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Infoxicación: un ‘mal’ necesario

El ser humano está cercado: páginas web, blogs, redes sociales, correo electrónico, podcast, teléfonos inteligentes que no solo sirven para hacer llamadas, sino para estar en contacto permanente con las fuentes mencionadas antes; videos, audios, textos, televisión, radio, libros, revistas… Una verdadera infoxicación.

JAIME DUEÑAS
El término, vertido al español por Alfons Cornella, a partir de expresiones en
inglés como information overload (sobrecarga de información), describe la
dificultad para procesar la gran cantidad de datos a los que está expuesto hoy
el ser humano. El concepto que se relaciona más con el manejo de la
información que con la cantidad que se produce.
Enrique Dans, profesor de IE Business School –una de las escuelas de negocios
más reconocidas del mundo, con sede principal en Madrid–, analiza el fenómeno.
¿Qué es o cómo se puede definir la infoxicación?
La infoxicación es la incapacidad de análisis eficiente de un flujo de
información elevado. Indudablemente, el número de canales y la cantidad de
información que una persona media maneja y recibe se ha incrementado
enormemente en las últimas décadas, y esa nueva situación define un entorno en
el que es preciso desarrollar ciertas aptitudes y actitudes a la hora de
gestionar nuestra actividad.
¿La infoxicación se origina en el desarrollo de los medios masivos para
distribuir la información?
La infoxicación es, en realidad, un fenómeno de incidencia muy relativa: una
persona puede sentirse ‘infoxicada’ en determinados momentos, pero, por lo
general, el hombre aprende rápidamente a desarrollar estrategias que impiden
ese fenómeno.
Vivir en un entorno intensivo en información nos enseña a priorizar y a
manejar esa información de maneras más eficientes, y la tecnología –que, según
algunos creó el problema– es en realidad quien nos ayuda en muchos casos a
solucionarlo.
El problema es que durante muchos años vivimos en entornos radicalmente
unidireccionales, y una gran cantidad de la información que recibíamos era
completamente pasiva, no requería de casi ninguna acción por nuestra parte.
Ahora, una parte sustancial de la información que recibimos genera una
respuesta, un papel activo: de oyentes o espectadores hemos pasado a ser
participantes, y eso exige un esfuerzo mayor. Pero también nos lleva a una
sociedad con más oportunidades, menos limitada y con un potencial mucho
mayor.
¿Cómo influye el desarrollo de las tecnologías de la información y las
comunicaciones en la infoxicación?
La tecnología ha hecho posible que cualquier persona pueda convertirse en
emisor de información, algo que antes únicamente era posible para quienes
contaban con una licencia de emisión o llevaban a cabo costosas inversiones en
equipos. Hemos pasado de recibir información por unos pocos canales, a hacerlo
por infinitos, y eso conlleva un cierto período de adaptación.
¿La infoxicación se enfoca sólo en la cantidad o tiene que ver más con la
calidad y la organización de la información?
En realidad, la infoxicación ocurre por una carencia de cultura de uso: a
medida que una persona adquiere más experiencia y adiestramiento, aprende a
utilizar herramientas que le permiten ser mucho más eficiente en su manejo. Un
lector RSS como Google Reader, permite a un usuario medio, sin ningún
conocimiento específico, enfrentarse a un conjunto de fuentes de información:
prensa, blogs, búsquedas en la red, etc., de una manera impensable.
En realidad, la infoxicación es un problema definido por aquellos que no se
han puesto seriamente a solucionarlo: el usuario medio no se queja de
infoxicación, sino que bendice las posibilidades más sencillas y directas que
ahora tiene de acceder a la información.
¿La infoxicación es un problema de exceso de oferta o de abuso de la demanda
por los usuarios?
Simplemente, no es un problema. Ocurre de manera muy limitada y únicamente
llega a ser una sensación temporal que aparece en perfiles en vías de
aprendizaje. No verás a un nativo digital quejarse de infoxicación, ni tampoco
a una persona con un cierto nivel de experiencia. En la práctica, la
tecnología nos permite acceder a información de maneras infinitamente más
eficientes.
¿La infoxicación es una patología? ¿Tiene un 'tratamiento'?
Ni está definida como enfermedad ni tiene una terapia que vaya más allá de
aprender a vivir en el entorno que nos ha tocado vivir. Patologías existen
siempre vinculadas a toda actividad humana, pero la infoxicación no es un
problema real, sino algo definido por aquellos que toman una postura de
observar el progreso desde una situación alejada.
