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EL TIEMPO frente a la revolución digital

Roberto Pombo, director de EL TIEMPO, y Jon Ruiz, gerente general, hablan sobre los nuevos desafíos.

Roberto Pombo
En los últimos 20 años, el mundo del periodismo escrito ha vivido más transformaciones que en sus más de 400 años de historia. Las nuevas tecnologías han obligado a las redacciones de los periódicos a reinventarse permanentemente para responder a los retos que está exigiendo la industria. La época en la que los periodistas solo trabajaban para el diario impreso son prehistóricas. El nuevo ecosistema digital los ha llevado a pensar en impreso, página web, dispositivo móvil y redes sociales.
El que mucho abarca poco aprieta. ¿Es posible que un periodista haga un buen trabajo con tantas responsabilidades adicionales?
No solo es posible, sino que hacerlo es fascinante. Ya hubiera querido, en mis años de reportero, haber contado con las herramientas de las que hoy disponen los periodistas para hacer reportería, escribir y difundir su trabajo. Y también haber tenido el privilegio de no competir únicamente con los medios impresos, sino con la radio y la televisión. El siglo XXI es la época más apasionante para ejercer esta profesión, entre otras cosas por los múltiples desafíos que han surgido.
Hubiera creído que la más fascinante fue la de la reportería de calle, la de los largos almuerzos con las fuentes, la del cierre a altas horas de la noche...
Eso es algo que no se ha perdido. Tendemos mucho a idealizar el pasado y no siempre todo tiempo pasado fue mejor. El que hoy compitamos con todos los medios de comunicación nos ha llevado a desarrollar habilidades que antes no teníamos y no necesitábamos. Creo que a causa de este cambio la profesión periodística ha salido fortalecida y, con ello, los medios impresos.
Pero muchos señalan que el nivel periodístico ha decaído sustancialmente, que la prensa del pasado era mejor que la actual…
Todo lo contrario. Hoy no solo contamos con muchos más canales para distribuir la información, sino con un mundo de infinitas posibilidades para contar grandes historias y darles una mayor relevancia. Lo que en el impreso puede ser un gran reportaje de doble página en la sección Debes Leer, en la página digital se convierte es un especial multimedia, con infografías animadas, y en el canal de televisión, en una historia audiovisual de una hora llena de testimonios.
La llegada de tantos cambios tecnológicos a nuestras vidas solo debe verse como un avance positivo en todo sentido. ¿Usted cree que el arribo de internet ha desmejorado el periodismo? Por favor. Es un componente que ha catapultado aún más la calidad.
El reto es cómo nos adaptamos a estos cambios para capitalizar sus grandes beneficios, y cómo buscamos soluciones para contrarrestar los problemas o amenazas que acarrea.
A propósito de esas amenazas, ¿cómo enfrenta EL TIEMPO estos tiempos convulsos?
EL TIEMPO ha sido un ejemplo a nivel mundial de cómo adaptarse y readaptarse al nuevo ecosistema. Directores, gerentes y periodistas de distintos países han venido a conocer nuestra experiencia de convergencia y de cómo hemos ido preparando a nuestros periodistas para moverse cómodamente en el mundo impreso, digital y televisivo. Un periodista de EL TIEMPO podría fácilmente trabajar en una cadena de televisión, una emisora radial o un portal de internet sin complejo alguno. Aquí hemos hecho escuela preparando al periodista todoterreno.
EL TIEMPO acaba de realizar una transformación total en todas sus plataformas digitales. ¿Se trató solo de un cambio en concepto de diseño y experiencia del usuario?
Claro que no. Este cambio, que ha sido muy aplaudido por nuestros lectores y se ha visto reflejado, sobre todo, en un crecimiento sustancial de las personas que nos navegan por tabletas y móviles, ha estado acompañado, de igual manera, por un cambio de estrategia en nuestra oferta de contenido.
¿Un cambio de estrategia?
En el mundo digital todo es medible. El año pasado comenzamos a estudiar con sumo cuidado el comportamiento de nuestros lectores en la página y descubrimos que la audiencia reclama más profundidad y presencia abundante de otros géneros periodísticos, como análisis y entrevistas. Erróneamente pensábamos que en digital el consumo era más superficial.
¿Por qué creían eso?
