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Barranquilla

Ganar o llorar: la 'odisea' de dos hinchas que quieren ver a Colombia

Radamel Falcao García, delantero colombiano.

Radamel Falcao García, delantero colombiano.

Foto:AFP

Muchos no lograron conseguir entrada para el partido. Otros celebran que sí lo hicieron.

Las últimas 55 horas para los fanáticos de la selección Colombia se convirtieron en una auténtica eliminatoria. Todo porque más de 50.000 personas colapsaron la página de Tu Boleta con tal de conseguir un verdadero botín de oro: la entrada al partido contra Paraguay que puede darle la clasificación al país al mundial de Rusia 2018.
Quienes saben de fútbol coinciden en que en el partido de la Selección Colombia contra Paraguay, el próximo 5 de octubre, está la clasificación al mundial, y yo –que escucho cada programa deportivo que existe–, sigo esos mensajes como una señal, al punto de que le pedí a tres jefes de este diario que me dieran unos días para ir a ver ese juego al mismísimo estadio Metropolitano de Barranquilla.
De hecho, cuando me planteé el viaje, en mi cabeza ya me veía con la camiseta roja de la Selección Colombia estampada con el número 9 del gran Falcao García y, lo más importante e infaltable, con la ropa interior de la suerte –unos viejos bóxer azules desteñidos que visto cada que hay un partido clave de Santa Fe, equipo del que soy hincha–. Siempre funcionan y, como cualquier loco por el fútbol, tengo agüeros.
Por eso, desde junio compré el tiquete de avión más barato que encontré hacia Cartagena, ciudad que entregaba las mejores ofertas en los pasajes –en la aerolínea de bajo costo que elegí– y es cercana a Barranquilla. También reservé los hoteles donde me hospedaría, por supuesto económicos, y solo me faltaba lo más importante: las boletas.
Desde ese mes, casi que con la misma constancia con la que cualquier persona suele lavarse los dientes, empecé a ingresar a la página de Ticket Shop, primero para saber en cuánto saldrían las boletas para Brasil, un indicador que daría luces sobre lo que sería la entrada contra Paraguay.
Luego del escándalo en esa entidad, que dejó a muchos seguidores con 'ira e intenso dolor' por perderse de la magia de Neymar, Coutinho, James y Falcao, un partido soñado, y para el que las boletas se desaparecieron, empecé a preocuparme. Más aún cuando se conoció que dicha empresa habría engañado a los colombianos y esfumó las entradas en un santiamén, sin saberse cómo hizo la venta.
Pero, ciertamente, en este país en el que abundan los carteles, como el de pañales y hasta el de papel higiénico, increíbles nombres acuñados a engaños que les hacen a los consumidores, puede pasar que las boletas de los partidos más importantes del año se desaparezcan súbitamente.
Sigo a pies juntillas un par de frases sabias del escritor argentino Martín Caparrós, un empedernido fanático de este deporte, que dicen que "para ver fútbol de verdad hay que ir a la cancha" y que saber de fútbol es entender "que hay cosas que suceden más allá de lo que se ve", por eso me empeciné todavía más en conseguir rápidamente la boleta, pero sin perder la cabeza porque esto también es un negocio lleno de lucros y, por supuesto, de mafias, como lo demostró el ‘Fifagate’.
Con David, mi mejor amigo y quien siempre estuvo firme para el viaje a pesar de saber que esos 90 minutos pueden dejarlo a uno sin uñas, duré largas ultimando los detalles del viaje. Conversamos, nos preguntamos cuánto valdría la boleta, dónde se conseguirían y cuándo saldrían a la venta.
Hace unos días –antes de que se conociera que Tu Boleta sería el nuevo operador para vender las entradas–, como las boletas no salían y la Federación Colombiana de Fútbol ni siquiera anunciaba qué empresa reemplazaría a Ticket Shop, una página llamada Stubhub me llenó de furia: ni siquiera habían puesto en venta las entradas y allí ya cotizaban las localidades sur o norte en cerca de 500.000 pesos, como lo siguen haciendo e incluso con valores más altos.
¿Cómo puede suceder esto? ¿Cómo hay gente dispuesta a pagar semejante cantidad de plata? ¿Cómo me hacen el daño de dejarme sin boleta?
Esas preguntas siguen rondando en mi cabeza. Luego, al conocer que solo iban a vender a través de internet con tarjetas de crédito, en una medida que a mi parecer no permite que muchos aficionados puedan acceder, me cayó otro baldado de agua, pues alejo de mí cualquier posibilidad de tenerla por temor a deudas.
Ante esto, me valí de una tarjeta de Bancolombia, la de mi novia Natalia, a quien no le interesa el fútbol, pero que sabe lo mucho que lo amo, y con esta pretendía comprar tres boletas. Al final, Julián, un amigo que es lo más parecido a Mariano Concha, de la película 'Pena máxima', decidió ir con nosotros al partido que nos puede clasificar al mundial.
Llegó el miércoles, la hora cero para comprar las boletas para clientes Bancolombia y esperanzados, muy a las 8 de la mañana, ingresamos a Tu Boleta, operador designado, pero la página se cayó por presuntos ataques cibernéticos, señalaron las autoridades. "¡Cristian, hermano!", me escribió Julián al enterarse que fallamos en el primer intento de comprarlas.
Este jueves era el segundo turno al bate para, por fin, comprar las boletas. De nuevo, a las 8 de la mañana, estaba ahí frente a la pantalla del computador y ante un aviso que decía: 'Bienvenido a Tu Boleta, no refresques la página', fue una nueva señal de que comprar una entrada de la Selección Colombia es tan difícil como sacar una cita médica con un especialista en algunas EPS o irse sentado en TransMilenio, guardando sus respectivas proporciones en grado de importancia, claro.
La página recargó cientos de veces, una y otra vez el conteo regresivo de 60 segundos volvía a comenzar y justo cuando pude acceder, luego de dos horas, un nuevo aviso de que no había localidades disponibles logró que se me aguara el ojo. Ese día solo había 4.000 a la venta.
Hoy, cuando termina la posibilidad de comprar las boletas, me encomendé a todos los santos y hasta al coro que balbuceo cada que juega la Selección y se le pone el camino cuesta arriba. La última vez que me funcionó fue en la pasada fecha de eliminatorias contra Brasil al minuto 56.
"Falcao García, que estás en el Mónaco,
Santificado seas, 'Tigre',
Vengan a nosotros tus goles,
Hazlos en el Metropolitano,
Así como los haces en el Principado,
Perdona nuestras ofensas,
y no nos dejes por fuera del Mundial (ni a mi fuera del partido contra Paraguay)".
Radamel.
Otra vez, a las 8 de la mañana de este viernes, entré con toda la fe que solo un apasionado por este deporte puede tener. De inmediato, en la pantalla aparecían las figuras de unas personas haciendo una fila, la cuenta regresiva esta vez fue de dos minutos. En el computador de la empresa, en el portátil de Rafael –un compañero que preocupado por mi situación me lo prestó– y en mi celular se generaba el mismo conteo, el cual se me hacía infinito.
Hacia las 9 de la mañana logré ingresar. Estaba a punto de hacer la transacción electrónica y, de repente, un informe de error 503 me dejó con las manos temblando de la ira.
En la casa de mi amigo David, quien también tenía dos computadores trabajando para lograr el objetivo, esos dos minutos se convirtieron en horas haciendo la fila electrónica.
En Twitter, un aliado en cuanto a los lamentos, muchos sufrieron mi situación, llena de impotencia, a pesar de que en la página hacían un llamado a la paciencia, que por supuesto yo ya no tengo.

