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'El Dakar es el infierno y también, el paraíso': Mateo Moreno

Será uno de los tres colombianos que largarán el 2 de enero en Asunción (Paraguay).

JAVIER ARANA
“Competir en el Rally Dakar es como estar en el infierno, pero también tocar el paraíso, pues solo el hecho de terminar una carrera tan dura tiene un enorme mérito; finalizarla es el principal objetivo, y regresar a la competencia es otra satisfacción que se alcanza”.
Con esas frases sueltas, dichas con emoción y palabras entrecortadas, el antioqueño Mateo Moreno, uno de los tres colombianos que tomarán parte en la 39.ª edición de Rally Dakar 2017, explicó lo que será una nueva incursión en la histórica competencia, considerada la más peligrosa del mundo en los deportes de motor.
Las dos primeras semanas de enero de cada año, la carrera concentra a los más aguerridos pilotos de autos, motos, cuatrimotos y camiones para dejar llevar a cabo una historia que mezcla dolor, drama, lágrimas, alegrías, pero también la muerte.
La travesía largará el 2 de enero en Asunción del Paraguay, hará una extensa penetración por territorio boliviano para finalizar, tras arduas y agobiantes jornadas, el 14 del mismo mes en Buenos Aires (Argentina), luego de dejar atrás un recorrido de 9.000 kilómetros entre llanuras, montañas, desiertos, en condiciones climáticas y de temperaturas extremas.
A sus 39 años, Moreno se da el gusto de recordar que fue el primer colombiano en terminar la competencia. Lo hizo en el 2013, cuando pudo llevar su moto a la meta final, ubicándose en el puesto 90 entre 200 competidores. Gracias a ello puede decir que ya tiene una historia especial de las muchas que ha vivido antes de afrontar la que será su cuarta participación en la prueba.
Al año siguiente también hacía una destacada actuación, pero el motor de su máquina se fundió en la sexta jornada, cuando se clasificaba en el puesto 37. “Iba muy bien, pero el motor no respondió y quedamos ahí”, recuerda Mateo.
Fractura y abandono
En el 2015, una violenta caída, tras el golpe de su moto con una roca, le provocó varias fracturas y una fuerte lesión en el pecho y las costillas que obligaron al piloto a abandonar.
“Yo quería seguir, pero físicamente el cuerpo no me daba. La cabeza me decía que podía seguir, pero el cuerpo no respondía. La verdad, me retiré contra mi voluntad. Mucha aporreada esa, la moto quedó destrozada. Me recogieron en un helicóptero y estuve muchos días en el hospital. El Dakar es una carrera intensa, dura, en la que nos azotamos, pero precisamente ese es el punto emotivo y el que obliga a finalizar; entre más dura, mejor, y todas las raspaduras, las cortadas, las caídas, los golpes, las fracturas y el sufrimiento son como las medallas que quedan de la guerra”, explicó Moreno en entrevista con EL TIEMPO.
Ahora, próximo a salir en su cuarta participación, en una moto KTM 450 con tecnología de la marca austriaca y diseñada especialmente para el Dakar, Moreno aspira una vez más a terminar la carrera.
“El Dakar es toda una novela. La dimensión del desierto es difícil de comprender. Hay soledad, frío, el calor es asfixiante, se sufre, se aguanta hambre y siempre hay sensación de sed. Por algo es que esta prueba la han denominado la Fórmula Uno del desierto. Me siento muy tranquilo, ya se hizo todo el plan de entrenamiento, de la parte física y mental; voy fuerte, quiero volver a dejar mi huella en la meta para lograr otra conquista”, explica
Moreno, que esta vez contará con el patrocinio de 22 marcas unidas a su proyecto, entre las que se destacan Sodexo, Auteco, KTM y Mobil 1. Curiosamente, no contará con ayuda de Coldeportes.
La sola inscripción en el Dakar, por piloto, es de 14.000 euros, casi 44 millones de pesos colombianos.
Moreno concluye que sueña con llevar su bandera, que tendrá inscrito el nombre de Colombia “para que el mundo no nos siga llamando Culumbia”.
Solo para los duros
El Rally Dakar 2017, que se corre por sexta ocasión en Suramérica, tras alejarse de la travesía entre Europa y África, contará, además, con el pereirano Juan Esteban ‘Chilo’ Sarmiento, quien tomará parte en la competencia de motos, y el bogotano Christian Cajicá, quien pondrá su cuatrimoto en la línea de salida el 2 de enero en Asunción. Los dos pilotos colombianos coinciden que gran parte de la carrera se definirá entre las dunas del desierto y las montañas bolivianas, con pasos por arriba de los 3.500 metros sobre el nivel del mar.
JAVIER ARANA
Redactor de EL TIEMPO
@arana_javier
JAVIER ARANA
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