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Órgano, considerado una joya musical, cumplió 51 años de adornar la capilla del Gimnasio Moderno

El colegio rindió un homenaje a la emblemática pieza con un concierto que brindó el maestro Alberto Beltrán, al cual asistieron cerca de 300 personas.

Redacción El Tiempo
La música, que parecía sacada del barroco, encontró eco en las paredes de la iglesia. Así fue como el manantial de sonidos que brotaba de los tubos del rey de los instrumentos musicales logró cautivar a los espectadores.
Pero lo que muy pocas personas saben es la historia que hay detrás de ese instrumento que reposa callado todos los días en el colegio.
Llegó en barco de Alemania
Menos sabrán que llegó en 1957 desde Alemania y en barco. Fue hecho por encargo para que iluminara con su sonido las misas de la capilla de los Santos Apóstoles.
El pedido fue hecho a la casa alemana E.F. Walcer a través de su representante en Colombia Oskar Binder, quien fue el encargado no solo de instalarlo, probarlo, sino también de hacerle mantenimiento.
Pero una vez faltó Binder el órgano se vio condenado al anonimato y olvido, hasta que el maestro José Leal y el estudiante Nicolás Alecsiades despertaron interés en su recuperación.
Para Nicolás fue una fuente de inspiración tanto que conocerlo lo motivó a viajar hasta Viena, vivir cuatro años y especializarse en el difícil arte de tocar el órgano.
Tocar este instrumento requiere un esfuerzo físico superior: "Se debe tener en cuenta que tiene dos hileras de teclas, para los sonidos agudos y medios, además tiene llaves que producen o cambian la intensidad del sonido cuando se las oprime. Pero además, se utiliza todo el cuerpo: brazos y pies tienen que ponerse de acuerdo", cuenta.
Hoy en día, Nicolás es una de las personas expertas en órganos en el país, es el único en Bogotá.
Pero el mejor regalo que le pudo dar a su colegio fue dejar un texto de 250 páginas donde consigna todas las cualidades del instrumento y que espera se convierta en una guía para que las futuras generaciones cuiden este legado.
Gracias a Nicolás, los gimnasianos hoy se precian de tener una joya que adorna su capilla y cuya melodía trae de vuelta los sonidos de la edad media.
REDACCIÓN EL TIEMPO ZONA
zona@eltiempo.com.co
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Redacción El Tiempo
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