos no son la solución. “Se necesitan las acciones pedagógicas y hay que invertir más en ellas”. Planteó acciones simbólicas como, por ejemplo, que los jóvenes en los estadios “aprendan a ponerse camisetas de sus contrarios”.
Así se controló a los ‘hooligans’
Grupos de apoyo
Los 92 equipos profesionales del fútbol inglés crearon sus propios grupos de seguridad, lo que permitió disminuir la presencia de la policía uniformada enlos estadios e incluso se eliminaron las mallas y los muros que separaban las tribunas de la cancha.
Entrada prohibida
A partir de 1990 se prohibió el ingreso de por vida a los estadios de los hinchas violentos y se estableció que los fanáticos que violaran las leyes irían inmediatamente a la cárcel, entre ellas la prohibición del porte de armas y el consumo de alcohol o drogas en los escenarios deportivos.
Asientos para todos
La ley incluía la implementación de asientos personales en todas las tribunas, que permitía la mejor identificación de los hinchas. La Federación Inglesa dio un plazo de nueve años a sus clubes afiliados para que sus escenarios cumplieran con la norma.
Tomado del GDA
REDACCIÓN BOGOTÁ
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