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Preocupante caída de taquilla del cine nacional

En los últimos años tienen menos espectadores, en contraste con el aumento de la asistencia general

Desde hace cuatro años, la taquilla de las películas colombianas viene experimentando un descenso sensible: la gente está yendo menos a los cines a ver producción local, lo cual se refleja en una disminución del 7,8 por ciento entre el primer semestre del 2013 y el mismo periodo del 2014. (Vea la infografía sobre este fenómeno)
Al comparar el comportamiento de la taquilla durante los primeros semestres desde el 2011, se nota la disminución de público para las películas nacionales: en ese año, la asistencia fue de 2,18 millones de espectadores; en el 2012, de 1,62 millones; el año pasado cayó a 1,42 millones, y en este, bajó a 1,3 millones. (Lea también: Una mirada a 10 años del cine colombiano)
Resulta irónico si se tiene en cuenta que el 2014 ha sido un año de gran visibilidad para el país: por ejemplo, por primera vez un colombiano ganó la Palma de Oro en Cannes.
Y preocupante, pues la baja asistencia a las películas colombianas se da en medio de una oferta de 20 títulos de todos los géneros, que no son pocos en la incipiente industria cinematográfica local. y peor aún si se observa que aumentó la cifra de asistencia general a cine en el mismo periodo de tiempo.
“Parecería que para el cine colombiano el público no crece a la par que el de las demás películas, que aumenta, entre otros factores, por el ingreso per cápita y la construcción de más salas. El número de personas que va a películas nacionales es muy limitado y no parece afectarse por esas variables, que empujan el mercado cinematográfico en Colombia”, explica Mauricio Reina, crítico de cine, quien también cree que podría haber un exceso de estrenos nacionales al año, lo cual haría que se ‘canibalicen’ en la cartelera. (
El fenómeno ya escaló hasta las autoridades públicas y privadas, en cabeza del fondo mixto Proimágenes y del CNACC (Consejo Nacional para las Artes y la Cultura en Cinematografía).
“No es una cuestión colombiana, es algo que está pasando en todos los países latinoamericanos, debido a que hay proliferación de salas en las que, simultáneamente, se proyecta el material de los grandes estudios; así, los títulos locales tienen menos posibilidades en tiempo y espacio”, explica Claudia Triana, directora de Proimágenes.
Y agrega: “Pretender que las películas pequeñas, de nicho, que dependen del boca a boca y que no responden a una campaña masiva de publicidad duren mucho tiempo en salas comerciales es casi imposible”. (Gráfico: ¿cuánto vale ir a cine en Colombia en comparación con otros países?)
Para el productor y realizador Jhonny Hendrix Hinestroza (Antorcha Films), autor de cintas como Chocó y Anina, hay que analizar mirando no solo el contexto del público, en algunos casos apático, sino también en el ámbito de los exhibidores.
“El público no es el único que decide. De alguna manera lo hace el exhibidor, que les asigna unos horarios muy complicados a las películas colombianas. Por ejemplo, Anina, animación colombouruguaya, obtuvo una excelente taquilla en Uruguay y representó a ese país en los Óscar; se estrenó en Francia y Alemania y le fue bien; ganó premios internacionales y se vio en festivales. En Colombia tuvo escasos 11.859 espectadores, porque tuvo horarios de 9, 10 y 11 a. m.: cuando los niños estudian y los papás trabajan”, agrega Hinestroza.
En contraste, Carlos Llano, distribuidor independiente, asegura que los exhibidores siguen los gustos del público. “Hay que analizar, más bien, cómo las películas colombianas pueden lograr una mejor conexión con esos espectadores. Ahora, el cine comercial parece estar más en manos de Dago García, mientras el ‘otro cine’, el intimista o de autor, se mueve en dinámicas distintas”.
“El problema radica en que ninguna de las dos orillas mira a la otra –agrega Reina sobre el tema–. Sin embargo, y pese a todas las clavijas pendientes por ajustarse, vale la pena seguir produciendo cine en Colombia. El perfil y la percepción han cambiado mucho; de hecho, si uno se fija en esos millones de espectadores que ya tiene, en contexto, es algo bueno para el mercado”.