No solo nosotros, el mercado digital informativo en general. Quizás por el vertiginoso ritmo de la web y la constante actualización de las noticias, pensamos que se prefería una información resumida. Pero, tras los estudios de la audiencia, estamos atendiendo las necesidades manifestadas por los lectores y nos encontramos en medio de un cambio en el modelo de operación de nuestra redacción para generar ese tipo de contenido para la web y no solo para el periódico.
O sea, ¿más profundidad y menos registro?
No hemos dejado de lado el registro. Somos una de las grandes referencias informativas en el país y ello lo corroboran los 15 millones de usuarios únicos que nos consultaron el mes pasado en todas nuestras plataformas. Sin embargo, esos lectores también están reclamando que el registro vaya acompañado de una mayor profundidad, entender la noticia. Y eso es lo que hemos comenzado a hacer en cada una de nuestras secciones.
¿Cómo ha recibido la gente el cambio?
Como le señalé anteriormente, las cifras han sido muy positivas, sobre todo en el tráfico que llega a EL TIEMPO desde tabletas y móviles. Tras dos meses al aire, la mayoría de comentarios han sido muy buenos. Es alentador recibir felicitaciones por nuestras crónicas, reportajes, análisis y especiales multimedia. Que aún tenemos cosas por mejorar, por supuesto, pero creo que vamos por el camino correcto.
¿Es cierto que todo este cambio responde a que quieren cobrar por el contenido?
El cobro por contenido en internet es la gran discusión de los grandes medios de comunicación en todo el mundo. No es un secreto que el modelo publicitario en internet se ha visto afectado por grandes jugadores como Google y Facebook y eso nos obliga a estudiar nuestra viabilidad financiera en el mundo digital. EL TIEMPO no ha sido ajeno a esta discusión, pero hay que tener en cuenta que existen múltiples variables, como la disposición del público colombiano a pagar por contenido en línea, antes de llegar al punto de tomar una decisión al respecto. Es un tema delicado y entender nuestro mercado es vital.
¿Están los colombianos dispuestos a pagar por contenido?
Cada vez más.
Es decir, no…
No estamos en Estados Unidos, donde hace apenas unos años The New York Times se lanzó de lleno a cobrar por el contenido de su portal. Al Times lo siguieron después una cantidad de medios estadounidenses que cerraron el acceso gratis. Aquí en Colombia se está empezando a crear esa cultura de pagar por contenido. La cuestión es seguir trabajando en nuestro producto para que, si un día decidimos cobrar, la gente esté dispuesta a pagar. Lo que sí es claro es que este trabajo cuesta mucho y no puede ser gratuito eternamente.
¿Qué ofrece hoy EL TIEMPO que no ofrezca su competencia?
EL TIEMPO cuenta con la mejor redacción del país. Sus más de 200 editores, redactores, fotógrafos y diseñadores son la razón por la cual este diario ha sido el principal medio escrito de Colombia, tanto en su versión impresa como digital. Llegamos a donde los otros no llegan y ofrecemos un abanico de contenido rico y diverso que no va a encontrar en la competencia. Además, contamos con la primera unidad de periodismo de datos en Colombia, un paso que nos diferencia de otros periódicos de la región, y que, en esencia, marca el futuro del periodismo. Hay campo de mejora y es esa, precisamente, nuestra meta: fortalecer nuestro contenido cada vez más.
¿Qué importancia les dan a las redes sociales?
Son esenciales para EL TIEMPO. Los ciudadanos, usando no solo redes sociales, sino otro tipo de herramientas de participación, nos abren una ventana al conocimiento de sus intereses, y ofrecen puntos de vista que inspiran y complementan nuestro trabajo en todo sentido. Tenemos un área de redes sociales que monitorea, nos retroalimenta y visibiliza constantemente los aportes de la audiencia.
En este mundo en el que todo cambia tan rápido, ¿cuál cree usted que es el gran reto al que se enfrenta EL TIEMPO en el futuro?
El nivel de exigencia que va a tener el periodista de EL TIEMPO será cada vez mayor. Las audiencias cada vez son más exigentes y avanzan hacia un mundo donde lo que lean en el computador de escritorio no necesariamente va a ser lo que quieran consumir en la tableta o en el móvil. O quizás sí, pero en otro formato. A su vez, estos periodistas también tendrán un gran reto en llevarle la información a la audiencia y no esperar a que esta venga a ellos. Lo que hagamos en móviles será clave, pues hacia allá migrará pronto casi todo el consumo de noticias
Jon Ruiz Ituarte
Jon Ruiz, gerente general de EL TIEMPO.  Foto: Archivo EL TIEMPO.
