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‘La pelota de letras’: ¿lección de cienciología?

(EDICIÓN BOGOTÁ) Después de ser bombardeado por pelotas que se convertían en gol sin que él pudiera evitarlo, Andrés López dejó el arco de fútbol que intentaba defender y entró en uno de sus antiguos salones de clase.

Estaba de visita en el Liceo Navarra, colegio en el que se graduó. En el
salón, tras unos chistes, Andrés les dijo a los muchachos que escuchaban:
–Si no aclaran el significado de una palabra, va a crearse un malentendido,
y en adelante todo se va a borrar.
Esta escena aparece en la introducción del DVD de La pelota de letras, el
exitoso monólogo del humorista. Y la frase que les dijo es uno de los
principios de la cienciología, religión de la que él forma parte.
Al fundador de esta doctrina, el estadounidense Lafayette Ronald Hubbard,
López le dedica, entre otros, su puesta en escena: “A mí mamá, a mi familia,
a mis amigos y a mi maestro L. Ronald Hubbard”.
Pocas organizaciones o iglesias (como ésta se conoce) han sido tan
criticadas en el mundo como la cienciología.
–Eso me llamó la atención. No hay nada más fascinante que estar en el lugar
donde todos te aconsejan no estar.
Me dice Andrés López mientras se come una pizza grande en el camerino del
Teatro La Castellana. En pocos minutos estará con su stand up comedy delante
de un recinto lleno.
Ya está acostumbrado a responder preguntas sobre el tema. Él mismo lo ha
motivado: en cada ocasión pública se refiere a su religión. “Antes yo era
sólo un talento promisorio. Mi único patrimonio era una tarjeta de
Transmilenio con 39 viajes. La cienciología cambió mi vida”.
–¿Un ejemplo de ese cambio? –le pregunto.
–La pelota de letras. La cienciología me fundamentó el texto. Yo sabía qué
decir, pero no cómo. Ahora logro con el público lo que quiero.
La semana pasada, el teólogo John Castiblanco publicó en el periódico El
Catolicismo un artículo que se refiere a los contenidos cienciológicos en la
obra de Andrés López.
Castiblanco, que aclara que lo suyo es una postura personal y no de la
Iglesia Católica, dice que el interés en analizar La pelota de letras le
nació por la frase de Andrés López: “Mi sueño de volar se ha realizado
gracias a la cienciología”.
–López es un emisario de la cienciología. No lo critico. Pero es claro que
en su obra hay frases y sentidos cienciológicos. Su comedia sirve para
publicitar principios que mueve esta ‘nueva’ religión.
Dice Castiblanco, en su oficina situada en el edificio de Teología de la
Universidad Javeriana. Según opina, la cienciología que proclama López puede
llevar a una autosuficiencia personal, responsable de muchos errores en la
historia de la Humanidad.
–¿Choca la cienciología con el Catolicismo?
–No choca, queda incompleta. Pide que las personas asuman la responsabilidad
de su vida. Y está bien. Pero le hace falta la alteridad. La persona no se
realiza sólo con sus propias facultades: necesita un referente mayor. El
Otro. Dios.
Andrés López no está de acuerdo y afirma que en cienciología la persona
adquiere responsabilidad con los otros; y que nada de esta religión le hace
ir contra su fe católica.
Una de las teorías que plantea la cienciología es que los males de las
personas son causados por cargas negativas que se graban en el inconsciente
y producen estragos continuos. ¿Cargas negativas como las que se cuentan en
el monólogo y que llevaron a que la famosa ‘generación de la guayaba’ sea
tan ‘sufrida’?
–Las palabras que usa hacen que el público traiga a su memoria situaciones
pasadas. Con técnicas de cienciología, tal como una terapia, busca que las
personas se apropien de su destino, lo que según ellos sólo logran si toman
conciencia de los recuerdos que hay en sus mentes.
Explica Castiblanco. El teólogo encuentra, como muestra de la
autosuficiencia humana que considera negativa de la cienciología, la
búsqueda constante de culpables que hay en La pelota de letras.
¿Será que la ‘generación de la guayaba’ (con su lastre de traumatismos: ‘yo
no tuve un papá así’, ‘échele café’) puede ser el auditorio por excelencia
de esta religión?
Se pregunta, y agrega que la cienciología no es iglesia, sino asociación de
personas.
Para Castiblanco, es evidente en la obra uno de los principios
cienciológicos fundamentales: “Nunca pasar por alto ninguna palabra cuyo
significado no se comprenda con claridad”. ¿Sereno, acomedirse,
escalabrarse, bandear? ¿Qué significa todo esto con que los ‘guayabos’
crecieron?
López es paciente con los comentarios que recibe en torno a la cienciología.
“La critican porque funciona”, comenta.
Le pregunto al humorista (que recomienda esta religión para “los que se
hayan confundidos en la penumbra de las frases de cajón de la historia”) qué
elementos cienciológicos usó en La pelota. Y responde:
–Eso sí lo dejo para que cada quien haga la vuelta.
“EN COLOMBIA SOMOS UNOS 40 MIL CIENCIÓLOGOS”: ANDRÉS LÓPEZ
La Cienciología nació en Los Ángeles en 1954, de la mano de L. Ronald
Hubbard, escritor prolífico de ciencia ficción. Se define como “el estudio y
tratamiento del espíritu en su relación consigo mismo, con los universos y
con otras formas de vida” (según
el libro Qué es cienciología).
Ha sido acusada de ser una secta peligrosa y de emplear técnicas agresivas
de control mental
para lograr en la gente devociones fanáticas. Su debate con la Psiquiatría
ha sido fuerte, por su oposición al uso de medicamentos psiquiátricos.
Su poder de defensa ha sido evidente: medios de comunicación como las
revistas ‘Selecciones’ y ‘Time’ (que narró la historia de un muchacho que se
suicidó, según se afirmaba en el artículo, por presiones mentales y
económicas generadas por la iglesia), fueron demandadas por los
cienciólogos. “Las revistas perdieron estos casos”, dice Andrés López.
Conocida como la religión de las estrellas (Tom Cruise, John Travolta y
Priscilla Presley son de sus más conocidos seguidores), la Cienciología
afirma tener unos 10 millones de seguidores en el mundo. En Colombia, según
el humorista, pueden ser unos 40 mil. “Aquí somos una comunidad discreta y
muy activa; somos personas que nos cansamos de poner granitos de arena y
ahora ponemos toneladas”, concluye López.
''¿Será que la ‘generación de la guayaba’ puede ser el auditorio destinatario por excelencia de esta religión, la Cienciología?”
John Castiblanco, teólogo, profesor de la Universidad Javeriana.
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