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Bogotá

'Los colados fomentan el mal servicio de TransMilenio'

El año pasado, la Policía Metropolitana de Bogotá impuso más de 6.000 comparendos a los colados en TransMilenio.

El año pasado, la Policía Metropolitana de Bogotá impuso más de 6.000 comparendos a los colados en TransMilenio.

Foto:Mauricio Moreno / EL TIEMPO

Los evasores hacen que los buses vayan más llenos y el viaje sea más incómodo, dicen analistas.

El problema de los colados en el sistema TransMilenio se ha convertido en una papa caliente para la ciudad.
La Policía Metropolitana de Bogotá asegura que en lo que va corrido de este año han expulsado cerca de 16.000 personas que intentaron subirse sin pagar el pasaje; sin embargo, no ha sido posible ponerle freno. Muestra de ello es que hace una semana, Leonardo Licht, de 22 años, empleado de Recaudo Bogotá, fue asesinado por un colado tras reclamarle por esta acción. Sucedió en la estación Jiménez.
Hoy, TransMilenio no tiene cifras concretas de la cantidad de personas que se suben sin pagar al sistema ni de las pérdidas que esto deja. No obstante, en el 2015, estas se estimaban en cerca de 120.000 millones de pesos al año.
¿Pero qué hace que los bogotanos se cuelen en este sistema de transporte, aun arriesgando su propia vida? En estos puntos, según los expertos consultados por EL TIEMPO y funcionarios del sistema, cuentan varios factores. Entre ellos mencionan la infraestructura de las estaciones, que en la mayoría de los casos son muy vulnerables para ingresar sin pagar; los torniquetes, que el colado salta y pasa al otro lado de la estación; la falta de cultura ciudadana y de sentido de pertenencia por la ciudad.
TransMilenio sabe que acabar con este problema a corto plazo no será fácil. Ahora mismo hay un experto del Banco Mundial haciendo un análisis de cómo está la infraestructura y cómo repararla para que no sea tan fácil la evasión. “Este es un paso más que hemos venido dando en esta administración. En el 2016 se instalaron 4.000 metros lineales de cerramientos tubulares en 10 estaciones, y para este año se contempla instalar otros 6.000 metros”, aseguró Alexandra Rojas, gerente de TransMilenio.
La funcionaria agregó que mucha gente cree que colarse está bien, y eso literalmente es robar. “Y robar no es bueno. No puede ser que nos parezca que esa cantidad de robo (2.000 pesos) es un nivel de robo aceptable. Lo que queremos primero es asumir todos nosotros como bogotanos que robar no se vale”.
Para algunos expertos, los colados justifican su conducta por el pasaje caro, el mal servicio y el negocio de unos pocos, entre otras razones. “Al principio había sanción social; los evasores eran mal vistos, y otros pasajeros reclamaban. Pero, con el tiempo, los evasores pasaron a ser ‘vivos’ en un ambiente cultural que premia la trampa y el atajo”, asegura el experto Darío Hidalgo.
Otros colados, al parecer, no solo evaden el pasaje para ahorrarse los 2.000 pesos, sino que buscan vencer un reto personal y demostrar que son capaces de burlar a la autoridad aun exponiendo su vida. “Pero el marco de este fenómeno está en la falta de cultura ciudadana, en el vandalismo, en la falta de identidad por la ciudad. Estos ingredientes requieren un incremento fuerte y constante de la Policía, y no de los recaudadores de pasaje”, manifiesta Fernando Rey, experto en transporte.
“La infraestructura para controlar a los evasores juega un papel importante, pero hay que usar los principios que Antanas Mockus presentaba como pilares de la cultura ciudadana: lo moral, lo legal y lo social”, agrega Hidalgo.
Entre los operativos que ha realizado la Policía Metropolitana de Bogotá se destacan los videos en los que uniformados encubiertos detienen a los colados y les explican los riesgos de esta práctica.
Aunque se ven estas acciones policiales, el problema ha escalado de manera peligrosa, al punto de que estas personas retan a la autoridad y los hieren, como sucedió en noviembre del 2015 con un auxiliar de la policía en la estación Avenida Rojas. También pasan por encima de los pasajeros que reclaman estas actitudes de los colados. En el 2016, 210 empleados de Recaudo Bogotá fueron agredidos por los evasores.
Sobre robos en el sistema, en los primeros seis meses del 2016 se registraron 886, de los cuales 88 fueron con arma blanca. Durante todo el 2016 se incautaron 2.033 de estos elementos cortopunzantes.

Evasión y mal servicio

Un tema que también preocupa es el mal servicio de los buses que reportan los usuarios, pero TransMilenio ha sido tajante en decir que el mal servicio también se debe a que la gente que se sube sin pagar no está registrada entre los pasajeros, y esto hace que los buses vayan más llenos.
“Cuando hay colados, nosotros no podemos programar bien las rutas, porque resulta que en mi sistema hay muchos menos pasajeros de los que realmente están en los buses. Entonces, cuando la gente vea esos buses repletos, agradézcales a los colados”, describe Rojas.
Esto lo comparte Hidalgo, quien asegura que los colados aumentan el déficit del sistema o llevan a aumentos de tarifas. “En cada bus lleno con 160 personas pueden estar 15 o 20 que no pagaron y que nos hacen el viaje más incómodo”.
Lo financiero también se ve afectado, ya que para que el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) pueda funcionar en el componente zonal, el Distrito le debe inyectar anualmente cerca de 700.000 millones de pesos, y gran parte se debe a los colados.
“En los buses azules no se hace un conteo de las salidas por diseño del sistema y no se tiene un consolidado de la evasión, y esto es realmente dañino para el sistema porque al final se vuelve insostenible económicamente”, aseguró Javier Cancela, presidente de Recaudo Bogotá.
TransMilenio espera que con la entrada en vigencia del nuevo Código de Policía, el próximo 30 de enero, se sancione más fuerte a estas personas: este código estipula una multa de 196.725 pesos

En Colombia y otras ciudades del mundo

En el Sistema de Transporte Masivo en Cali (MÍO), se estima que a diario se cuelan alrededor de 25.000 personas. Jonny Molano, representante de la Liga de Usuarios, asegura que la falta de seguridad en las estaciones es uno de los ‘privilegios’ que tienen los evasores, pues desde hace varios meses no se cuenta con vigilancia privada y desde hace más de un año no se hace convenio con la Policía; sin embargo, a diario hay 250 uniformados ubicados en las troncales y estaciones donde más se presenta esto.
En Transmetro, de Barranquilla, se calcula que son 6.500 los colados, cifra que ha disminuido gracias al trabajo de la Policía.
En Pereira, Megabús registró que al año se cuelan en promedio 11.712 personas, lo que significa que al día son entre 32 y 33. Medellín y Bucaramanga sacan la cara y, según los operadores, allí no se registra evasión.
En el mundo, según datos del profesor Alejandro Tirachini, de la U. de Chile (2015) en Santiago de Chile, la evasión es del 30 por ciento; en Mendoza (Argentina), del 4 por ciento; en Melbourne (Australia), del 4 y 9 por ciento y en Berlín (Alemania), del 5 por ciento.
JOHN CERÓN
Redactor de EL TIEMPO
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