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El mar se tiñó de rojo en Taganga por derrame de aceite

Como si se tratara de un mal bíblico, los pescadores de Taganga se encontraron ayer con que sus paradisíacas playas amanecieron teñidas de un extraño color rojizo.

Una franja de unos 50 metros de ancho que se extendía serpenteante a lo
largo de casi un kilómetro de la línea costera cubría las cristalinas playas
color esmeralda de este pintoresco balneario, ubicado a 10 minutos del
centro de Santa Marta.
Antes que el sol despuntara por los cerros que rodean a Taganga la noticia
ya se había regado como pólvora y acabó con la tranquilidad de este apacible
pueblo de pescadores.
La alerta la dio el presidente de la Junta de Acción Comunal del pueblo,
Airton Mattos, un robusto pescador que llegó del sector de Playa Grande,
ensenada turística del corregimiento, que amaneció cercada por una estela de
color rojizo y amarillo que de manera silenciosa llegó en la madrugada.
“Una nata de aceite cubre todas nuestras playas y se acerca a la bahía”,
dijo el hombre a un grupo de pescadores, lancheros, dueños de restaurantes y
estaderos reunidos en la orilla de la playa, que de inmediato comenzaron a
llamar a las autoridades.
Antes de las 10 de la mañana todas las actividades turísticas y pesqueras en
el pueblo estaban paralizadas, y unos 40 hombres a bordo de seis lanchas
intentaban controlar con baldes y galones la espesa nata de aceite.
La emergencia se originó a pocos kilómetros de allí, detrás de los cerros
que comunican con Santa Marta, en la planta de Terlica, una empresa que
exporta graneles líquidos desde el área contigua al puerto a las 2:50 a.m.,
cuando ocurrió un derrame de unas 10 toneladas de aceite de palma que
cayeron al mar y la brisa lo esparció hasta la zona de Taganga.
“Hubo un derrame en una válvula que no estaba bien cerrada”, dijo el
subgerente de la empresa Alfonso Dávila, cuya planta mensualmente exporta
entre 10 mil a 15 mil toneladas de aceite.
Dávila, que llegó a la zona afectada a coordinar el plan de contingencia,
dijo que el aceite es biodegradable y no afectará el medio ambiente.
“Pedimos a la comunidad que estén tranquilos porque el aceite es base
alimenticia para la producción de pescado. Es el aceite que consume la
industria pesquera”, aseguró, tras señalar que no bajará al fondo del mar,
ni afectará los ecosistemas marinos.
A los trabajos de recolección que realizaban los pescadores se sumaron al
mediodía carrotanques y eran esperadas máquinas especializadas de la
Sociedad Portuaria de Santa Marta y Ecopetrol.
El capitán de puertos, Juan Francisco Herrera, calificó la situación como
compleja por la cantidad del producto vertido por las playas, pero explicó
que es fácil de recolectar y estimó que en menos de tres días estarán
limpias las playas.
Las explicaciones no tranquilizaron a tagangueños. “No saben el daño que nos
han hecho”, se lamentaba Octavio, un lanchero encargado de llevar turistas a
Playa Grande.
Algunos turistas como la familia Ospina Rojas, que llegó de Medellín se
limitó solo a observa la forma como sacaban con baldes el aceite de la playa
y regresar a Santa Marta a esperar que las abrieran.
La mancha pasó por cinco ancones o zonas especiales para el desarrollo de
pesca artesanal y cría de langostas, de las que viven unas 50 familias. “Hay
peces muertos, está afectando la parte submarina, de pronto ese líquido está
asfixiando a los peces”, dijo el edil José Cantillo.
Según el presidente el dirigente comunal, Airton Matos, le van a pedir a la
empresa una compensación por la contaminación ambiental.
Leonardo Herrera / EL TIEMPO
CORRESPONSAL DE ELTIEMPO
‘‘Estamos dispuestos a entablar una demanda porque han sido muchos los
pescadores, los trasmalleros, los lancheros, que se han perjudicados”.
Airton Matos, dirigente comunal.
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