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SE VITRINEA EN FAMILIA

La inseguridad en las calles y carreteras han convertido a los centros comerciales en lugares de esparcimiento, en espacios ideales para vitrinear. (VER GRAFICO: DONDE VITRINEAR?) (VER TABLA: VENTAS MINORIASTAS)

La inseguridad en las calles y carreteras han convertido a los centros comerciales en lugares de esparcimiento, en espacios ideales para vitrinear.
(VER GRAFICO: DONDE VITRINEAR?)
(VER TABLA: VENTAS MINORIASTAS)
Pero la baja capacidad de compra de los colombianos ha impedido que sean hoy un sitio para comprar, que es para lo que nacieron hace 30 años.
Las ventas, que en el 2001 crecieron escasamente 3,5 por ciento, no han aumentado en lo corrido de este año, a pesar de los ríos de gente que va y viene por los pasillos de los centros comerciales.
Estos negocios, que en un área concentran decenas de almacenes con oferta de todo tipo de productos de consumo, han tenido en lo que va corrido del 2002, un desempeño mediocre.
Para decirlo popularmente, la mayor concurrencia es la de la familia Miranda .
Es más, en Medellín, ir a ellos se ha convertido casi en una adicción: el 39 por ciento de las personas va una vez por semana y, en Bogotá, el 29 por ciento.
Un estudio de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) muestra que las preferencias son por las plazoletas de comidas y, cuando existen, por los supermercados, a pesar de la creatividad de los empresarios por atraer la clientela.
Las salas de cine de los centros comerciales son también líderes en su segmento.
La belleza
Los hiperespacios del comercio han sido construidos con hermosos diseños para agradar el espíritu de los compradores. Esta es otra de las razones por la cual se va a ellos en plan recreativo.
El estudio de Fenalco indica que por la arquitectura, la facilidad de encontrar artículos de consumo, la excelencia en la atención y el cierto grado de seguridad que se tiene en su interior, han sustituido al agite del centro de las ciudades.
En Bogotá, el Septimazo fue reemplazado por Atlantis, Andino o Salitre. En Cali, por Unicentro o Chipichape. En Medellín por San Diego o El Tesoro. En Bucaramanga por Cabecera. En Barranquilla por Villacountry o Buenavista.
De modo que se puede ir al centro comercial en familia. Es un buen programa , sobre todo tratándose de matrimonios jóvenes, con hijos pequeños, quienes resultan imponiendo las condiciones de precio y marca de los productos de consumo.
Este ambiente recreativo explica el hecho de que, no necesariamente, las personas compren su provisión de víveres, a pesar de que haya un supermercado.
En Bogotá, en el 96 por ciento de los casos no compran. Y en Medellín, en el 97 por ciento.
Carolina González, del Centro Andino, en Bogotá, afirmó que el número de visitantes ha aumentado este año, pero las ventas no lo han hecho tan sensiblemente.
Esto se explica, en parte, por la temporada.
Libia Restrepo, de Salitre Plaza, expresó que las ventas no han caído considerablemente, pero si ha habido dificultades para cumplir las metas. Admitió que no somos la excepción en un país donde todos andan aporreados .
En Cali, la directora de la Asociación de Centros Comerciales (Asocentro), Luz Estela Ramírez, dijo que el ritmo de este año es más bajo que el del último trimestre del 2001. Y consideró que las bajas ventas también tienen relación con que los compradores son ahora más exigentes en precio y calidad.
Al sur de esa ciudad está Unicentro, el más vigoroso de los centros comerciales. Ciro Plata, su gerente, calificó de flojo el año 2002, y citó la incertidumbre que genera en las personas el proceso electoral, como una de las explicaciones para las bajas ventas.
Como una excepción al conjunto nacional, se mostró el centro comercial Cabecera, de Bucaramanga. La gerente de la quinta etapa, Amparo Africano, precisó que los fines de semana la gente va a vitrinear, pero compra los lunes.
