¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo baxulaft@gmai.com no ha sido verificado. VERIFICAR CORREO

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí.

Archivo

EMERGENCIA DE BOYACÁ

En un poco más de 50 años, Boyacá gozó primero de un desarrollo industrial y sufrió después un fenómeno de desindustrialización cuya sombra se extiende sobre su actual crisis económica, política y cultural.

En un poco más de 50 años, Boyacá gozó primero de un desarrollo industrial y sufrió después un fenómeno de desindustrialización cuya sombra se extiende sobre su actual crisis económica, política y cultural.
Sofasa-Renault, Colcarril, Tissot, la maltería de Santa Rosa, el ingenio panelero de Santa Ana y la planta de la Licorera en Moniquirá son algunas de las fábricas cerradas, para no mencionar innumerables industrias carroceras, metalmecánicas y de confecciones por cuenta de la apertura económica, el desmantelamiento de la planta de Bienestarina, la posibilidad de cierre de la cervecería de Tibasosa, ni tampoco el colapso evidente de la Siderúrgica de Paz del Río.
Las tasas de desempleo han venido aumentando proporcionalmente al incremento de actividades delictivas, mientras crece el número de refugiados de la guerra -lo que agudiza el problema- y esta amenaza seriamente el respeto por la paz, que después de mucha barbarie Boyacá construyó y ha podido disfrutar durante los últimos 50 años. El éxodo endémico de los boyacenses hacia Bogotá y el mundo es hoy tan grande como la reticencia de la mayoría a regresar. Un poco más del doble de los boyacenses que viven en Boyacá reside en Bogotá. La frustración industrial, la mediocridad política, la falta de oportunidades y la inercia generalizada -entre otros- reflejan una crisis de identidad sintomática de un deterioro cultural que amenaza con vulgarizar y acabar hasta con el gentilicio mismo de los boyacenses.
Siendo probablemente el único departamento del interior del país que aún goza de paz y tranquilidad absolutas en la mayor parte de su territorio, subyace la incertidumbre de lo que ocurriría si las políticas de paz del Gobierno Nacional no incluyen consolidarla y fortalecerla en donde todavía existe como tal: en un santiamén se acabaría igualmente con la última industria que le queda a Boyacá: el turismo. Asimismo, la única que ha mostrado vocación y notables índices de crecimiento en cerca de medio siglo de existencia. Aparte de jalonar las ya muy representativas industrias de fabricación de muebles, tejidos, artesanías y producción de alimentos.
No obstante, la importancia del desarrollo turístico -y su incidencia en la economía departamental- contrasta con la desorganización y con el abandono oficial que casi sin interrupción lo han caracterizado desde entonces. La improvisación, la carencia de información confiable, el desaseo generalizado, la contaminación visual, la falta de señalización vial y turística, de parques y jardines públicos, de estética urbana y rural, son solo algunas muestras del desorden evidente en la ausencia de voluntad y políticas serias de desarrollo turístico y presencia institucional.
Cuando, como en estos tiempos, Boyacá se ha convertido (gracias a Dios) en un destino reparador casi obligado por la situación del país, salta a la vista que la verdadera emergencia está en la urgencia de actuar inteligentemente en la organización de sus magníficos recursos turísticos. Y, de manera decisiva, en el futuro económico del departamento. El cual cada vez más claramente muestra la necesidad de revertir el proceso del éxodo, transformando la hasta ahora negativa ambivalencia de su cercanía con Bogotá, en la más positiva y promisoria ventaja en relación con el mercado más grande e importante de Colombia.
El gobierno del Cambio para la paz no puede continuar ajeno a estas realidades. Tampoco los políticos y gobernantes locales, en cuya competencia sigue echada la suerte del departamento.
icono el tiempo

DESCARGA LA APP EL TIEMPO

Personaliza, descubre e informate.

Nuestro mundo

COlombiaInternacional
BOGOTÁMedellínCALIBARRANQUILLAMÁS CIUDADES
LATINOAMÉRICAVENEZUELAEEUU Y CANADÁEUROPAÁFRICAMEDIO ORIENTEASIAOTRAS REGIONES
horóscopo

Horóscopo

Encuentra acá todos los signos del zodiaco. Tenemos para ti consejos de amor, finanzas y muchas cosas más.

Crucigrama

Crucigrama

Pon a prueba tus conocimientos con el crucigrama de EL TIEMPO