¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Archivo

MURIÓ AYER MONSEÑOR REVOLLO BRAVO

Era un hombre genial , dicen sus amigos. Siempre de buen humor, sencillo, tranquilo, bondadoso, humanitario y con una chispa que más de uno envidiaba y que le permitía sacarle un apunte a todo.

Esta descripción se queda corta al hablar del Cardenal Primado de Colombia, monseñor Mario Revollo Bravo, quien falleció ayer en Bogotá luego de soportar durante más de tres años un cáncer pulmonar.
Siempre dio testimonio de los valores cristianos, siendo un gran imitador de Jesús y un ejemplo para la familia y el país. Sus mayores virtudes fueron la humildad, la bondad y la generosidad , dijeron ayer, acongojados, sus familiares.
Su peor defecto, dicen quienes lo conocieron durante su larga trayectoria eclesiástica, fue sin duda, la terquedad; sobre todo la terquedad con respecto al cigarrillo. Era un fumador empedernido. Ya enfermo, cuando le decían que tenía que dejar este vicio, hacía un gesto displicente y uno que otro comentario humorístico, y seguía con él en la boca.
Víctima de un enfisema pulmonar (también tenía problemas de circulación y de riñones) tuvo que comenzar a alejarse de sus actividades. Hace menos de un mes asistió a la última de ellas: la inauguración del Centro de Atención al Migrante, Cardenal Mario Revollo Bravo, que se fundó en su honor en la capital del país.
Esta misma enfermedad y su edad lo habían llevado a presentar renuncia como arzobispo de Bogotá, ante el Papa Juan Pablo II, el pasado 27 de diciembre. En su reemplazo fue nombrado monseñor Pedro Rubiano, actual presidente de la Conferencia Episcopal.
Durante el tiempo que estuvo enfermo nunca se quejó. Fueron tres años de sufrimiento en silencio , dijeron sus familiares.
Sus exequias se llevarán a cabo el domingo 5 de noviembre a las 2:30 de la tarde en la Catedral Primada de Colombia. Su cuerpo está siendo velado en el Seminario Mayor en vista de que la Catedral Primada estuvo ayer ocupada en otro hecho luctuoso: el sepelio de Alvaro Gómez Hurtado.
Una vida ejemplar
Hijo de padres colombianos, Enrique Revollo del Castillo (barranquillero) y de Soledad Bravo Arbeláez (bogotana), el Cardenal Mario Revollo nació en Génova (Italia) en la época en que su padre se desempeñaba como cónsul de Colombia en esta ciudad.
Fue el tercero de seis hermanos. Desde niño mostró su inclinación por la vida religiosa y los asuntos de Dios. Así, estudió bachillerato en el Seminario Menor de Bogotá y luego Filosofía en el Seminario Mayor.
En Roma fue alumno del Pontificio Colegio Pío Latino Americano, y estudió teología en la Pontificia Universidad Gregoriana.
Hace 52 años, el 31 de octubre de 1943, fue ordenado sacerdote por monseñor Luigi Traglia, en la Iglesia del Gesú de Roma. Al regresar a Bogotá ocupó varios cargos en la curia, hasta que el 28 de febrero de 1978 se trasladó a Pamplona, nombrado como su arzobispo por el Papa Pablo VI.
Fue presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia de 1978 a 1984. En este último año, el 25 de junio, Juan Pablo II lo elevó a cardenal, convirtiéndose en uno de los 140 príncipes de la Iglesia .
Aquí también mantuvo su estilo sereno, tranquilo, pero jocoso y jovial. Siempre poseyó una fina ironía que desplegaba sobre todo frente a sus críticos y a sus contradictores. Uno de ellos, el más importante quizás, era el otro cardenal colombiano, el arzobispo de Medellín, Alfonso López Trujillo (actualmente en Roma en un ministerio Vaticano), con el cual tenía una relación un poco tirante, que jamás afloró a la luz pública, pero que toda la Iglesia Católica del país conocía en su interior.
A mediados de los 80, cuando en Colombia se rumoraba sobre la ambición de monseñor López de aspirar al papado luego de Juan Pablo II, monseñor Revollo aseguró en una pequeña reunión con sus más cercanos que si esto llegaba a suceder, el arzobispo de Medellín elegiría como nombre Pontificio el de John Jairo I .
Era un hombre de paz, siempre preocupado por las cosas que pasaban en el país , dice monseñor Enrique Sarmiento Angulo, obispo auxiliar de Bogotá. Por ello, fue miembro de una breve comisión de paz durante el gobierno de Barco, y luego, en 1990, formó parte de la llamada Comisión de Notables junto con los expresidentes Alfonso López y Misael Pastrana, para mediar en la liberación de unos periodistas secuestrados por el Cartel de Medellín.
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO