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Campaña y encuesta / Voy y vuelvo

En este momento izquierda, centro y derecha casi que se dividirían el electorado en partes iguales.

Las encuestas que se conocieron esta semana sobre la intención de voto de los bogotanos para elegir al próximo alcalde no arrojan mayores sorpresas, pero sí plantean escenarios interesantes de lo que podría suceder en los próximos meses.
Lo primero que queda claro es que el Polo Democrático, en cabeza de la exsecretaria de Gobierno y excandidata presidencial Clara López, que además reemplazó a Samuel Moreno cuando lo metieron preso por el ‘carrusel’ de contratos, mantiene una sólida posición, un nicho electoral que ronda el 30 por ciento. Envidiable para comenzar.
Rafael Pardo, exministro del Trabajo y también encargado de la alcaldía luego de la exótica destitución de Gustavo Petro por orden de la Procuraduría, se mantiene e incluso aumenta sus guarismos. En el estudio de Datexco para EL TIEMPO y la W radio, el aspirante liberal ya no está tan lejos de López y ello le da confianza para seguir en la brega. (Lea: Los 'valet parking' / Voy y vuelvo)
Francisco Santos, entre tanto, si bien sube algunos puntos, aparece muy lejos de los punteros (18,5 por ciento frente a 36,4 de López y 31,4 de Pardo). Su imagen negativa es alta (59,2 por ciento) y ello puede estarle haciendo mella. Pero tener casi 20 puntos en solitario, sin la maquinaria de la izquierda que acompaña a la aspirante del Polo ni la visibilidad de Pardo en su paso por el Palacio Liévano o el respaldo de importantes partidos, ya es mucha gracia. Prueba de que el Centro Democrático tiene arrestos en Bogotá.
Este escenario de los tres candidatos más opcionados se mantiene dentro de las expectativas iniciales. Pero el tablado que sí rompe la escena y vuelve la campaña interesante, es el que incluye a otros aspirantes en trance de oficializar sus campañas, bien por vía de sus colectividades o por firmas. Ahí la cosa ya no es tan clara para la candidata del Polo Democrático frente a Enrique Peñalosa, por ejemplo, que con un anuncio tímido de querer ser candidato se ubica en el segundo lugar. Y de acuerdo con Datexco, los deja en un empate técnico (25,5 por ciento para ella y 23,5 para el exalcalde), con un margen de error del 2,8 por ciento.
Pardo queda tercero, con cinco puntos por debajo de Peñalosa, y Santos a 13. También es sorpresivo que Marta Lucía Ramírez, excandidata presidencial conservadora, alcance el 10 por ciento de la intención de voto a pesar de que ha dicho que ese escenario está lejos. Su buen desempeño en los pasados comicios, donde obtuvo alrededor de 2 millones de votos para las presidenciales, le dio más reconocimiento y eso es importante.
Así como López mantiene sus bases intactas, Peñalosa demuestra que posee un amplio electorado que le es fiel pese a sus continuas derrotas. De ahí que en este segundo escenario el más golpeado sea Pardo, tanto por Peñalosa como por Ramírez. Ella no solo le ‘roba’ adeptos al exministro, también le pellizca votos a Peñalosa y golpea a Clara, particularmente en el segmento de mujeres. Y claro, se le pone a la par a Santos, ambos uribistas. (Lea: Carta a un colado / Voy y vuelvo)
Estos primeros muestreos indican que a menos de que exista una coalición fuerte, es muy probable que la ciudad caiga de nuevo en la sin salida de un alcalde elegido con el 30 por ciento de los votos o menos. Grave.
Cabe recordar que el actual mandatario llegó con un porcentaje similar y ello ha contribuido al malestar de un amplio sector de la sociedad con su mandato, a un continuo enfrentamiento con distintos sectores y a que hoy el mismo Petro se viva quejando de que todas sus decisiones –aseo, POT, San Juan de Dios, subsidios– sean medidas con un rasero político, dejando de lado las consideraciones jurídicas o de otra índole.
A propósito de Petro, no se ve en el horizonte un heredero de su causa política. Sus dos exfuncionarios, María Mercedes Maldonado y Hollman Morris, no llegan al 3 por ciento de la intención de voto. De seguir así, no es descartable que el Progresismo termine acompañando al Polo –cuyas relaciones han sido tensas– o a quien mejor defienda sus banderas. Y el más cercano a esa postura ha sido Pardo. (Lea: ¿Yo mato, tú matas...? / Voy y vuelvo)
La matemática simple diría que si se suman los proyectos políticos afines, en este momento izquierda, centro y derecha casi que se dividirían el electorado en partes iguales, con más posibilidades para el centro si se unieran Peñalosa y Pardo. Pero como eso parece imposible, Petro podría terminar siendo decisivo. Y por supuesto, el presidente Juan Manuel Santos, que ya le metió ruido a la campaña al incluir a López y Ramírez en el consejo asesor de paz, lo que les garantiza más visibilidad. Y ello tiene trinando de rabia a más de uno.
¿Despiste del Presidente o guiño disimulado? Lo dirán las próximas encuestas y el rumbo que tome la campaña. Es temprano y esto suele calentarse muy cerca del 25 de octubre.
ERNESTO CORTÉS FIERRO
Editor Jefe EL TIEMPO
@ernestocortes28
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