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CEMENTERIO PARA PALABRAS AGONIZANTES

Tarugo, ponga el aguamanil cerca del alféizar para que lo vea ese gandul esmirriado que siempre anda vuelto un cochambre y así viene a darme ósculos y a hacerme carantoñas...

Tarugo, ponga el aguamanil cerca del alféizar para que lo vea ese gandul esmirriado que siempre anda vuelto un cochambre y así viene a darme ósculos y a hacerme carantoñas...
Que... qué...? , exclamaría seguramente un quinceañero si oyera por primera vez este pequeño sermón, conformado por palabras que agonizan con el paso del tiempo, el cambio de costumbres y la desaparición de los objetos que les dieron origen.
Los niños del nuevo milenio, por ejemplo, que crecen embutidos en edificios de apartamentos o hipnotizados por los videojuegos, difícilmente podrán jugar en un zaguán. A los panaderos, la crisis ya no les permite dar vendaje y la antigua juerga se ha transformado en una rumba refull .
Para que esas palabras no fallezcan sin pena ni gloria, el historiador y antropólogo de la Universidad de los Andes, Germán Ferro, se ha propuesto elaborar lo que él llama Breve diccionario de palabras que están muriendo.
El trabajo está prácticamente en su fase final. Hasta ahora ha coleccionado 131 vocablos, casi todos del altiplano cundiboyacense. Son palabras castizas. Este diccionario, que semeja una partida de defunción, no admite regionalismos, galicismos y anglicismos.
Tampoco son palabras extraídas de libros y diccionarios. Es la exploración de una comunidad hablante durante tres generaciones , explica Ferro. Inicialmente buscó palabras usadas por personas de 70 años y las confrontó con cuarentonas y veinteañeras.
Muchos de los términos que aquí se recuerdan crecieron conmigo, acompañaron mi infancia y habitan en mi memoria. De vez en cuando aparecen con su gran poder de evocación, retrotrayendo épocas y situaciones , dice este investigador del Centro de Estudios Socioculturales e Internacionales de la Universidad de los Andes de Bogotá.
El antropólogo explica que la idea del diccionario surgió de tres palabras: asueto, sorrostricar y la cuelga: Era una dicha recibir la cuelga el día del cumpleaños y tener asueto en el colegio, sin importar que fuera debido a la muerte del rector o al fin del mundo. Ahora ya no espero cuelgas, los tíos han muerto casi todos, nadie volvió a darnos asueto y, bueno, no sé si afortunadamente o no, sólo persiste la práctica de sorrostricar - compañera inseparable de la vida en pareja! .
Algunas palabras le llegaban por Internet. Otras arribaron a su libreta a la una o dos de la mañana, aportadas por amigos que lo despertaban para dictársela por teléfono y las más emocionantes fueron las recolectadas en reuniones, hasta la madrugada, con amigos que, en ocasiones, terminaron llorando porque cachirula, chorote, chambergo, cuja o gaznápiro, le trajeron a la memoria los antepasados también fallecidos.
Ferro afirma que le diccionario tiene un carácter relativo, pues palabras que dejaron de existir en una región, pueden estar muy vivas en otras, sobre todo en zonas rurales o entre personas que proceden de ellas.
Algunas de las palabras -dice Ferro- estaban destinadas a la educación basada en valores muy rígidos y en el deseo de formar ciudadanos íntegros, juiciosos, no perezosos, amigos de la limpieza, las buenas maneras y la elegancia.
Aunque considera que el Breve Diccionario está próximo a cerrarse, todavía recibe y somete a valoración las palabras que le quieran regalar en la dirección electrónica: gferro@uniandes.edu.co
Aunque algunas de las palabras recogidas, aunque no han desaparecido como tales, su contenido ha cambiado. Los jóvenes de ciertos estratos sociales cargan con un sentido peyorativo a guisa (empleada doméstica), muy distinto del a manera de , que usaban los abuelos.
Estas palabras, concluye Ferro, tienen la fuerza y la potencia para evocar otros escenarios, el mundo doméstico y familiar, regiones... recuerdan a abuelos. Son palabras que desaparecen por cambios tecnológicos, nuevo ideales y el papel de la mujer. Cambian los valores de la sociedad y las palabras ya no responden a los nuevos intereses de la sociedad contemporánea.
Insultos otrora tan serios como zoquete, majadero, muérgano, gandul, mentecato y chisgarabís y tarugo suenan inocentes ante los nombres de enfermedades venéreas, catapultados como insultos de grueso calibre por las películas y los libros de sicarios.
La siguiente es una muestra del breve diccionario de los tiempos idos.
Abúlico. (Del griego abulía, derivado de bulé). adj. Apático, indolente, negligente, falto de voluntad.