Pocas industrias se han visto tan retadas por la llegada de internet como la de la prensa escrita. En Estados Unidos, del 2008 al 2010, 166 periódicos cerraron o dejaron su edición impresa. En Europa, un mercado tradicionalmente sólido para los medios escritos, la historia no ha sido muy distinta. Esta situación ha sembrado el interrogante, en todo el mundo, de si los medios en papel están en sus últimos años de vida.
¿Se acaba el papel?
Estamos convencidos de que el papel tiene larga vida. En los últimos años, la penetración de prensa impresa en Colombia ha aumentado con la entrada de diarios gratuitos y populares. Por otro lado, nuestra circulación viene creciendo; el año pasado vendimos más de 45.000 suscripciones nuevas en EL TIEMPO y logramos bajar la deserción al 19 por ciento, tres puntos inferior al promedio de la industria. Los consumidores siguen demandando papel porque ofrece una lectura más profunda y relajada.
O sea, el diario EL TIEMPO sigue siendo la base del negocio de la Casa Editorial…
Es una parte fundamental de nuestro negocio, pero claramente somos más que un periódico. Hoy llegamos a una audiencia diaria de unas 2,5 millones de personas con EL TIEMPO en sus diferentes plataformas: impreso, digital y televisión.
Evidentemente, la marca EL TIEMPO es muy importante dentro de esta Casa Editorial, pero la audiencia es muy diversa y por eso tenemos productos que se acomodan a diferentes nichos. Actualmente contamos con seis periódicos: EL TIEMPO, el gratuito ADN, el de economía y negocios Portafolio, el popular diario MÍO y un par de regionales (7 Días); dos canales de televisión: Citytv, el canal local de Bogotá, y EL TIEMPO Televisión, en el segmento de noticias 24 horas por cable; más de 10 títulos de revistas en el mercado, algunos de los cuales, como Motor, Bocas, Carrusel, Elenco, Huella Social y Lecturas, se distribuyen en exclusiva con el periódico impreso; y un poderoso ecosistema digital, constituido por 10 portales informativos y cuatro transaccionales, que están enfocados en empleos, vivienda, vehículos y oferta del día. En resumen, según el EGM, nuestros medios alcanzan a unas 7,5 millones de personas al día en Colombia, de un universo de 18 millones de personas que mide este estudio en las 13 principales ciudades del país.
Esto explica la estrategia de cara a la audiencia. ¿Y de cara a los anunciantes?
Hemos ido evolucionando de una compañía que vende publicidad a una que presta servicios integrales de mercadeo. Hoy ofrecemos servicios de content marketing, mercadeo directo, BTL, eventos musicales, eventos culturales, distribución y alianzas con el Club Vivamos. Esto sin dejar de lado la tradicional publicación de avisos o comerciales en nuestros diferentes medios.
¿Eventos? ¿No se aleja esto de la estrategia tradicional que han tenido las empresas de medios escritos?
De ninguna manera. Estos proyectos son complementarios de nuestro negocio de generación de audiencias calificadas y no perjudican la columna vertebral de nuestro negocio. Además, no solo nos ofrecen oportunidades para la creación de contenido, sino también han resultado ser una excelente estrategia para generar nuevos ingresos y bajar la dependencia de las ganancias por publicidad tradicional. Mediante esta estrategia logramos un mayor acercamiento de la marca a nuestros consumidores.
Muchos expertos señalan que la salvación de los medios está en digital. ¿Es así?
La revolución digital está jugando un papel preponderante en el ecosistema de los medios de comunicación, pero no es la panacea para los problemas que viene afrontando esta industria a nivel global y definitivamente no va a salvar a los periódicos.
El mundo digital revolucionó la manera de consumir contenido y publicidad, y nos retó lo que siempre fue un cómodo modelo de negocio. Nosotros nos hemos adaptado exitosamente con grandes apuestas, como la creación de negocios transaccionales y el ser omnipresentes con nuestros productos en todas las plataformas que existen hoy en el mercado. Pero esto solo, claramente, no es suficiente.