En qué se nos va el tiempo
LAS SIETE Actividades MENOS productivas
El estudio ‘Siguiendo la sobrecarga de información en el origen’ identifica
las siguientes actividades poco productivas que consumen más tiempo, unas 20
horas por trabajador, cada semana:
–Reformatear documentos (convertir diferentes formatos a uno solo).
–Convertir documentos de un formato a otro.
–Buscar información, pero no encontrarla.
–Volver a generar contenido que ya existe.
–Publicar el mismo contenido para diferentes audiencias, utilizando distintas
aplicaciones.
–Obtener material de archivo con poca o ninguna ayuda tecnológica.
–Lidiar con distintas versiones de un mismo documento.
La absurda impotencia de poder
la tecnología como forma de desperdicio
El conocimiento es poder, afirma Xerox en su sitio especializado en Sobrecarga
de información www.xerox.com/information-overload. Pero, para la empresa,
mucha información puede hacernos sentir impotentes e improductivos. Para
demostrarlo, cita las siguientes estadísticas:
–El 28 por ciento de un día de trabajo típico se desperdicia por
interrupciones causadas por información innecesaria.
–El 53 por ciento de la gente cree que menos de la mitad de la información que
recibe al día es útil.
–El 42 por ciento de las personas utiliza información incorrecta, de manera
accidental, al menos una vez por semana.
–En 2008 se crearon 487 mil millones de gigabytes de información. Para hacerse
una idea, el disco duro de un computador promedio tiene alrededor de 300 o 500
gygabites.
‘La angustia no es sólo tecnológica’
El experto Enrique Dans define la infoxicación como la “incapacidad de
análisis eficiente de un flujo de información elevado”, es decir, la
dificultad para procesar la gran cantidad de datos a los que está expuesto hoy
el ser humano. Queda claro que el concepto se relaciona más con el manejo de
la información, que con la cantidad que se produce, y que lidiar con ella se
torna más arduo a medida que surgen nuevas fuentes.
“El problema de la angustia de la información, esta angustia de que tengo más
información de la que puedo manejar y por tanto no tengo tiempo para
absorberla, es un problema que no es solo tecnológico”, dijo el experto
español Alfons Cornella en un discurso, hace ya 10 años.
Para Dans, la solución y no la causa es la tecnología.
Tal es el impacto de la sobrecarga de información, que se han creado grupos
para estudiarlo y tratar de reducir sus efectos. Es el caso de Iorg (Grupo de
Investigaciones en Sobrecarga de Información (http://iorgforum.org), del que
forman parte académicos, consultores y representantes de corporaciones como
IBM, Microsoft, Intel y Xerox.
Esta última tiene un sitio especializado en el tema (www.xerox.com/information-
overload), que recomienda, para profundizar en él una fuente a la que los
puristas temen, pues es alimentada por la comunidad de usuarios: Wikipedia.
De allí, se pueden rescatar algunas causas generales: rápido crecimiento en el
flujo de nueva información que se produce y falta de equilibrio entre lo que
resulta útil y lo inútil; facilidad para duplicar y retransmitir información a
través de medios como Internet; aumento en el número de canales disponibles
para recibirla; gran cantidad de información histórica; contradicciones e
inexactitudes en la información disponible, y falta de contexto.
El fenómeno afecta principalmente a los ambientes empresariales, donde, según
estudio de Internacional Data Corporation publicado en marzo del 2009, la
cantidad de información creada en papel y en medios digitales aumenta cada año
67 por ciento.
Según el informe titulado Siguiendo la sobrecarga de información en el
origen, 26 por ciento del tiempo de los trabajadores invertido (o gastado) en
manejar dicha sobrecarga, y el equivalente a 1,5 billones de dólares en
salarios, empleados en reprocesamiento y administración de los datos,
solamente en Estados Unidos, durante el año 2008.
Para ponerlo en cifras, un 75 por ciento de los trabajadores entrevistados por
IDC para realizar el estudio, en 1.000 empresas grandes de EE. UU. dicen
sufrir por sobrecarga de información; el 45 por ciento de ellos se sienten
agobiados por ella. Como si fuera poco, los trabajadores afirman que gastan
más de 25 por ciento de su tiempo lidiando con interrupciones y distracciones
generadas por la sobrecarga informativa.
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JAIME DUEÑAS
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