Aguamanil. (Del latín aguamanile). m. Jarro con pico para echar agua en un recipiente para lavarse las manos.
Albricias. (Del árabe al-bisara, la buena nueva). Exclamación de júbilo. Buenas noticias. Regalo que se da a la persona que trae una buena noticia.
Alféizar. (De origen incierto, quizás del árabe al-fesha, el espacio vacío). m. Corte del muro alrededor de una puerta o ventana.
Anafe. (Del árabe an-nafij, horno portátil de barro cocido). m. Hornillo portátil.
Asueto. (Del latín féstum assuétum). m. Temporada corta de vacación. Día o tarde de descanso que se da, especialmente a los estudiantes: Dios mio! Qué vamos a hacer con estos niños en asueto! .
Botija. (Del latín butticula). f. Vasija de barro poroso, que se usa para conservar el agua fresca.
Carantoñas. f. fam. Halagos y caricias que se hacen a alguien para conseguir de él alguna cosa: Por más carantoñas que me haga, no podrá salir a la calle .
Cochambre. (De cocho, puerco). f. fam. Suciedad, basura. Conjunto de cosas viejas, rotas y sucias.
Colutorio. (Del latín collutum, superlativo de colluere, lavar). m. Remedio bucofaríngeo, limpieza oral.
Cuelga. f. fam. Regalo que se hace a alguien el día de sus cumpleaños: Le quedo debiendo la cuelga, solía decir mi tía .
Cuja. (Del francés couche). f. Armadura de la cama. Cama de distintos tipos y materiales.
Chacota. f. Burla que promueve un suceso o la presencia, actuación o palabras de alguien. Broma, chanza. Bulla y alegría con que se celebra alguna cosa. No me hagan chacota .
Chirlomirlo. m. Cosa de poco alimento o sustancia. Pájaro semejante al tordo, por extensión persona flaca: Tiene piernas de chirlomirlo .
Chisgarabís. m. fam. Persona informal, aturdida, atropellada, que dice sandeces. Chismoso.
Esmirriado. adj. fam. Raquítico, muy delgado, consumido, extenuado, sin lozanía.
Fruslería. f. Futilidad. Cosa o hecho de poca importancia. Nadería. Bobada.
Furris. adj. fam. Despreciable, mal hecho.
Gandul. (Del árabe gandur, fatuo, ganapán). adj. fam. Holgazán, perezoso, inútil.
Gaznápiro. (Quizás cruce del holandés gesnap, parloteo, y snapper, charlatán). adj. Persona torpe, simple, que se queda embobada con cualquier cosa.
Guisa. (Del alemán wloc. adv. A modo, de tal suerte, en tal manera: Lo dijo a guisa de ejemplo .
Jeme. (Del latín semis, mitad). m. Distancia que hay desde la extremidad del dedo pulgar a la del índice, separado el uno del otro todo lo posible: Déjeme la apuerta abierta a un jeme .
Jofaina. (Del árabe yufaina, platillo hondo, escudilla). f. Vasija en forma de taza, de gran diámetro y poca profundidad, que sirve principalmente para lavarse la cara y las manos.
Niquelera. (Del alemán nickel). f. Monedero que hacía referencia a las antiguas monedas de níquel.
Obolo. (Del latín obolus, y este del griego m. Antigua moneda griega. fig. Exigua cantidad de dinero con el que se contribuye a una causa. Pequeña limosna.
Osculo. (De latín osculum). m. Término poético que designa un beso solemne.
Palangana. (De origen incierto, quizá del prerromano pala, pepita de oro). f. Recipiente redondo de hierro, de porcelana o de loza utilizado para lavarse.
Pite. (Del quechua piti, cosa pequeña). m. Gota, porción o cantidad mínima. Se aplica en especial a los niños pequeños.
Sarasa. m. fam. Afeminado.
Sopapo. (De so, del latín sub, debajo de, y papo). m. Golpe dado en la cara con los dedos o con el dorso de la mano.
Sorrostricar. (Derivada de sorrostrada , de so y rostro, insolencia, descaro). Decir oprobios, echar en cara cosas que den pesadumbre. No me sorrostrique más ese tema!
Tarugo. (Palabra con parientes en lenguas romances y célticas, con el grupo tm. Trozo de madera o pan, generalmente grueso y corto. Zoquete. Ese muchacho se atarugó de chocolates .
Vendaje. (De venda, del latín vendita). m. Ñapa, yapa, adehala, encime. Pan de más que se da al cliente como un reconocimiento por su compra.
Zoquete. (Del árabe suqat, desecho, objeto sin valor). m. fig. y fam. Torpe, lento para entender, mentecato.
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