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Policía estudia fortalezas y debilidades de los cultivos de coca para erradicarlos

Para eso, tienen 14 hectáreas cultivadas en las que realizan análisis sobre la mata. La iniciativa comenzó el 8 de septiembre del 2004 en San José del Guaviare, pero fue trasladada al Tolima.

Todo lo que se hace allí tiene el aval del Consejo Nacional de Estupefacientes que le permite a la Policía establecer cultivos ilícitos con fines experimentales.
"En la actualidad tenemos 14 variedades de hoja de coca, cantidad que consolida el total de las que sabemos pueden existir en el país", dice el agente Luis Alberto Cepeda, quien es considerado el 'corazón' del proyecto del cultivo experimental que desde hace dos años funciona en el Centro de Entrenamiento y de Operaciones de la Policía 'Pijaos', en Espinal (Tolima).
Son unas 16 mil matas que a diario son objeto de un permanente análisis.
Con catálogo en mano, llevan el historial de las plantaciones. Registran la fecha de la siembra, la altura de la mata, el follaje, la medida y cantidad de hojas que produce, el florecimiento y la cosecha. Cada 8 días toman apuntes del desarrollo de las hojas, desde que está en yema hasta que va creciendo y madura.
"Aquí nos damos cuenta del tiempo de cosecha de la planta. Depende del clima, terreno y de la variedad. Como puede haber coca que sale en 45 días, hay otra que sale en dos o tres meses. Todo depende del abono que le echen a la tierra", explica Cepeda.
Las plantas son sometidas a fuertes pruebas de insumos y hasta simulaciones de aspersión. Con este seguimiento Cepeda ha logrado establecer que las variedades de coca boliviana negra, blanca y roja son las más resistentes y, a la vez, producen un gran número de hojas con tamaños que oscilan entre los 8 y los 10 centímetros, lo que garantiza más alucinógeno.
También sabe que las 'tingo' (tingomaría, tingopajarita, tingoperuana y tingonegra) son débiles al calor y al viento, pero, sin embargo, producen bastante base de coca.
"Aquí (en Pijaos), la tingomaría nos ha dado mucho dolor de cabeza. Es una variedad que no pega. Produce buena base, pero es muy difícil de levantar. Se adapta más a los terrenos del Putumayo", ilustra el agente Cepeda.
Con los resultados, la Policía traza la estrategia para erradicar y enfrentar las prácticas agrícolas que emplean los cultivadores para contrarrestar el efecto del glifosato, como lavar la planta, adherir sustancias o soquear.
Para el mayor Miguel Tunjano, coordinador del Grupo de Verificación y Gestión Ambiental, "el objetivo constante es buscar cómo hacer inactivas esas prácticas y en qué períodos se debe erradicar manualmente o asperjar".
Uno de los retos es establecer cómo los cultivadores del Guaviare pasaron de cuatro a seis cosechas de coca al año. Las investigaciones indican que estarían utilizando abono foliar y hormonales agrícolas para agilizar el crecimiento (ver recuadro).
El cultivo de coca de la Policía ha sido visitado por comisiones de países de América Latina y Europa. Unos lo han hecho con el interés de saber cómo es una plantación de coca. Y otros para recibir información que les permita definir sus propias estrategias de erradicación.
Pero, como pasa con los cultivos ilegales, estas matas de coca están destinadas a desaparecer. Las plantaciones de 'Pijaos' no son la excepción.
Resultados y metas en 'Pijaos'
Las investigaciones han permitido sustentar que la adición de un coadyuvante agrícola permite que el glifosato se adhiera rápidamente a las hojas de la planta y sea absorbido ocasionando su muerte.
Han definido que cada cuatro meses se debe erradicar un lote de coca resembrado para evitar que recolecten la cosecha. Todo porque un cultivador, después de que asperja o erradica manualmente su lote, puede resembrar. A los cuatro meses lo cosecha.
Para favorecer el crecimiento y proteger las matas de las plagas (gusanos, larvas, cucarrones y la hormiga arriera) los cultivadores aplican abono o fertilizante foliar. Es un insumo que se diluye en el agua, mezclado con insecticida, y se asperja con motobombas.
Aplicar aguadepanela o agualeche en las hojas para hacer invulnerable el cultivo al glifosato, no funciona.
MIGUEL HERRERA
ENVIADO ESPECIAL DE EL TIEMPO
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