Según Fenalco, una vez más las tarjetas de crédito, que son un instrumento reactivador del consumo, no despegan.
El promedio -ponderando los estratos socioeconómicos-, en 1981 el 16 por ciento de los hogares tenían dinero plástico, en el 2001 solamente 7,6 por ciento.
Las dificultades económicas, además, han hecho que las personas reduzcan la compra de ropa, compren menos y lo hagan de segunda mano.
La reactivación económica, puntualizó Fenalco, se truncó antes de lo esperado .
Fenalco recomendó a los comerciantes tener en cuenta las nuevas condiciones del mercado, creadas por los tropiezos de orden público y la debilidad económica.
En consecuencia, sugirió unos nuevos criterios de segmentación, que comienzan por considerar el hecho de poblaciones cada vez más grandes de desplazados por la violencia que presionan las ciudades.
Este mismo fenómeno de orden público, ha obligado a muchas personas a manejar un bajo perfil de sus vidas y de sus actividades, para no exponerse ante la delincuencia social y política.
Aunque se mantiene un crecimiento poblacional que garantiza el futuro de los mercados, hay una concentración en las grandes ciudades del país: Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla.
En cuanto al consumo, los comerciantes deberán incluir en sus estudios de mercado el aumento de los divorcios, las uniones libres y las madres jóvenes que, por supuesto, harán demandas específicas para cubrir sus necesidades.
El estudio también resulta revelador en el hecho de que los precios bajos ya no son urgencia de las clases medias y bajas. Los ricos, francamente, adoran los productos baratos.
Las marcas, que desde luego inciden sobre los precios, han quedado, en virtud de la crisis de los presupuestos familiares, en un segundo plano. Se imponen las marcas propias de los almacenes y supermercados que surten el producto.
Los jóvenes y los matrimonios con niños son buenos compradores de marcas propias, en beneficio de las cuentas de la familia. Estos grupos, dice el análisis, muestran menor disposición a pagar más por las marcas en productos de consumo masivo .
Todo lo anterior significa que la clase alta, en términos de consumo, ya no sería la mejor referencia. El nuevo modelo referencial son los estratos medios, que incorporan nuevos valores como la austeridad, el control de los gastos y la compra inteligente .
Frente a la prolongada situación de austeridad, tanto en las familias como en los negocios, resulta humanamente admirable el esfuerzo constante que hacen los empresarios, de todos los tamaños, por atraer, consentir y sorprender a los consumidores con ofertas innovadoras.
La reactivación económica, puntualizó Fenalco se truncó antes de lo esperado .
UN DIA MUY PRODUCTIVO
Los 20 zares de las grandes superficies y centros comerciales del país se reunieron esta semana para visualizar el futuro del negocio. Jamás habían hechos quorum para hablar del tema. Es más, varios de ellos nunca habían cruzado palabra. A la reunión también asistieron algunos industriales, con quienes, tampoco habían sostenido diálogo en el pasado.
La reunión comenzó en la sede de Fenalco a eso de las 10 de la mañana y concluyó con un almuerzo, al que invitó el presidente gremial Sabas Pretelt de la Vega. El resultado de este acercamiento fue la creación de un comité encargado de las relaciones entre los grandes proveedores industriales, los comerciantes y, para destacar, las pequeñas y medianas empresas (pymes).
Después del almuerzo, los 20 zares se dirigieron en sus camionetas blindadas al despacho del ministro de Desarrollo Económico, Eduardo Pizano. Allí, también hablaron del problema de incomunicación, pero sobre todo se quejaron de que la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) los sancionaba permanentemente. En efecto, por alteración de precios, pesos y medidas, la SIC ha impuesto millonarias multas a grandes comerciantes. Pizano los escuchó, compartió muy activamente con los empresarios, pero insistió en que las pymes son un factor de desarrollo que no puede ser obviado.
FOTO/Miguel Menéndez EL TIEMPO
En Bogotá, en el 96 por ciento de los casos no compran. Y en Medellín, en el 97 por ciento.
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