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'Los bogotanos hemos sido muy pacientes con la izquierda'

Miguel Gómez, quien promueve la revocatoria de Petro, cuestiona la corriente política del alcalde.

YESID LANCHEROS
Si nada extraordinario ocurre, el próximo 2 de marzo los habitantes de Bogotá serán llamados a las urnas para revocar o refrendar el mandato del alcalde Gustavo Petro.
El representante a la Cámara Miguel Gómez, quien impulsó la iniciativa, explica cuál es su pronóstico.
¿Por qué no ha arrancado la campaña a favor de revocarle el mandato a Petro?
No tengo plata. Y el arranque de una campaña es costoso. No tengo, como el alcalde, una nómina que pueda manipular a punta de contratos, no tengo 83.000 millones de pesos para invertir en publicidad, no tengo un canal de televisión, en fin, es una pelea desigual.
Y si sabía que era así, ¿por qué le apostó a la iniciativa?
Porque Petro es un pésimo alcalde. Todo lo que se pueda hacer para cortar esta agonía es oportuno y los ciudadanos tienen que asumir su responsabilidad. Lo que pasa en Bogotá es culpa de los concejales, de los malos alcaldes, pero también de los ciudadanos que, cuando llega el momento de las elecciones, no miran con detenimiento las propuestas y a las personas que eligen.
¿Por qué Petro debe ser revocado?
Porque nos ha dividido y Bogotá tiene problemas muy grandes y deberíamos estar unidos. Porque no tiene equipo y utiliza la Alcaldía como trampolín presidencial.
Pero, históricamente, eso lo han hecho muchos alcaldes: llegar al Palacio Liévano y luego caminar un par de cuadras más hasta la Casa de Nariño…
Por eso la ciudad está como está. A Petro se le nota que los problemas de Bogotá no le importan. Él lo que quiere es posicionarse para ser el próximo presidente de Colombia y si para lograr eso tiene que dejar a la ciudad en una crisis absoluta, pues lo va a hacer.
¿Y qué piensa de los que afirman que hay una derecha recalcitrante que no tolera un gobierno progresista?
Los bogotanos hemos sido muy pacientes con la izquierda. Les hemos dado más de 10 años para que demuestren lo que pueden hacer en la ciudad, y lo que han hecho es una catástrofe. Decir que la extrema derecha no deja gobernar a la izquierda, cuando llevan 10 años destruyendo a Bogotá, es un despropósito. Si uno quiere valorar cuál es la calidad de la gestión de la izquierda, se ve que sus políticas y formas de gobierno no son las adecuadas.
Dice que la izquierda ha sido incapaz de gobernar, pero hay indicadores que muestran logros sociales y reducción de la pobreza. ¿O no le reconoce nada a la izquierda?
Claro que sí, y a Petro también le debo reconocer cosas. Las ideas de él son buenas, pero la ejecución es un desastre. La jornada única, por ejemplo, es una idea buena, pero la ejecución es una tristeza.
Lo del desarme es bueno, pero a la gente se le olvida que más del 90 por ciento de los actos de inseguridad que se producen en Bogotá se generan con armas blancas. Entonces, desarmar a la gente de las armas de fuego no evita que cada año la Policía Metropolitana decomise cinco toneladas de armas blancas. A uno le quitan el celular con una navaja. Hacemos lo fácil, pero no hacemos lo difícil. Un alcalde es, ante que nada, un administrador.
¿Cuándo fue el momento preciso en el que usted decidió impulsar la revocatoria de Petro? ¿Qué día fue ese?
Me acuerdo perfectamente. Después de la crisis de las basuras, en diciembre del 2012, quedé muy impresionado por la actitud del alcalde. Hubo tres momentos: el primero que fue desafiar, el segundo que fue recular y el tercero que fue tal vez el más extraño y el que menos se le señala hoy a Petro y que fue claudicar. El desafió y dijo que todos los que recogían las basuras eran unos hampones; después echó para atrás y luego terminó negociando con ellos. La historia parece no cobrarle eso a Petro, que terminó poniendo a los que él quería sacar (continuaron prestando el servicio los mismos empresarios del negocio del aseo).
