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Explosivos de últimos meses en Bogotá eran elaborados por reinsertados

Este martes fueron capturados dos señalados de fabricar y activar los artefactos.

BOGOTÁ
Comandadas por la guerrilla del Eln, siete personas participaron en los atentados que, desde principios de febrero, tenían en vilo a los bogotanos.
Los dos últimos capturados, que están tras las rejas, son desmovilizados de los frentes octavo y catorce de las Farc y hasta hace ocho años hicieron parte de esa milicia. Eran expertos en la elaboración de explosivos y hacían uso de un temporizador con el que podían activar las cargas a un kilómetro de distancia con ayuda de radiofrecuencia, con celulares y cables de conexión.
Los hombres, identificados como José Murcia, alias Conejo, y Pablo Meneses, alias Pablo, elaboraban los artefactos en un taller improvisado que habían organizado en la parte trasera de su vivienda, situada en zona rural de Pitalito (Huila), de donde eran oriundos. Hasta ahí llegaron miembros de la Policía Nacional, cuando los hoy sindicados se disponían a armar otra carga que, no se descarta, también sería usada en la capital.
La Policía asegura que no hay más personas implicadas en estos hechos.
Así como los paquetes que explotaron en la ciudad, los que estaban elaborando artesanalmente contenían nitrato de amonio, elemento utilizado en las cargas de anfo.
De acuerdo con la investigación, para cometer estos hechos hubo una alianza entre el ELN y hombres que manejaba el narcotraficante Víctor Ramón Navarro, ‘Megateo’. Por cada atentado, la organización delincuencial recibía al menos 20 millones de pesos, que luego se repartían.
En el caso del primero de los petardos que pretendían estallar en Bogotá, las autoridades lograron activarlo de manera controlada en La Macarena, por lo que en principio creyeron que se trataba de represalias ante su lucha por el recuperar el sector de las bandas que manejan el microtráfico. Luego, vinieron las explosiones de Teusaquillo y Engativá y, por último, la del barrio Quiroga, en la localidad de Rafael Uribe Uribe, que dejó un saldo de siete personas heridas.
En ese momento tomó fuerza la hipótesis de la Policía de que los atentados tenían que ver con el ELN. Durante varias semanas de investigación, la Policía recopiló información con ayuda de las cámaras de seguridad ubicadas en los sectores donde fueron detonados los paquetes explosivos, así como de los testimonios que les permitieron hacer retratos hablados de los integrantes de esta organización.
La transacción de los delincuentes a sueldo comenzaba cuando los cinco hombres que fueron capturados la semana pasada se encargaban de ubicar a expertos en fabricación de explosivos –enviados por el ELN– para que después pudieran dejarlos en sitios estratégicos y hacerlos explotar.
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