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Los optómetras dicen que su profesión se consolida en el país

Hoy, en su día, la Federación Colombiana de Optometría dice que falta más cultura en salud visual.

En Antioquia solo hay 320 optómetras, y el 93 por ciento están en el Valle de Aburrá. En total, representan el 7 por ciento de profesionales en ejercicio que en el país corrigen los defectos de la visión.
Estas cifras, suministradas por la Federación Colombiana de Optómetras (Fedopto), reflejan que esta profesión, reconocida en 1954 en el país por Decreto, aún no despierta mucho interés entre los bachilleres, pese a que es elemental para la salud visual.
Según José Manuel Gómez, director de Fedopto, hay dos elementos que explican este comportamiento: la gente los confunde con los oftalmólogos; y aún no hay cultura de prevención de enfermedades visuales, por lo que la gente solo consulta sobre la enfermedad.
“La oftalmología es una especialidad de la medicina, que se encarga de la parte patológica y de las cirugías. Nosotros hacemos corrección de defectos visuales a través de gafas, lentes de contacto, optóptica, ejercicios de rehabilitación para pacientes con baja visión, entre otros”, agregó Gómez.
Por otro lado, este director gremial dijo que no hay cultura de chequeo de ojos, (como se hace con los dientes) pese a que según estudios, el 15 por ciento de los niños sufren de ambliopía (disminución de agudeza visual) y el cien por ciento de los mayores de 40 años tienen presbicia (dificultad para enfocar de cerca) y requieren de corrección visual.
Los jóvenes tampoco son inmunes. El 30 por ciento de las persona entre 20 y 40 años también pueden tener problemas visuales, como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo.
“Muchos jóvenes usan lentes de contacto sin consultar al optómetra y se exponen a un riego alto porque estos van sobre la córnea. Siempre deben ser adaptados por un profesional, sean de color o con fórmula. La venta en lugares como peluquerías y tiendas es ilegal. En muchas los venden ya usados”, denunció Gómez.
En la ciudad, según cifras de Fedopto, hay 250 IPS que prestan servicios profesionales de optometría, y esto ha contribuido a que el paciente sea consciente de que este es el primer nivel en salud visual. Ningún paciente es remitido al oftalmólogo sin que el optómetra lo sugiera.
Otra de las variables que no es muy motivadora para los futuros optómetras es que sus salarios no son los mejores, como en todo el sector salud. Ganan menos que un oftalmólogo e igual o un poca más que un odontólogo.
“Esta no es una profesión muy convencional. La mayoría de la población desconoce que es una carrera de diez semestres, pero pese a que es relativamente nueva con relación a otras, se ha venido ganando su espacio en la sociedad”, sostuvo Juan Carlos Rojas, director de la Universidad Antonio Nariño (UAN), la única en Medellín que ofrece este programa académico.
Algunos hospitales como el San Juan de Dios de Rionegro y el San Vicente Fundación, cuentan con unidades o programas de optometría, pero según Gómez, la mayoría de las empresas de salud del Estado no tienen este servicio por la falta de recursos o porque prefieren hacer otro tipo de inversiones.
San Lucía, la pionera
Antes de 1917, cuando Fernando Estrada fundó Óptica Santa Lucía, la atención visual la hacían optómetras empíricos, o teguas, que colocaban lentes importados.
“Cuando uno habla de optometría en Antioquia tiene que hacer referencia a la familia Estrada. Ellos fueron los primeros en traer a este departamento, y creo que al país, la primera maquinaria para realizar un trabajo científico. Hoy tienen sedes en varias ciudades”, sostuvo Gómez, director de Fedopto.
A este referente se suma el hecho de que hace tres años la UAN abrió el único pregrado de optometría en la ciudad. Ya no es necesario viajar a Bogotá, a la Universidad de La Salle, que abrió la primera facultad en 1966.
“Tenemos más de 50 jóvenes adelantando estudios. La primera cohorte va en sexto semestre. Este semestre inició con 17 matriculados; la meta es llegar a 25 por curso”, agregó Rojas.
En la UAN quieren que las futuras generaciones vean la optometría como una opción y por eso han hecho un trabajo pedagógico y social en algunos jardines de Buen Comienzo.
Oscar Andrés Sánchez A.
Redactor EL TIEMPO
MEDELLÍN
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