Bendecidos y afortunados

Hacia las 11 de la mañana, el anuncio de los compañeros de la sección de Deportes y de la radio desvaneció por completo mi ilusión de conseguir el pase de entrada a semejante partido: “Se vendieron las 22.816 boletas para Colombia vs. Paraguay”,dijeron.
Precisamente, en Twitter, el perfil de Tu Boleta felicitó a cada una de las personas que publicaban su júbilo por obtener el preciado botín de oro para un fanático del fútbol.
Aníbal Marín, un pereirano que es un furibundo hincha de la Selección, logró acceder con facilidad al sitio y compró su boleta. “Entren a Tu Boleta desde el computador con m.tuboleta.com”, dijó que fue el truco que le permitió adquirirla.
Aníbal es de esos que cada que hacemos gol se tira al piso, grita y llora. Él cuenta que su plan también estaba listo. Tiquetes de avión, hospedaje y hasta una mini van tenía pagada con sus amigos para trasladarse de Cartagena a Barranquilla.
Con todo esto, el afán por comprar la boleta era angustiante. El miércoles, cuando apenas se vendieron 200 entradas para tarjetahabientes de Bancolombia, como él, se le cayó la página, duró todo ese día fraguando un plan para el jueves que fuera infalible.
Armó la maquinaría para que sus ilusiones de ver a Colombia no se derrumbaran. Con siete de sus amigos, Aníbal se sentó con sus respectivas tarjetas a comprar; sin embargo, de ellos solo él logró su cometido. Cuando lo logró su celebración no podía ser otra que empuñar su mano cual James festejando un gol.
Pero, aún faltaban muchos de sus amigos por conseguir boletas. Este viernes, las siete personas restantes volvieron a la concentración, como si fuera un equipo de fútbol, para comprar la boleta.
A las 9:30 a. m., como un milagro, 3 de los 7 que buscaban su entrada lograron acceder a la página en un lapso de tiempo muy corto y ‘coronaron’ la boleta, luego de que en muchos intentos justo al pagar les arrojaba el error 503 de internet.
Aníbal y sus amigos ya tienen fijo su ingreso al partido y, como muchos otros, muestran con honor sus pantallazos de la transacción exitosa en las redes sociales.
Eso sí, Aníbal cuenta que la angustia valió la pena y que, incluso, les sobraron tres boletas que van dirigidas a otros desesperados hinchas que no lo consiguieron, eso sí sin cobrarles un peso de más.
También, hizo un llamado para que las empresas que se encargan de estas ventas mejoren sus plataformas y no exista tanta demora para quienes buscan su entrada.
Yo, por mi parte, ahora tendré que resignarme a verlo en una tiendita barranquillera donde transmitan el partido.
CRISTIAN ÁVILA JIMÉNEZ
ELTIEMPO.COM
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