Me impresionó mucho que las semanas anteriores a la catástrofe de las basuras se le advirtió que no podía hacer lo que hizo, se lo advirtió su equipo del Acueducto, la Superintendencia de Servicios Públicos, la Superintendencia de Industria y Comercio, todo el mundo le dijo que no tenía cómo hacer eso y él siguió adelante y por eso las faltas de la Procuraduría fueron consideradas gravísimas, porque fueron adrede. Este es el primer cargo administrativo que tiene Petro en su vida, él no ha administrado nada y lo primero que le entregan es una ciudad de una complejidad enorme y es absolutamente evidente que le quedó grande.
Mucha gente le critica su actitud bajo la Alcaldía de Samuel Moreno, donde se robaron a la ciudad, tal como lo ha podido comprobar la justicia. ¿Usted por qué no se movió en ese entonces? ¿Usted qué hizo en esa época?
Yo sí me moví. Le pedí a mi partido por escrito y a la bancada que nos retiráramos de la coalición de Moreno, antes del escándalo del 'carrusel'. Pero la bancada no solo no me hizo caso, sino que una parte participó activamente de los hechos delictivos, tal como ha quedado demostrado.
¿De 1 a 10, qué probabilidad existe de que gane la revocatoria?
Lograr el umbral de participación va a ser muy difícil. Pero si la gente sale a votar y se cumple el umbral, creo que nosotros ganaríamos. Si los ciudadanos no salen a votar, que no se quejen.
¿Siente que puede ganar?
Hay escepticismo. No sé por qué se programa la revocatoria una semana antes de las elecciones al Congreso (el 9 de marzo). Todo debería ser ese mismo día.
La Registraduría ha dicho que esos son los términos que da la ley…
Parece una excusa no muy válida, porque uno de los deberes de los funcionarios es incentivar la participación ciudadana. La participación es más fácil si la revocatoria se hace el día de las elecciones legislativas.
¿Con quién cuenta para la votación del 2 de marzo?
Con la gente. No hay un solo partido, ni un solo apoyo empresarial, ningún gremio, ni nada. Si cada una de las personas que firmó apoyando la revocatoria, consigue tres personas, ahí están los votos que necesitamos.
Y se supone que Petro es un alcalde que no cae bien entre los empresarios y que su gestión es criticada por los partidos políticos, pero no apoyan la revocatoria... ¿Cómo analiza esa situación?
Es cierto. Lo que uno descubre es que hay intereses tan grandes en Bogotá que hay mucha gente a la que no le gusta Petro pero no va a comprarse una pelea con la Alcaldía. Y el alcalde ha sido eficaz en producirle miedo a la gente. A mí, por ejemplo, me entuteló y demandó. Me la paso contestando acciones judiciales. Eso pasó en Venezuela, así empezó el chavismo.
Además, hay mucha confusión, porque las personas no saben en qué va el proceso del alcalde, luego del fallo de destitución de la Procuraduría (confirmado el 13 de enero), si se va a caer o no. Ni siquiera nosotros, los que estamos metidos en este tema, sabemos cuáles son los tiempos, las posibilidades y qué puede suceder. En la Alcaldía están tratando de ‘estirar el caucho’, que lleguemos al mes de junio y, por lo tanto, si Petro llega a ser destituido finalmente en esa época, el poder quedará en manos del movimiento Progresistas, con un alcalde encargado (bajo ese escenario efectivamente no habría elecciones atípicas, sino que el presidente Juan Manuel Santos nombraría a una persona encargada de la Alcaldía de una terna que presentaría el movimiento de Petro).