¿Por qué rediseñaron la página web de EL TIEMPO?
El nivel de exigencia en digital es muy alto y siempre debemos estar cuestionándonos cómo podemos mejorar. Este cambio no fue producto de la noche a la mañana. Fue un ejercicio de todo un año trabajando mano a mano con los usuarios y consultores nacionales y extranjeros para crear un producto que estuviera a la altura de nuestros lectores. En la versión de escritorio hicimos más fácil la navegación para el usuario.
¿Y en móviles y tabletas?
Ahí lo que hicimos fue toda una revolución. Hicimos un esfuerzo muy grande para entregar más contenido y nos acomodamos mucho a los nuevos hábitos de consumo del usuario en estos dispositivos.
¿Cómo así?
La plataforma pasada estaba pensada para las necesidades del usuario hace siete años, donde los móviles tenían un impacto menor y los aparatos y redes eran más básicos. Hoy en día, los móviles inteligentes hacen parte de nuestras vidas, tienen pantallas grandes y funcionalidades de última generación y lo más importante es que son herramientas en las que le invertimos mucho más tiempo a su consumo y es necesario ser más relevantes para capturar la atención del usuario.
¿Por qué no tienen una aplicación de EL TIEMPO en la tienda de Apple o en la de Google y se inclinaron por una ‘webapp’?
Hoy existen muchos dispositivos y plataformas que exigen alimentación independiente y, por lo tanto, un mayor desgaste. El webapp es un aplicativo adaptativo, que permite ajustar la distribución de contenido a la pantalla o dispositivo que lo solicite y por esa razón decidimos tomar este camino. Pero no descartamos estar en un futuro en las tiendas de Apple y Google.
Hoy se cumplen dos meses desde la salida de su nueva imagen digital. ¿Cómo les ha ido?
La aceptación ha sido alta y prueba de ello es que el tráfico creció. De hecho, en los últimos dos meses hemos superado los 15 millones de usuarios únicos mensuales.
Muchas personas están preguntándose qué hay detrás del registro. ¿No corren el riesgo de espantar a los lectores?
El registro nos permite conocer mejor al usuario. Si este se registra sabremos mejor sus preferencias de consumo informativo para entregarle en un futuro contenido de su interés. Además, por el hecho de registrarse estamos ofreciendo varios beneficios: consumo de contenido sin conexión a internet; programación de alerta, newsletters y la opción de guardar artículos para leer más adelante. Adicionalmente, si es suscriptor actual de EL TIEMPO impreso, le entregamos un PIN para activar la réplica exacta del periódico en digital, así como las revistas Motor, Carrusel, Elenco, Lecturas y Huella Social.
¿Después del registro se viene el cobro por el contenido?
La búsqueda de modelos de negocio que nos permitan diversificar ingresos es una realidad que no podemos obviar si queremos garantizar la sostenibilidad futura de la compañía.
Detrás de cada nota hay un gran equipo, cuya dedicación y esfuerzo tienen que verse reconocidos. El cobro es una opción que ya es tendencia mundial. Nosotros estamos estudiando el comportamiento de la audiencia en el país, y con la nueva página decidiremos en un futuro si el modelo de pago se aplica o no.
La marca ELTIEMPO.COM desapareció y quedó EL TIEMPO. ¿Por qué?
La marca y la misión del producto deben conservarse independientemente de la plataforma de distribución. Este cambio lo hicimos para reforzar de cara al lector y al anunciante que somos una misma marca. Hicimos recientemente el mismo cambio en nuestro canal de noticias, que pasó de ser Canal ET a llamarse EL TIEMPO Televisión. Con esto logramos que la marca EL TIEMPO esté presente en impreso, digital, móviles, tabletas y televisión.
Cada vez entran más jugadores al mercado digital en Colombia. ¿Está EL TIEMPO preparado para seguir siendo el líder?
La posición de liderazgo es relativa en digital. La entrada de gigantes como Google, Facebook y otros que vendrán aumentará la presión competitiva de la industria. Estamos hablando de empresas globales, que logran economías de escala que nosotros no.
De lo que sí estamos seguros es de que estamos preparados para mantener nuestra posición de liderazgo en informativos, y el diferencial más grande estará en la calidad de los contenidos que generamos
DIEGO A. SANTOS
Gerente de Contenidos Digitales
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