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SE ACELERA EL DETERIORO DEL SUELO EN TODO EL MUNDO

A quién le importa el suelo? Este enfermo grave es sin embargo muy valioso: no sólo nos alimenta, sino que cumple también numerosas funciones vitales para el ecosistema y el equilibrio climático del planeta.

Se bebe el agua, se respira el aire, pero no se come el suelo. Este sólo nos alimenta indirectamente , dice Winifred Blum.
Los suelos son medios vivos y frágiles, en los que se operan intensos intercambios biológicos y fisicoquímicos. Pero el problema actual es que todos los años se erosiona una superficie equivalente a la del Reino Unido, es decir, más de 200.000 kilómetros cuadrados.
Al ritmo actual de degradación, advierte la Fao, 2,5 millones de kilómetros cuadrados de tierras cultivables podrían tornarse improductivas de aquí al 2.050. Según el International Soil Reference and Information Centre (Isric) la erosión provocada por el agua es el principal factor de deterioro. Esta afecta a unos 11 millones de kilómetros cuadrados.
Luego viene la erosión causada por el viento (5,5 millones de kilómetros cuadrados) y el efecto de los productos químicos (2,4 millones de kilómetros cuadrados). Los suelos afectados por la contaminación sólo cubrirían 220.000 kilómetros cuadrados, de los cuales 90 por ciento están en Europa.
Desde hace varios decenios, al intensificar sus prácticas agrícolas, el mundo en desarrollo está pisando los talones a los países industrializados. El caso del Brasil es elocuente. La degradación de los suelos empezó allí hace cuatro siglos, con la llegada de los europeos y las primeras deforestaciones, explica el edafólogo José Pereira de Queiroz Neto. Se aceleró en el siglo XIX con la extensión de las plantaciones de café y de caña de azúcar. A partir de los años setenta, el paso a los cultivos de exportación provocó auténticos estragos.
En cinco años, entre 1975 y 1980, el Brasil se elevó a la categoría de tercer productor mundial de soya. Al mismo tiempo se convirtió en uno de los países donde se utilizan las mayores cantidades de productos tóxicos por hectárea.
Se pasó de una agricultura de subsistencia a la gran propiedad altamente mecanizada (la adquisición de maquinaria agrícola aumentó 2.000 por ciento entre 1975 y 1995). Esta tendencia modificó profundamente la actividad biológica del suelo y multiplicó cuatro o cinco veces la erosión de las tierras , estima el especialista brasileño.
Hoy día según él, el estado de Sao Paulo pierde 200 a 250 millones de toneladas de tierras cultivables por año, cifra que habría que multiplicar por treinta para obtener una estimación nacional.
Qué es el suelo?
El suelo es la epidermis, la capa superficial de la tierra, cuyo espesor va de algunos milímetros a varias decenas de metros. Cubre los dos tercios de las tierras emergidas, pero sólo 22 por ciento de éstas últimas son cultivables (o sea sólo 5,5 por ciento de la superficie del planeta).
El suelo se constituye a partir de una roca matriz, que se altera y transforma por el efecto conjugado de la vida animal y vegetal, del agua y del aire.
Inicialmente no hay más que roca; luego un liquen se instala encima de ésta, llegan animales a comerlo y las partículas de polvo se acumulan. Entonces puede aparecer una gramínea, que va a atacar un poco la superficie de la roca con sus raíces. Esta va a fabricar materia orgánica, que va a descomponerse en el lugar y a mezclarse con los restos de roca. Poco a poco una pequeña placa de tierra va a constituirse. Es un proceso muy lento , explica el naturalista francés Yves Coineau.
Para alcanzar un centímetro de espesor, un suelo puede necesitar entre 50 y 2.000 años, según su ubicación. Por consiguiente, es un recurso difícilmente renovable.
El suelo es el más desconocido de los grandes medios del planeta. El 99,9 por ciento de la gente, incluso docentes o decisores, no saben definir un suelo , deplora Alain Ruellan, ex presidente de la SIE. En primer término, porque no es visible. Hay que hacer un esfuerzo para mirarlo, agacharse, cavar agujeros. Y sobre todo, el suelo, fuente de vida, se identifica con la muerte, puesto que en él se sepultan los cadáveres .
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