Petro lideró una estrategia jurídica para bloquear la revocatoria y ahora es el más animado para que se dé la votación, luego de que la Procuraduría lo destituyó en diciembre…
Eso es cinismo. Pero la política tiene eso. Muestra al hombre que durante un año torpedeó este proceso y ahora utiliza la revocatoria para demostrar su talante democrático.
¿A usted quién le financiará la campaña por el sí?
Voy a dedicar dos meses de mi salario a una campaña en dos direcciones: presencia en las calles, repartiendo volantes, y en redes sociales. Será una campaña modesta, la voy a financiar yo mismo para que Petro no salga a decir que detrás de esto está el ‘carrusel’.
¿Usted terminó dándole la mano a Petro y salvándolo políticamente con la revocatoria?
La política tiene esos riesgos. Es posible que si Petro hubiera dejado que los bogotanos votaran en octubre del año pasado, el resultado sería otro. Hoy, las circunstancias no son las mismas. No siento que le haya hecho un favor a Petro, sino a Bogotá, recordándoles a los ciudadanos que pueden cambiar la historia de la ciudad si quieren. Y de paso, la historia del país. Si revocamos a Petro, todos los gobernadores y alcaldes malos van a decir: oiga, hay que tener cuidado y administrar mejor porque la gente se pone de pie y me tumba.
Por eso no entiendo lo del exalcalde Enrique Peñalosa (ha dicho que se mostrará en contra de la revocatoria de Petro si así lo decide la dirección de la Alianza Verde) y me resulta sorprendente.
¿Por qué le resulta sorprendente lo de Peñalosa?
Porque lo veo más desubicado que un almirante en Bolivia.
Si pierde la revocatoria, ¿qué va a hacer?
La vida sigue. Yo tuve una vida antes y tengo una vida después, tengo unos hijos maravillosos, tengo que escribir un libro…
¿Sobre la revocatoria?
(Risas) No, hombre, no. Sobre mi experiencia en el Congreso. Tengo que terminar mi doctorado, tengo muchas cosas que hacer. Yo no soy un político profesional. Quiero seguir pensando en Bogotá, soy el único representante que hace algo. Puede ser que fracase, pero hice algo, a los demás no los veo en nada.
Uno ve a Petro acompañado de su gente, pero usted luce muy solo. ¿Quiénes lo acompañan? Por favor, nómbreme tres líderes públicos que lo respalden en estos momentos…
A ver, yo creo que en la bancada de la 'U' está la concejal Clara Lucía Sandoval. También está el exalcalde Jaime Castro, que ha sido muy importante en la parte jurídica. Él ha sido muy valiente y está jugado a fondo en todo esto. Y es cierto que figuras nacionales no hay.
¿Y por qué? ¿A qué lo atribuye?
Las firmas de las personas que apoyaron la revocatoria cayeron en manos de Petro y eso llevó a que mucha gente tuviera miedo de participar visiblemente. La gente dice que ellos (en la Alcaldía) conocen el nombre, la cédula y la dirección de los firmantes y, entonces, prefieren no quedar en una especie de lista negra. Hubo casos de funcionarios del Distrito a los que les dijeron que por qué aparecían en esa lista. Y en el caso de los empresarios, por ejemplo, hablemos de los constructores: si uno de ellos manifiesta que le parece bien lo de la revocatoria, no le vuelven a dar un permiso (de construcción) en su vida.
¿Qué le pide a la Registraduría?
Que garantice la transparencia. Yo le escribo al Registrador y él me responde con un boletín de prensa, ni siquiera tiene la decencia de responderme las cartas. Hicimos el cálculo y Petro ha hablado continuamente más de 28 horas en el Canal Capital, desde que lo destituyeron, y lo lógico sería que nos dieran 28 horas a nosotros también. Eso sería equitativo.
En este ambiente político tan polarizado, ¿cuál es el insulto que más le ha dolido?
Los que me insultan en las redes sociales sin ortografía.
YESID LANCHEROS
Redactor de EL TIEMPO
YESID LANCHEROS
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