Para el realizador Julio Luzardo, buena parte del problema recae en este lado: “Tiene que ver con los productores y realizadores, y su escogencia de temas que no empatan con el público, que paga por ver lo que le gusta”.
¿Hay solución?
El panorama actual plantea que en Colombia tenemos una industria pujante, aunque discreta, que palidece ante el poco público que se interesa en ver lo que se produce.
Los indicadores parciales del 2014 muestran que la tendencia a la baja seguiría en lo queda del año. Tendría que haber una recuperación importante, un hecho complicado, pero no imposible de lograr si se tiene en cuenta que está pendiente el estreno de la película del 25 de diciembre que produce Dago García y que, normalmente, mejora las ganancias del cine nacional.
La producción colombiana necesitaría, frente a las superproducciones de Hollywood, un trato preferencial o un apoyo adicional de las grandes cadenas exhibidoras, que se vea representado en disminución de costos de funcionamiento (alquiler de salas por cada copia digital que se exhiba) o en los tiempos de permanencia de los títulos en las carteleras.
“Es necesario que ellos entiendan que una película colombiana no tiene detrás una maquinaria; mientras, el productor del filme debería ser consciente de la promoción, independiente de la calidad de su proyecto”, dice Reina.
A eso hay que sumarle que los hábitos de consumo han cambiado, pues hoy la gente decide cuándo y cómo quiere ver las películas.
“Habría que auspiciar unas salas alternas, que no estén cambiando los títulos a la velocidad de las comerciales, donde las películas colombianas puedan estar al menos tres o cuatro semanas sin el afán de la competencia con las internacionales”, propone Triana acerca de estos espacios, que serían financiados por el Gobierno.
Otros proponen crear una cátedra de cine colombiano en los colegios, para que los niños entiendan mejor lo que ven en la pantalla. “Hay que explorar la conciencia de ser colombiano, de lo que somos y hacemos para lograr que se apoye lo nuestro”, finaliza Hinestroza.
Llano puntualiza: “Para mí, el problema no tiene que ver solamente con la exhibición, el exhibidor jamás va a retirar una película que le funcione, como tampoco un librero retira el libro que más vende”.
Triunfos afuera y rodajes gigantes en el país
Más allá de la taquilla, el 2014 ha sido quizás el año más importante para el cine colombiano, en términos de industria.
El realizador colombiano Simón Mesa (28 años) recibió la Palma de Oro, en la categoría de mejor cortometraje, con Leidi, en la 67.ª edición del Festival de Cannes, el más importante del mundo, con la historia de una madre adolescente en un barrio marginal de Medellín.
Simón Mesa recibe la Palma de Oro de manos del director Abbas Kiarostami. Ganó en el Festival de Cannes, con su corto 'Leidi'.
Además, aumentaron los rodajes internacionales en suelo colombiano, con estrellas de Hollywood, como Los 33, un drama que revive la historia del grupo de chilenos atrapados en una mina. El español Antonio Banderas y el estadounidense Lou Diamond Philips forman parte del proyecto, que rodó escenas en las minas de sal de Nemocón.
La producción se llevó a cabo en el país, gracias a la Ley 1556 del 2012, también conocida como la Nueva Ley de Cine, con la que sus productores recuperaron 40 por ciento de los gastos cinematográficos y un 20 por ciento más en gastos logísticos.
Eso también atrajo a los actores Freida Pinto (¿Quieres ser millonario?) y Mickey Rourke (El luchador), que rodaron en Bogotá el drama de acción Blunt Force Trauma, con los servicios de la productora 64A Films.
También se destaca el reconocimiento a Claudia Triana, directora del Fondo Mixto para la Promoción Cinematográfica (Proimágenes), por la revista Variety como una de 63 las mujeres más poderosas del 2014 en el mundo del entretenimiento.
Triana es la única colombiana de la lista en la que aparecen Jessica Alba, Angelina Jolie y la presidenta de la Academia de cine de Hollywood (que entrega los Óscar), entre otras.
SOFÍA GÓMEZ Y ANDRÉS HOYOS VARGAS
Cultura y Entretenimiento
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