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Cruce de mensajes enreda a esposa del jefe de Medicina Legal asesinado

En teléfono de Dayana Hassim encontraron las pruebas que la vinculan con homicidio de Eduardo Pinto.

JUSTICIA
“Llama a este teléfono y cuadra todo con él”. Ese mensaje de texto hallado en el celular de Dayana Hassim de la Hoz, en donde se da a conocer el número de teléfono del sicario que asesinó a su esposo, fue clave para dar con los autores del homicidio de Eduardo Pinto Viloria, director de Medicina Legal en Barranquilla.
También fueron claves 12 grabaciones de conversaciones telefónicas en las que se escucha a tres hombres planear el homicidio y que hacen parte de las pruebas recolectadas por la Dijín en el caso del escandaloso asesinato, que tiene a cuatro personas en la cárcel, entre ellas a la esposa de Pinto.
Se conoció que fue la misma Dayana Hassim quien contactó a los pistoleros, entre ellos a Jesús Antonio Gutiérrez Arrieta, alias Chucho, jefe de una banda de asaltantes y sicarios del barrio El Pueblito, al suroccidente de Barranquilla. ‘Chucho’ fue capturado días después del homicidio.
En un mensaje de WhatsApp, enviado 15 días antes del homicidio, Hassim le da a Johan Enrique Beltrán Ulloque, su conductor, el número de celular del peligroso delincuente. (Lea también: Esposa de exdirector de Medicina Legal negó participación en asesinato)
Beltrán acordó una cita con ‘Chucho’ en un sector conocido como Los Chicharrones, al sur de la ciudad. Allí se discutió cuánto cobraría por sus servicios. Beltrán le ofreció al sicario 2'500.000 pesos, pero terminó acordando que se haría por 400.000 pesos más ($2.900.000). Ese día se dio el primer pago por 2'000.000 de pesos.
Desde entonces hubo tres intentos fallidos, uno de ellos tres días antes del homicidio, cuando la víctima salía de una peluquería.
“Ya lo tenemos a la vista. Pero sale con la señora. –No, no vayan a disparar, junto a ella no lo hagan–" se escucha en una de las grabaciones entre Johan y ‘Chucho’. (Además: Director de Medicina Legal asesinado tenía dos seguros de vida)
En otra interceptación telefónica se escucha hablar a otro delincuente, alias Pepe, quien llama desde el celular de ‘Chucho’. La comunicación es con un personaje de nombre Darío, a quien le piden ayuda para conseguir un revólver. También se escucha hablar a Johan, haciendo presión para que cumplan pronto.
Según los investigadores, un día antes del asesinato, los sicarios y Beltrán se volvieron a reunir, esta vez con Hassim como testigo. ‘Chucho’ le dijo a la Fiscalía que se sorprendió por la frialdad con la que Hassim organizó las cosas.
Acordaron verse a las 2 de la mañana, hora en la que Hassim saldría hacia la terminal para realizar un viaje a La Guajira. Pero el encuentro se retrasó porque el taxi que los sicarios contrataron se pinchó. En ese punto se dan otras conversaciones entre Beltrán y los asesinos:
—¿Por dónde vienen?, ¿por qué se tardan tanto?, –pregunta Beltrán.
—Fresco que ya estamos cerca –responde ‘Chucho’.
Lo planeado era que Pinto fuera atacado a la entrada de su casa, cuando saliera a despedir a su esposa, pero la demora de los sicarios cambió los planes. A unos 2 kilómetros de la vivienda se produjo el encuentro de los delincuentes con Hassim y Beltrán. (También: Así llegaron las autoridades a la esposa de jefe de Medicina Legal)
Los pistoleros se pasaron para la camioneta en la que viajaba Hassim y su conductor. ‘Chucho’ se sentó en el asiento del copiloto y alias Ñeco –quien está prófugo– se ubicó en el asiento posterior, junto a Dayana Hassim. Cuando estuvieron en la casa, la esposa del director regional de Medicina Legal gritó por la ventana: “Mi amor, es que dejé las llaves y unos papeles, y por eso me regresé”.
Apenas la puerta se abrió los sicarios entraron a la vivienda. A Pinto lo llevaron hasta el segundo piso, en donde ‘Chucho’ le propinó tres disparos.
Prueba de amor
“No te imaginas lo que sería capaz de hacer por ti. Deseo que me des un hijo. Te amo”. Ese fue uno de los mensajes de texto que le envió Dayana a Beltrán, pero que, sin embargo, fue descubierto por su esposa, Erika, lo que provocó la separación de la pareja. (Lea: Por $3 millones mataron al director de Medicina Legal en Barranquilla)
Todos en la casa de Beltrán sabían de la relación que tenía con su patrona, incluso, así lo indicó el padre de Beltrán en la audiencia en la que les imputaron a su hijo, a Hassim, al sicario y al conductor del taxi cargos por concierto para delinquir, porte ilegal de armas y homicidio agravado.
La mujer era la propietaria de un gigantesco lote en el barrio El Ferry, muy cerca de donde se construirá el nuevo puente sobre el río Magdalena. Esa fue la herencia que le dejó su padre, de ascendencia libanesa.
Sus planes eran invertir 300 millones de pesos –que conseguiría al cobrar el seguro de vida que Pinto había adquirido– en la adecuación de un parqueadero que arrendaría por 15 años a la Fiscalía, para el depósito de los vehículos incautados. De ese seguro, Hassim cobró 150 millones. Este hecho, de acuerdo con el proceso, sería el principal móvil del homicidio.
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