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Bogotá

Estos son los expertos en ponerle los pelos de punta

Transformaciones como esta son las que Álex Rojas crea en su taller de efectos especiales.

Transformaciones como esta son las que Álex Rojas crea en su taller de efectos especiales.

Foto:Randy Sánchez

Un maquillador, un grupo de teatro que embrujó una casa y la vecina que decora su casa de Halloween.

Dan vida a raras criaturas de terror

Quizá el peor insulto que puede recibir Álex Rojas, realizador audiovisual, ilustrador, escultor y quien se ha dedicado desde hace cuatro años a la producción de efectos especiales en Bogotá, es que le digan que su trabajo no se ve real.
De no crear sus personajes bajo la premisa de que hay que impresionar a la gente, no estaría cumpliendo con los estándares de calidad que le exige el mercado extranjero, el que hace poco ha empezado a deslumbrar.
“Hemos trabajado en comerciales para Centroamérica y Ecuador. También hemos tenido la posibilidad de desarrollar props (reconstrucciones en silicona de partes del cuerpo) en una película de Hollywood llamada Lost city of Z, la cual se estrenó este año en el Festival de Cine de Nueva York”, cuenta Álex, quien asegura que todo esto no lo ha hecho solo; con él trabaja Andrés Ramírez, ganador del premio Macondo por el maquillaje de la película de terror El Páramo.
Para que en este momento los espectadores de un producto audiovisual hecho en Colombia digan que vieron cadáveres y no muñecos, que vieron sangre y no pintura, otros tuvieron que explorar el terreno desconocido de la ficción, arriesgarse a fabricar sus propios efectos y fracasar, como le sucedió a Jairo Pinilla, quien en la historia del cine fue catalogado injustamente como el peor director de cine de terror en 1980 por sus precarios efectos especiales.
Ahora nadie se arriesga a hacer lo mismo que Pinilla; “como la industria crece, a los artistas les toca especializarse en efectos especiales en un solo campo”, dice Álex.
Aunque el mercado de los efectos especiales en el país esté cogiendo fuerza, Álex cuenta que siguen llegando artistas de afuera, porque todavía no hay una confianza en lo que hacen los artistas locales.
Ante este panorama, tanto Álex Rojas como Andrés Ramírez, con su empresa Rigor Mortis, han creado un mercado a partir de resultados y no de publicidad.
“Hemos trabajado con directores extranjeros y con compañías grandes como Movistar, en donde diseñamos los zombis para un comercial”, cuenta Álex.
El último proyecto de cine en el que trabajaron fue una adaptación del libro El Señor de las Moscas, dirigida por Alejandro Landes y Alexis dos Santos, llamada Monos.
Además, ayudan a los universitarios en sus proyectos audiovisuales, pues a pesar de la falta de presupuesto que tienen los estudiantes, Álex y Andrés afirman que tratan de ayudarlos, sobre todo porque reconocen que de esas escuelas saldrán los nuevos directores del cine nacional, sus futuros clientes.

Disfrazó su casa de mansión embrujada

Para toda festividad, Mile Janick tiene un sinfín de objetos decorativos con los que adorna su casa, ubicada en la carrera 12 n.° 140-42. Pascuas, Navidad, Amor y Amistad, Halloween y hasta las fiestas de cumpleaños de sus hijos son motivo para transformar su hogar en un pequeño ‘museo’ que reúne todos los elementos que ha adquirido a lo largo de su vida, en sus viajes y salidas.
Durante 15 días, esta barranquillera instaló los objetos que invaden la fachada desde el 1.º de octubre y llaman la atención de todos los transeúntes.
Calabazas, duendes, espantapájaros, brujas, vampiros y esqueletos de diferentes tamaños asustan y alegran a niños y adultos que habitan en el sector.
“Hacer esto se convirtió en mi pasión, y así ha sido desde siempre. Siento que ayudo a las personas a romper con su rutina, porque cuando pasan frente a mi casa se sonríen y se toman fotos. De esta manera se escapan un rato de su cotidianidad. Con eso soy feliz”, aseguró Mile.
No ha pasado un solo año en que su casa esté libre de pequeños y grandes adornos. Para cada temporada renueva su catálogo con regalos de sus hijos o compras momentáneas. Sin embargo, se encuentran artículos de la “época de Simón Bolívar”.
Algunos le costaron menos de 10.000 pesos, pero Mile ha llegado a invertir más de 200.000.
“Esto siempre lo he hecho con una sola finalidad y es hacer la vida más agradable, porque es muy corta y hay que gozársela con estas simples cosas”, comentó Mile, quien agregó que así como ha recibido expresiones de admiración y felicitaciones, muchos vecinos la critican. Pero, a pesar de los malos comentarios, Mile ya está preparando la decoración para la época navideña.

En Buen Viaje, maestros del horror

Para experimentar terror no solo se necesitan grandes efectos especiales ni un elaborado maquillaje, con una historia creíble basta. Así lo prueba el último montaje del teatro Buen Viaje, ubicado en la carrera 20 n.° 56-17 y bautizado como El Hotel.
Se trata de una obra tan comprometida con causar miedo que desde la fachada del teatro, la de una casa construida en Chapinero durante la primera mitad del siglo pasado, ya se siente estar visitando un lugar embrujado.
Pero esto solo es el principio. Los visitantes de El Hotel son recibidos por su gerente, el señor Ospina. Un hombre que de ahí en adelante se encargará de guiarlos por todo el teatro y ser el hilo conductor de sus cinco obras: ‘La ofrenda’, ‘La boda’, ‘La expiación’, ‘El sufrimiento de Charly’ y ‘La cabaña’ son estas puestas en escena.
Desde terror satánico hasta delirios psicológicos, pasando por un poco de humor negro, son los temas apreciables en cada una de estas representaciones.
Pero, tal vez lo que más contribuye a asustar a los huéspedes, como dicen muchos de ellos, es la ambientación. “No es una casa del terror cualquiera. No llegas, apagan las luces y te jalan las piernas. La música que te ponen está bien pensada, y vas de susto en susto. Nunca te esperas lo que va a seguir”, afirmó Laura Vargas, una de las visitantes de El Hotel.
Pero no solo la música utilizada en las obras de El Hotel Buen Viaje puede ser calificada como de culto, también el montaje hace uso de efectos especiales que simulan los conocidos poltergeist o eventos de actividad paranormal.
Todos estos efectos van acompañados de tramas con monólogos estremecedores. “Son cosas que te cuestionan sobre si tú también puedes llegar a comportarte como un monstruo”, dijo.
El Hotel Buen Viaje estará abierto hasta el próximo 5 de noviembre. Las funciones son los jueves, viernes y sábados. El valor de la boleta es de 36.000 pesos por persona.
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