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Papa Francisco hace histórico acto para pedir perdón

Ante seis víctimas de abusos, condenó abusos de curas pederastas y su ocultamiento.

El Papa Francisco dijo este lunes a víctimas de abuso sexual por parte de integrantes de la Iglesia Católica que esos actos fueron "camuflados con una complicidad que no puede ser explicada" y pidió perdón.
Lo hizo diciéndoselo al cara a seis personas que sufrieron actos pederastas cometidos por eclesiásticos, para quienes celebró ayer una misa en la Domus Santa Marta, la residencia del Vaticano donde vive. (Lea también: Buscan pederastas en el Parlamento británico).
Les dijo que los actos que perpetraron con ellos fueron como un “culto sacrílego”, asegurando sentirse “profundamente dolido” por estos “pecados y graves crímenes”. “Humildemente pido perdón”, comentó.
En su homilía, pronunciada en español, no utilizó medias palabras para referirse a los responsables eclesiásticos que miraron hacia otro lado frente a los abusos. Se excusó por la falta de respuestas adecuadas, lo que provocó “sufrimientos ulteriores” a las víctimas y puso en peligro “a otros menores”. (Lea también: En Colombia, la Iglesia trata con 'cuidado' denuncias por pederastia).
A los obispos les recordó que han de rendir cuentas por la forma con que tratan este problema: “Deben ejercer con sumo cuidado su servicio de pastores para salvaguardar la protección de los menores”.
Francisco dijo sentir “angustia y dolor” por los abusos sexuales. “Se trata de algo más que de actos despreciables. Es como un culto sacrílego porque esos chicos y esas chicas les fueron confiados al carisma sacerdotal para llevarlos a Dios y ellos los sacrificaron al ídolo de su concupiscencia”, agregó el Pontífice.
En su homilía dejó claro que “no hay lugar en el ministerio de la Iglesia para quienes cometen abusos sexuales” y se comprometió a “no tolerar el daño realizado a un menor”.
Para conseguir que “estos pecados no se repitan más en la Iglesia” garantizó que se seguirá vigilando la “preparación al sacerdocio”, una labor para la que dijo contar con la ayuda de la Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores. En este grupo de trabajo -liderado por el cardenal capuchino estadounidense Séan O'Malley, arzobispo de Boston-, hay una víctima, la irlandesa Marie Collins.
La Pontificia Comisión debe trabajar teniendo en cuenta que “todos los menores”, sin importar la religión a la que pertenezcan, “son pequeños que el Señor mira con amor”. “Pido ayuda para que podamos disponer de mejores políticas y procedimientos en la Iglesia universal para la protección de los menores y para la formación del personal de la Iglesia”, comentó. Precisamente el Papa se reunió con los miembros de este grupo de trabajo el pasado domingo.
El Vaticano no hizo pública la identidad de las seis víctimas que participaron en la misa de Francisco. Sólo se sabe que provienen de Irlanda, Alemania y Reino Unido. Estas personas estaban acompañadas por un familiar o un amigo y se hospedaron en la Domus Santa Marta, donde fueron recibidas de forma privada por el Pontífice.
"Ante Dios expreso mi dolor por los pecados y crímenes graves de abusos sexuales cometidos por el clero contra ustedes y humildemente pido perdón", afirmó el papa, quien reconoció que los líderes de la Iglesia "no han respondido adecuadamente a las denuncias de abuso presentadas por familiares y por aquellos que fueron víctimas del abuso", dijo.
"Los pecados de abuso sexual contra menores por parte del clero tienen un efecto virulento en la fe y en la esperanza en Dios", agregó. "No hay lugar en la Iglesia para los que cometen estos abusos, y me comprometo a no tolerar el daño infligido a un menor por parte de nadie", subrayó el jefe de la iglesia católica.
Un traductor acompañó al papa ya que el grupo de víctimas estaba formado por dos británicos, dos alemanes y dos irlandeses, los cuales sufrieron abusos sexuales por parte de religiosos.
Papa pide ayuda para establecer normas contra los abusos sexuales
A las asociaciones de víctimas de todo el mundo que piden normas específicas de cara a los miles de casos denunciados en la última década, el papa prometió medidas concretas. "Cuento con los miembros de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores" aseguró el papa, para que "me ayuden a asegurar de que disponemos de las mejores políticas y procedimientos para la protección de menores", dijo.
"Hemos de hacer todo lo posible para asegurar que tales pecados no vuelvan a ocurrir en la Iglesia", recalcó. Pese a esos gestos, las asociaciones de víctimas consideran que la jerarquía de la Iglesia no está haciendo todo lo posible para impedir que sacerdotes abusen sexualmente de menores en todo el mundo.
Un grupo de activistas mexicanos envió el jueves una carta al papa Francisco en la que pide "decisiones estructurales" para acabar con los curas "abusadores". Las víctimas piden que las buenas intenciones que ha expresado el papa se "coagulen" en normas específicas, explicó en México José Barba, un ex miembro de los Legionarios de Cristo, de 75 años.
Barba fue víctima del abusador Marcial Maciel, el fallecido fundador de la poderosa congregación, protagonista del mayor escándalo de pedofilia de la institución, quien gozó durante décadas de la protección de Juan Pablo II. Las autoridades del Vaticano informaron a principios de este año a la ONU que los fiscales de la Santa Sede han examinado 3.420 casos de abusos sexuales a menores cometidos en la última década.
Por esos casos, 848 curas fueron obligados a colgar los hábitos y a los 2.572 restantes se les obligó a "vivir una vida de rezo y penitencia" en un monasterio, un castigo que para las asociaciones de víctimas resulta insuficiente. El dolor y los suicidios de víctimas de abusos sexuales "pesan" en la conciencia del papa, reconoció Francisco. "Algunos han sufrido incluso la terrible tragedia del suicidio de un ser querido.
Las muertes de estos hijos tan amados de Dios pesan en el corazón y en la conciencia mía y de toda la Iglesia", afirmó poco antes de reiterar su pedido de perdón por "los pecados de omisión". El portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, explicó a la prensa que "escuchar a las víctimas ayuda a preparar el camino para sanar las heridas y alcanzar la reconciliación con Dios y con la Iglesia", dijo. "Se trata de un camino que hay que recorrer", comentó. Lombardi no excluye que el papa se reúna con otros grupos de víctimas, no muy grandes, de manera de poder hablar de manera amplia y profunda.
DARÍO MENOR TORRES
Para EL TIEMPO (con AFP)
Ciudad del Vaticano
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