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QUÉ HACER CON UN PEQUEÑO HIPERACTIVO

Tenemos un hijo hiperactivo que ya ha pasado por dos colegios, está a punto de tener que cambiar otra vez y apenas va en primero. Qué podemos hacer?

El caso de los niños hiperactivos es muy común en estos días. Pero no todos los diagnóstico como tales lo son en realidad. En muchas instituciones educativas llaman así a los niños que no consiguen estarse quietos en el salón, son fácilmente irritables, casi no se concentran y resultan con vacíos de aprendizaje en relación con los contenidos que deberían dominar.
En la mayoría de los casos estos son niños normales, algunos con problemas leves de disciplina, otros con conflictos familiares o escolares y no sobran los que necesitan altos desafíos intelectuales para interesarse en lo que la escuela les propone, y así poder calmarse.
Cuando en el colegio se les dice a los padres que su hijo es hiperactivo, antes de que entren en pánico es aconsejable que observen si en el niño se han presentado en los últimos seis meses, y con relativa frecuencia, algunos de los siguientes síntomas mencionados por el médico Germán Puerta: mueve excesivamente los pies y las manos; casi no puede permanecer sentado; corre o salta en exceso en situaciones inapropiadas; se le dificulta mantener la atención tanto en tareas escolares como en juegos de su interés; no logra seguir todas las instrucciones, ya sea de tareas o de otras actividades de corte recreativo; es impulsivo en la mayoría de las situaciones y tiene poca capacidad para esperar.
De todas maneras ante una sospecha, así sea leve, de una posible hiperactividad es aconsejable realizar una consulta con un neuropediatra. Este especialista, mediante exámenes apropiados, pondrá las dudas en su lugar para que se pueda saber cuál es realmente el origen de esta inquietud del niño.
Cuando el diagnóstico se confirma médicamente se debe pensar en escoger un colegio con pocos niños por salón y preferiblemente sin énfasis especial en otro idioma. Este tipo de niños son fácilmente irritables, así como poco resistentes a las jornadas largas y a las presiones tanto académicas como de competencia, que llevan consigo los llamados colegios grandes y/o bilinges.
Es muy importante que la directora de grupo conozca exactamente la situación y cómo manejar ese exceso de energía inexplicable en otro contexto. Debido a esta energía, tanto en el hogar como en la escuela, estos niños suelen verse enfrentados a castigos de todo tipo, incluso físicos. Estas situaciones antes de ayudar, hacen que estos seres se vuelvan agresivos e incluso groseros porque a la hiperactividad se le va sumando la rebeldía.
Dentro del salón de clase resulta de gran ayuda que la maestra les maneje tiempos de trabajo cortos que alternen con otros de gran actividad (por ejemplo, realizar pequeñas tareas dentro del salón), de manera que se puedan administrar mejor ambos tipos de momentos.
Cuando se deba buscar colegio es aconsejable comunicar por anticipado la situación. Es cierto que existen instituciones que ante la sola palabra hiperactivo ya cierran sus puertas, pero también es importante considerar que el niño debe ir a una institución donde lo reciban con amor y sepan llevar su caso.
Cada cambio de colegio representa una suerte de frustración para él y es importante evitarlas en la medida de lo posible.
Por otro lado, cuando en el hogar hay un hijo hiperactivo se generan muchas tensiones, pues él reclama permanente atención y cuidado. Tal situación produce un desgaste psicológico muy grande, especialmente para la persona que permanece más tiempo con el niño. Con el tiempo esta situación termina alterando todas las relaciones familiares. Por ello, es muy importante que se busque apoyo profesional para todos los miembros de la familia o por lo menos para los padres.
Si bien estos niños tienen problemas de atención como consecuencia de su dinámica, ello no significa que no sean capaces de comprender su situación. En este sentido se sugiere a los padres que expliquen al hijo cuál es su problema, para que él mismo pueda colaborar en su autocontrol. Estas conversaciones han de ser regulares y muy dosificadas para que puedan verse resultados.
Todos los hijos necesitan grandes dosis de comprensión y cariño, especialmente estos que no alcanzan a entender ni a dominar lo que les sucede.
*Sicólogas
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Los niños hiperactivos tienen problemas de atención que pueden ser solucionados con un buen manejo de su tiempo.
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