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El tercer canal

En vísperas de cumplirse los 10 años de las concesiones de televisión privada, el reciente anuncio del Gobierno y la Comisión Nacional de Televisión (CNTV) de abrir el proceso para adjudicar el tercer canal privado nacional ha agitado el tema alrededor de este importante medio.

Redacción El Tiempo
RCN y Caracol TV, dueños de los dos canales nacionales, ya han hecho pública
su posición de que el mercado no da para otro canal. Por su lado, han
manifestado interés en el tercer canal el grupo español Prisa,
RTI-Telemundo, Planeta-Casa Editorial EL TIEMPO, el grupo Ángel Gonzales, de
Miami, y seguramente aparecerá Univisión.
Sea esta la oportunidad para resaltar que Colombia tiene una de las ofertas
más bajas de señal abierta de televisión en el continente (la mayoría de
países latinoamericanos tiene entre cuatro y cinco ofertas nacionales) y uno
de los consumos de televisión más bajos de la región, que viene en descenso.
No sobra recordar que cuando se abrió el proceso de televisión privada hace
nueve años la intención del Gobierno era adjudicar tres licencias nacionales
y varias locales. La negociación que se dio en su momento, donde los
interesados llegaron a amenazar con retirarse del proceso, término
adjudicando solo dos licencias nacionales y una local.
La limitada oferta de televisión abierta es lo que hace de Caracol TV y RCN
negocios muy rentables, ya que estos dos canales concentran el 67 por ciento
de la audiencia de TV nacional, el 90 por ciento de la pauta de televisión y
más del 52 por ciento de la pauta total de publicidad del país. Esta
estructura de oferta, a su vez, limita las opciones de la teleaudiencia y
las posibilidades de inversión de los anunciantes.
Caracol y RCN, que pertenecen a dos importantes conglomerados económicos,
ofrecen muy buena programación, pero un modelo casi idéntico, en su feroz
lucha por los ratings. Traer más oferta televisiva sin duda permitirá tener
más variedad en la pantalla, como también más diversidad en las noticias y
pluralismo en la opinión.
Esta oferta única y limitada de televisión abierta ha estimulado el
acelerado crecimiento de televisión paga, en la búsqueda del televidente de
opciones diferentes de programación. La paga es, sin embargo, en su gran
mayoría, un producto que llega empaquetado del extranjero, y poco refleja la
idiosincrasia nacional. A su vez, precisamente para proteger la televisión
abierta, Colombia es de los pocos países del mundo donde está prohibida la
publicidad en TV paga; limitación que los anunciantes están aprendiendo a
burlar, pautando desde el extranjero.
Abrir la televisión para más canales nacionales y locales es lo que deben
fomentar el Gobierno y la CNTV. El modelo y las reglas que se determinen
para la televisión digital son importantísimos para el futuro del medio,
pero en realidad poco tienen que ver con esta próxima licitación.
Por su lado, el que Medellín, Barranquilla, Cali, Bucaramanga y otras
ciudades puedan tener su propia TV local privada es de gran importancia para
la identidad local y para desarrollar y acompañar a cada ciudad con sus
necesidades particulares. Lo hemos comprobado en esta Casa Editorial,
propietaria de Citytv, con el rol que este canal desempeña en la capital. Es
algo que nos ratifican los televidentes bogotanos cada vez que hay un tema
de alto interés para ellos. Cuando viajamos a otras ciudades, escuchamos
continuamente el “¿por qué no podemos tener nuestro canal propio, estilo
City?”.
Es importante que el Estado estimule el crecimiento de este importante
medio, que regule bien la libre y leal competencia, y no que límite la
oferta para beneficio de unos pocos operadores, en detrimento de un público
que reclama más diversidad.
Los operadores privados de televisión que han manifestado interés en
ingresar a Colombia han analizado cuidadosamente el mercado y su potencial y
entienden bien que hay espacio para más canales, nacionales y locales.
Lo importante por parte de la CNTV es definir las reglas de juego, el marco
técnico, legal y financiero para que se dé un proceso equitativo para todos
–actuales y nuevos jugadores– y que haya una licitación transparente, en
beneficio de todos los televidentes y de la industria de la televisión.
editorial@eltiempo.com.co
Abrir la televisión para más canales nacionales y locales es lo que deben
hacer el Gobierno y la CNTV
Redacción El Tiempo
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