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DURO JUICIO DE HRW A LA FISCALÍA

En un informe de 14 páginas presentado ayer por Human Rights Watch (HRW), esta organización de derechos humanos aseveró que se ha debilitado el compromiso de la Fiscalía en la lucha contra la impunidad y que ese deterioro tiene nombre propio: Luis Camilo Osorio.

Los resultados no es que sean pobres, es que no existen , dijo José Miguel Vivanco, director para las Américas de esta ONG estadounidense.
HRW reportó que durante los 15 meses en que Osorio ha estado al frente del ente acusador 26 funcionarios -entre fiscales y miembros del CTI- han sido removidos de sus cargos o se han visto obligados a renunciar por presiones o porque encontraron un ambiente adverso para desarrollar su labor con autonomía. Son casos sintomáticos que reflejan un patrón de conducta , concluyó ayer en Bogotá Vivanco.
Importantes investigaciones de derechos humanos que tomaron impulso durante el mandato de su predecesor en el cargo (Alfonso Gómez Méndez), se han visto seriamente debilitadas durante la administración Osorio , dice el informe, titulado Un giro erróneo: la actuación de la Fiscalía General de la Nación.
El informe es producto de una investigación de 15 días que se realizó en Colombia y de múltiples entrevistas de esta ONG con fiscales, ex fiscales, representantes de la Procuraduría y de otras autoridades nacionales.
Vivanco advirtió que lo que está en juego es el mismo proyecto de seguridad democrática del presidente Uribe, pues es fundamental contar con una Fiscalía fortalecida que actúe como mecanismo de control. El poder absoluto no basta , estimó.
La respuesta
Luego de la presentación de Vivanco, a través de un comunicado, la Fiscalía consideró infundadas las apreciaciones emitidas por HRW. Dijo que la Unidad de Derechos Humanos se amplió , creando 11 subunidades que operan en todo el país, y que se cualificó , pues las personas que hicieron los reemplazos aventajan a sus antecesores .
El retiro de unos pocos fiscales ha correspondido a renuncias voluntarias, en ningún caso presionadas o forzadas; de otros (4) se prescindió porque sus actuaciones no fueron leales con la institución ni con las funciones señaladas en la ley , subrayó la Fiscalía.
HRW dijo que existe una ausencia de apoyo para los fiscales que trabajan en casos sensibles de derechos humanos e incapacidad para brindar protección efectiva no solo a funcionarios, sino ex funcionarios. Sin embargo, la Fiscalía refutó esta afirmación con el argumento de que se han conseguido recursos para fortalecer la seguridad de fiscales, investigadores, víctimas y testigos .
Y aunque la Fiscalía advirtió que la justicia no puede medirse por estadísticas impuestas por un grupo particular ni Estado alguno , exhibió sus propios datos según los cuales tiene 78 personas vinculadas del Ejército a investigaciones penales, 12 de la Armada, 92 de la Policía, 20 del DAS, así como 478 de las Farc, 45 del Eln y 645 paramilitares.
El caso de Del Río y otros
HRW asegura que por lo menos 15 fiscales y miembros del CTI se vieron forzados a renunciar y 11 han sido despedidos durante los 15 meses que lleva Luis Camilo Osorio al frente de la Fiscalía.
Reseña que a las 72 horas de ejercer su mando, Osorio ya había exigido la renuncia de dos fiscales que llevaban el caso contra el general Rito Alejo del Río, quien era investigado por colaborar con paramilitares en los años del 95 al 97. Según HRW, la evidencia contra él era contundente , pero Osorio alteró el rumbo de la investigación. Pedro Díaz, director de la Unidad de Derechos Humanos se vio forzado a renunciar y el vicefiscal Pablo Elías González sintió que debía hacerlo.
Osorio también habría forzado el retiro de Virgilio Hernández, antiguo funcionario de esta unidad y por ese entonces director de la Unidad Anticorrupción; de César Rincón, de Gregorio Oviedo y de Ismael Trujillo, este último director del CTI, que renunció luego de que despidieron a cuatro de sus más cercanos colaboradores.
Osorio despidió a Fernando Niño, director de la Oficina de Información y Análisis del CTI; a Carmen Maritza González, cabeza de la división de Investigación del CTI; a Carlos Valdés, de la División de Crimen del CTI, y a Martha Janeth Pedraza, asesora del director nacional del CTI.
HRW cita también el retiro del fiscal Luis Augusto Sepúlveda, quien venía trabajando en el intento de asesinato del líder sindical Wilson Borja y había ordenado el arresto del mayor de la Armada César Maldonado.
Casos estancados
HRW reseña que fiscales entrevistados dijeron que tienen la orden de consultar con el Fiscal antes de proceder a una investigación contra oficiales del Ejército.
Dice también que algunos fiscales fueron removidos cuando investigaban casos de altos mandos militares y antes de que pudieran realizar un arresto o un encausamiento. Y pone de ejemplo el caso de Chengue (Sucre), donde paramilitares masacraron a 26 campesinos. A la semana de la llegada de Osorio a su cargo, la fiscal encargada del caso se reunió con él para informarle que tenía información contundente que vinculaba al general Rodrigo Quiñónez y otros oficiales de la Armada. El nuevo director de la Unidad de Derechos Humanos la acusó de cometer errores y reasignó el caso a un nuevo fiscal. Según la fiscal, el director la presionó para que firmara una carta en la que constatara que nunca se había intentado abrir un caso contra Quiñónez. Se rehusó a hacerlo y, tras recibir amenazas contra su vida, abandonó el país.
Amenazas desatendidas
Aunque la situación de Colombia hace de la función de los fiscales una actividad muy riesgosa, HRW dice que esta se ha exacerbado por la respuesta inadecuada del fiscal Osorio. En abril del 2002 circuló unalista negrai de funcionarios de la Unidad de Derechos Humanos que se encontraban en la mira de los paramilitares. Ante la inacción del Gobierno para protegerlos, 5 fiscales acudieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en busca de medidas cautelares que obligaran al Estado a brindarles protección. Los fiscales en cuestión afirman que realizaron solicitudes a la directora de la Unidad, Elba Beatriz Silva, solicitando protección y ella se las negó.
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